.⃗ ༉‧ ⃟⛓ ;; Cacería | Spruan.

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Atento escucho ante la interacción anterior de Drako y Juan, se mantuvo serio pensando que podría hacer, sabía bien que el profeta andaba detrás del embrollo, cruzado de brazos y con un semblante poco amistoso observo a Juan, aquel muchacho extrovertido que ahora mismo estaba comiendo la Tortilla que Spreen había quemado anteriormente, al ser Híbrido de animal podía percibir las feromonas de la gente, invisible para otros, visible para él, el colombiano lo sentía preocupado, como dijo Karchez los iban a llevar a la iglesia, eso quiere decir que quieran o no, él de anteojos iría con ellos.

— ¿por qué me miras tanto?, te dije que lo quemado me lo comería. Termino su último bocado limpiando sus manos.

— estoy pensando, ni me di cuenta que te seguía mirando. Dijo Spreen con sinceridad, aveces se ponía a disociar cuando planeaba algo.

— Se que vas a descontrolarte si llego a ir con los demás pero dudo que acepten que me quede contigo. Pauso un momento antes de levantarse. — ¿y si decimos que soy sacrificio para ti?, yo soy muy guapo para eso pero sirve, Auron feliz diría que sí.

— No, ayer trataron de quemarme en la lava para que me mantenga en esa habitación. Recordó como tuvo que usar toda su fuerza para escapar. — aún así logre salir, Drako andará de rencoroso por lo que le hice y como conmigo no puede, ira tras de vos.

— Eso es lo que no quiero Spreen, yo gustoso me quedo contigo, hasta te juro poder calmarte y no llorar. El nombrado lo miró con una sonrisa burlona a lo que Juan puso los ojos en blanco. — Pero aún así hay que ver que hacer.

— Ve con ellos, esperas un rato y te escabulles, yo te esperaré en la entrada de los portales a la isla naranja. Propuso, no sonaba mal, pediría ayuda a un amigo suyo que lo cubra.

— Solo espero que no te hagan daño.

— ayer trataron y le rompí la cara a Drako, a mí nadie me para wacho.

El argento se acerco al contrario agarrando con suavidad sus mejillas, agachandose un poco juntando sus frentes, Juan sonrió enamorado de aquel gesto y coloco sus brazos alrededor de la nuca ajena.

— Prométeme que vas a buscar la manera para estar conmigo. Susurró Spreen

— Te prometo. Fue el colombiano que los unió en un beso, uno que otro hasta que escucharon que algo se cayó, separándose con miraron.

— ¿¡Cómoooooo!?. Escuchó gritar a Auron, mal momento para interrumpir.

— Con razón que tenias que arreglar tu techo. Soltó entre risas Axoxer.

Auron, Reborn, Tanizen y Axoxer los miraban con una sonrisa picarona, molestando a los dos enamorados quienes se separaron.

— Uy se besan y toda la paranoia.

— Con todo respeto, ¿por qué besar a Juan?, es que míralo. Soltó en broma Tanizen

— ¡Hey!, tampoco hay que ser malos, lastiman mi pobre corazón. Dramático como siempre el hechicero.

— Yo quiero pedirles un favor que pienso pagar.

— somos todos oídos. Dijeron los 4.

Ya en la oficina del oso, todos prestaron atención a lo que decía Spreen sobre el plan, menor Juan que al encontrar un mapache se puso a jugar con este.

— no me muerdas señor mapache, rawr rawr rawr. Movió las patitas del animal quien no entendía que carajos hacía ahí.

Los demás les causó gracia aquello para volver a centrarse en lo que decía el argento.

— como ustedes sabrán, pierdo la cabeza durante la luna roja, según me contó alguien. . . Ustedes las noches de luna roja la pasarán en la iglesia hasta que se haga de día el problema es que necesito a Juan conmigo para poder mantenerme Cuerdo. Explico con calma, su pareja le miró arqueando la ceja y seguir jugando con el mapache.

— ¿Cómo que te mantiene Cuerdo?. Dijo con curiosidad Reborn

— Utiliza sus poderes en mí. Mintió con facilidad.

— ¿y qué necesitas de nosotros?. Preguntó Tanizen.

— probablemente sea obligatorio ir a la iglesia una vez caiga la noche, así que Juan estará obligado por el profeta a ir, le van a ayudar a salir porque si casi mato a Drako, no quiero que averigüen que soy capaz de hacer con ustedes. Sonrió con amabilidad, pero los contrario estaban algo aterrados. — Les pagaré 9 diamantes a cada uno por ayudarlo a salir.

— ¿qué pasa si no lo logramos y nos descubre el profeta o Drako?. Auron se mostró algo preocupado por ello, el castigo que daban eran torturas.

La mirada de Spreen mostro hostilidad completa, miró a cada uno de los presentes, exceptuando a Juan que se peleaba con el mapache por una papa cocida.

— Pregúntele a Drako que fue lo que le hice. El silencio reino en la habitación.

— ¡Mapache culero eso es mío!. Se quejo Juan sacudiendo al animal.

— ¡Que lo matas, que lo matas!. Se fue Auron a darle otra papa para dejar al animal lejos de Juan.

— aceptamos el trabajo, haremos lo que podamos. Dijo Reborn. — pero si sale mal, mínimo comete a Juan.

Eso le causó gracia al oso.

— ¡Eh, que me coma la verga!.

— los veré esta noche y las siguientes.