𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

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«𝐋𝐚 𝐥𝐞𝐲 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐢𝐜𝐞; ¡𝐐𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐝𝐫𝐚́ 𝐞𝐥 𝐚𝐫𝐜𝐨𝐢𝐫𝐢𝐬!, 𝐩𝐞𝐫𝐨, ¡¿𝐄𝐬 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐝𝐢𝐬𝐟𝐫𝐮𝐭𝐚𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐬𝐭𝐫𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐨́ 𝐥𝐚 𝐥𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚?!»

--Nos vemos mañana, Sakura--Dijo una peli-azul a su amiga y compañera de trabajo.

--Hasta mañana Hina, disfrutá tu cena--Le respondió la peli-rosa con una sonrisa.

Hinata estaba sumamente agradecida con Sakura. Había aceptado cambiar de turno con ella para que pudiera ir a su cita con su novio. Hinata presentía que esta cita sería diferente, algo muy importante pasaría, pero no sabía que.

Hinata llegó del trabajo a su casa, la cual compartía con su novio. Fue directo a arreglarse, no quería perder tiempo, se moría de ganas de ver, besar y abrazar a su novio, pero obviamente no iba a llegar a su cita con su uniforme de trabajo. Cuando ya estuvo lista, fue en busca de un taxi, ya que su novio se llevó el carro que compartían.

40 Minutos después;

Llegó al restaurante. Y si bien, a Hinata esa clase de lugares no le gustan, a pesar de que toda su vida ha estado rodeada de este ambiente.
Iba a hacer el esfuerzo de estar ahí por su novio.

Clásico, elegante y costoso. Esa era la definición de aquel restaurante.

--¿Tiene reservación?--Preguntó el recepcionista.

--Si, a nombre de Toneri Otsutsuki-Dijo con una sonrisa, al mencionar el nombre.

-Si....mesa 9--Respondió el recepcionista, haciendo una leve reverencia cuando ella pasó.

Al llegar a la mesa 9, se sentó a esperar a que Toneri llegara. Y aunque todavía faltaban 10 minutos para la hora acordada, ella estaba impaciente por verlo. Últimamente no se habían podido ver muy frecuentemente, eso debido a su trabajo. A pesar de que vivían juntos.

--Adivina quien soy--Dijo una voz masculina detrás de ella mientras le cubría los ojos.

--El hombre más apuesto del mundo--Dijo Hinata, levantándose a besarlo.

--Te amo--Le susurro el albino al oído.

--Yo más--Respondió sonriendo y con sus brazos en el cuello del peli-blanco.

Después de esa cálida bienvenida, se sentaron a comer. Mientras comían hablaban de cosas triviales. Cuando llegó el postre, Toneri le impidió a Hinata comerlo, y se levantó de su asiento, se puso al lado de Hinata, sacó una cajita de tercios y pelo, se inco.

--Hinata Hyūga, ¿me harías el hombre más feliz del mundo al convertirte en mi esposa?--Preguntó el Otsutsuki, sonriendo ampliamente.

Hinata no pudo evitar llorar, y entre lágrimas le dio el si.

La oji-perla no quiso perder más tiempo en el restaurante, así que se fueron directo a su casa para finalizar su gran y feliz noche con sexo.

Al día siguiente;

Cuando Hinata y Toneri desayunaban, la Hyūga empezó a hablar sobre la futura boda, pues no quería perder tiempo.

Amargo y Dulce Where stories live. Discover now