En ésta historia eres Yume Nishimura, una joven cazadora de 18 años que fue secuestrada por 4 demonios que dicen conocerte de tu vida pasada.
Harán todo lo posible para que recuperes tus memorias.
Podrás recordarlos?
Descúbrelo, en esta historia ro...
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Narrador
Luego de tu almuerzo, Aizetsu te llevo nuevamente a la habitación, debías descansar, aun que eso era algo que no ibas a poder hacer ya que los tres demonios se quedaron contigo.
Pasaron toda esa tarde hablándote, no te han hecho preguntas sobre ti ni del cuerpo de cazadores, más que nada se la pasaban comentándote más sobre ellos, te habían explicado que todos eran clones del demonio Hantengu, aquel mini demonio que te habías encontrado aquella vez. Y hasta te lo presentaron.
Poco a poco fuiste perdiendo la timidez, y con el pasar de las horas, descubrías lo peculiares que eran.
Había caído la noche, les habías comentado que estabas cansada de estar en cama y necesitabas aire fresco. Ellos no tuvieron problema en darte el gusto.
No se les ocurrió mejor forma de pasar el tiempo que presumirte sus habilidades de combate.
Decidieron hacerlo algo lejos de la finca para no destruirla. También llevaron un futón para que pudieras sentarte cómodamente en el suelo.
–Déjame ver si entendí, entonces tú utilizas esa cosa para mandar a volar "todo"? –le preguntaste a Karaku.
–“Esta cosa” es un abanico Biwa… Y si, puedo mandar a volar lo que sea –dijo con una expresión presumida.
–A ver, hazlo –lo miraste expectante.
–Tus deseos son órdenes Yume –seguido de eso con un ligero movimiento de su abanico hizo volar una gran cantidad de árboles, dejando todo un desastre.
Tu cara lo decía todo, tus ojitos purpuras estaban abiertos de punta a punta con un gran brillo, te impresionaba el poder destructivo que tenía. Rápidamente cambiaste tu expresión por una más seria –Jumm no estuvo mal –dijiste. Karaku sólo se hecho a reír ante tu reacción, ante sus ojos parecías una niña.
–¿Y tu qué puedes hacer? –miraste a Aizetsu –Eh… yo tengo esto –de sus manos apareció una lanza que tenía en un extremo tres puntas –puedo extenderla o encogerla según lo necesite.
–Oh… ¿Sólo eso? –Preguntaste, sin intenciones de ofender pero Karaku y Urogi empezaron a reírse al ver como parecías decepcionada.
Aizetsu ante eso frunció el seño y se paró en dirección hacia ambos demonios que se seguían matando de risa –Gekirui Shitotsu –dicho eso con su lanza logro enviar diversos ataques cortantes de gran alcance. Los cuales eran lo suficientemente poderosos llegando a perforar y arrancar la piel de aquellos demonios.
Miraste algo asustada aquella escena, fue tal la impresión que inconscientemente tapaste tu boca con una de tus manos.
–No te preocupes Yume, somos demonios, ¡esto no es nada! –dijo Karaku mientras se regeneraba aquellas heridas.
–¡Ahora es mi turno! –Habló Urogi completamente regenerado –¡Mírame Yume!
Decidió apartarse de ustedes un par de metros, y entonces a través de su boca lanzó diversas ondas sonoras que se expandían a medida que avanzaban, destruyendo todo a su paso. A pesar de que te encontrabas lejos te tuviste que tapar los oídos.
