Irresistible Tentación +21

CAP 17: LA REINA DE LA MAFIA

HAYLEY:

¿Me puedo morir?.

Es que me quiero morir...anhelo morirme, ahora por favor.

La cabeza me duele como los mil demonios, odio mi vida, la odio, odio, odiooooooo.

No recuerdo nada de anoche, en lo absoluto.

No se si me quiero matar ahora o mañana.

Estampo mi brazo contra un lado de mi cama y hago un mueca cuando siento cuando cae en algo duro, giro mi cabeza y veo a Damon con el torso desnudo durmiendo profundamente.

Suspira en sueños y se me escapa una sonrisa estupida, cierro los ojos y siento su brazo en mi abdomen, me atrae hacia el y unde su cabeza en mi cuello aún dormido.

En este momento me olvido de todo, de mi mamá, de James, de la central.

Y el celular lo tiene que arruinar.

Luego de esforzarme en apartar a Damon tomo mi telefono de la mesa de luz, frunzo el ceño cuando el nombre de Miles adorna la pantalla.

— ¿Que? — descuelgo.

— Hola Hayley — ignora mi tono cortante — ¿Como estas?.

— Son las diez de la mañana — refunfuño — ¿Que quieres?.

— Necesitamos hablar — dice.

— No tengo tiempo.

— Hayley, por favor — ruega — Seran solo unos minutos.

—... Bien — acepto de mala gana con el fin de decirle que deje de molestar — ¿Adonde?.

— Gracias — agradece — En el café de la avenida catorce en media hora.

— Bien, adios — no lo dejo despedirse cuando cuelgo el telefono.

Doy un largo suspiro y giro la cabeza para ver a Damon   frotarse la cara con las manos.

— Buen dia — digo bostezando y dejando el telefono otra vez en la mesa de luz.

— Buen dia — responde con voz ronca — ¿Quien era?.

— Ehh... — mierda — Laila.

— Ah — frunce el ceño y espero que me crea — Ok.

Me estiro en la cama y tomo una camiseta negra de Damon que estaba tirada en el suelo.

— Me tengo que ir — digo dandole un beso rapido.

— ¿Te vas? — pregunta un poco molesto — ¿Que es tan importante que estar con tu perfecto marido?.

Ruedo los ojos divertida.

— Laila — respondo levantandome — La vere en un café, ¿Mi auto estaba aca?.

— No — dice — Pero llevate uno de los mios.

Lo miro con las cejas elevadas.

— Pero...¿Cual?.

— El que quieras — responde levantandose en boxers — Hay dos nuevos, un Mclaren y un Aston martin.

— ¿Que? — pregunto sorprendida, ya que esas marcas ya las tenia.

— Habia dos por uno — se encoje de hombros — me sobraban cuatro millones.

— Presumido — entrecierro los ojos — Tomare tu tarjeta y me comprare un yate — bromeo.

— Esta bien — responde buscando su celular — pero tengo como siete.

— Entonces un jet — digo.