Dulces Amantes

Heejin

Heejin es de esos bombones que pruebas una vez y sigues queriendo más.
Solo fue un juego, o al menos eso creía yo.
Estábamos en su habitación sentados en su cama, había pedido prestada un momento su computadora, estábamos viendo unas cosas en internet, de repente mi mirada se posó en su bello rostro, no se, tal vez fue tenerla tan cerca, pero sin evitarlo acaricié su mejilla, ella al sentir aquella caricia con mis dedos se sorprendió y sonrió. Heejin me preguntó que era eso y solo le dije la verdad, que me parecía bastante linda esa noche. Ella se sonrojó y me pareció bastante tierna, no se, simplemente es como si ella me dominara con su actitud, sin más le pregunté en un susurro si le podía dar un beso, ella volteó a verme y miró mis labios y luego directamente a mis ojos, río un poco y me preguntó si eso era en serio, yo simplemente asentí, entonces ella sutilmente me dijo que si. Así que me acerqué lentamente acariciando su mentón, mi corazón se aceleraba, y al fin mis labios hicieron contacto con los de ella.
Probé sus labios sutilmente, tan dulces y suaves que quería seguirlos probando más y más. Fueron largos minutos en que nos estábamos besando, Heejin me correspondía de la misma manera y eso me encantaba, no quería terminar el momento, así que mis manos pasaron por sus hombros y bajaron hasta su cintura, la abracé delicadamente y la recosté en la cama sin dejarla de besar. Puedo decir que esos momentos eran los más intensos, los mas hermosos, y poco a poco me separé de ella, sus ojos estaban fijos en mi, Heejin estába sonrojada, y yo suspiré, ella es como esas princesas a las que uno quiere proteger, a las que a mí me gustaría consentir y mimar por siempre.