Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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22 de noviembre, 2022
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Olivia miraba todo apoyada sobre el balcón. Su boca estaba entreabierta y lo único que escuchaba era un sonido agudo que retumbaba en su oído. Estaba completamente ida de la realidad, no podía procesar lo que estaba ocurriendo.
Camisetas verdes festejaban como si acabaran de ganar la copa del mundo mientras aquellos que usaban la albiceleste estaban completamente petrificados.
Ya no había nadie alentando. La gente cubría su boca sin poder creer lo que estaba sucediendo, los niños y los grandes lloraban, el mundo se había puesto en pausa.
Los jugadores argentinos estaban rendidos, sentados en el pasto verde mirando a la nada.
Acababan de perder.
Acababan de perder contra Arabia Saudita. Acababan de perder el invicto. Acababan de perder el primer partido del mundial.
Ninguno de ellos podia creerlo. Había sido un golpe de realidad, una cachetada que los bajaba del pony al que se habian subido y que hacía que la posibilidad de no ganar el mundial empiece a aparecer en sus cabezas.
El celular de Olivia no paraba de retumbar contra la silla de plástico. La cantidad de mensajes y notificaciones que estaba recibiendo hacía que su telefono se congele.
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Quizás Scaloni si había tomado una buena decisión al quitarles los celulares a los muchachos. Ver la cantidad de idiomas en los que los estaban puteando iba a ser contraproducente para todos ellos. Suficiente crisis estaban teniendo de ver cómo la mitad del estadio lloraba y la otra mitad festejaba en sus caras.
Scaloni juntó sus cosas y se fue al vestuario sin mediar una palabra con nadie. Estaba furioso y no queria explotar frente a los millones que estaban viendo en vivo el partido.
Olivia buscó a Julian con la mirada. Estaba ahi, parado junto a Lionel, mientras un grupo de Árabes festejaban en sus caras. Ella podía ver la decepción en sus ojos, la culpa que estaba sintiendo por no haber podido ayudar a su equipo y de sentir que todo había salido mal gracias a él.
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Tomó su telefono y salió del palco tan rápido como pudo. No toleraba ver las caras tristes de sus amigos desde lejos, necesitaba abrazarlos y decirles que todo iba a estar bien.
Nada había salido como ella había planeado. La confianza en su propio plan empezaba a decaer a medida que las dudas y los miedos salían a flote, dejando que todo se derrumbe frente a sus ojos. Sentía que Julian estaba cayendo de la nube en la que ambos estaban subidos y ella no llegaba a tomar su mano para evitar que se estrelle contra el suelo.
Llegó al pasillo en el que todo el equipo y los periodistas estaban esperando, pudo sentir la luz de las cámaras sobre ella mientras intentaba mirar por encima de cabezas y micrófonos para intentar localizar a alguno de sus amigos, pero no podía.
- ¡Oli! - Dijo Gastón desde un costado, imploranto por una nota luego de la desgracia que estaba sufriendo el pueblo argentino. - Un segundo, por favor.
- Perdón, no puedo ahora. - Respondió ella intentando pasar entre ellos para llegar al otro lado del pasillo que la llevaba al vestuario. - Necesito pasar.
Gastón vió la desesperación en los ojos de la morocha, que le rogaban ayuda a gritos. Él se puso justo en frente de ella y puso una mano sobre su espalda para ayudarla a pasar entre los chupasangre que intentaban obtener información sobre lo que había sucedido con su presentanción y lo que ella opinaba del partido.
- Corransé. - Pidió el periodista empujando a colegas de diferentes nacionalidades mientras ayudaba a pasar a la morocha, la cual miraba al piso e intentaba cubrir su cara con sus manos y su bufanda. - Correte te dije.
Gastón había dejado de lado su trabajo para ayudar a la pobre damisela en apuros que moría por ir a abrazar a Julian porque él sabía que su presencia era buena para el equipo. El chico tenía un muy buen trato con los jugadores de la selección porque era uno de los pocos periodistas que realmente respetaba la privacidad y la vida de aquellos a quienes entrevistaba. Gracias a ésto, había logrado afianzar una buena relación con muchos de los amigos de Olivia, los cuales aprovechaban cada oportunidad que tenían para tirarle flores a la morocha.