Cap:20

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Al llegar al hospital Derek tuvo que salir junto a Anderson y le pidió a Rafael que me llevara hacia la casa.

Mientras Rafael y yo vamos de camino miro a través del cristal todo el bello paisaje.

-¿Sabes? Eres una mujer con suerte Derek te quiere mucho.

-¿Eso crees? 

Le pregunto.

-Si, te los aseguro... Y si alguna vez nos quiere contar sobre tu vida... Los chicos y yo estamos listos para escucharte, eres nuestra cuñada.

Le sonrío mientras pienso donde se encontrará Derek.

Llegamos a la casa y Rafael se despide de mí diciéndome que me cuide.

Al entrar observo a Amanda la madre de Amara mirar la TV.

-Hola Amanda. 

Digo sentándome frente a ella.

Ella me observa.

-Hola Luciana, ¿Cómo estás?

-Estoy bien gracias por preguntar. 

Le sonrió.

¿Quieres algo de comer? Flora no se encuentra para hacerle algo.

-No se preocupe Amanda, yo estoy bien.

 Hablo recostando mi cabeza en el sofá.

-Es usted una buena persona Luciana.

Dice Amanda.

-Gracias, dígame Luz y no me hable de usted... Se siente incómodo.

Ella me mira sonriente.

-Me alegro de que Derek se haya enamorado de una mujer tan pura como tú.

Suspiro y miro hacia arriba.

No soy experta en el amor, pero he aprendido muchas cosas y unas de ellas es que estoy con Derek, pero no es por amor, él mismo lo dijo, enamorarse va más allá.

-No creo que él esté enamorado de mí Amanda. 

Digo sintiéndome triste.

Amanda se acerca a mí.

¿-Porque lo dices? 

Me pregunta mirándome.

Dudo en decirle y ella se da cuenta.

-No es necesario que me lo digas... ¿Sabes? Mi vida ha sido muy dura... tuve a mi hija a los quince años...

Abro la boca.

¿-Tan joven? ¿Por qué tan joven? La miro sorprendida.

Ella mira a la nada y sonríe de manera amarga.

-Tenía catorce años cuando mi padre me vendió por dinero... Desde ese momento mi vida fue un infierno, quería acabar con mi vida, intenté huir... Pero... casi me mata a golpes... Lo único que iluminó mi oscuridad... Fue mi hija, desde el primer momento que la vi nacer, desde el primer momento que la sentí, supe que debía de luchar por ella, mi única familia.

Las lágrimas salen de sus ojos.

-Un día intentamos escapar... Y te juro que no puedo olvidar ese día... Y jamás me lo perdonaré... Tuve que mirar como... Abusaba de mi hija... Yo...

Ella empieza a llorar desconsoladamente y yo la abrazo, sintiendo su tristeza.

-Nada es tu culpa tranquila, los culpables son las personas que te vendieron por dinero y el culpable de su sufrimiento.

-Si pero...

-Shhh, no pienses en eso ¿Si? Su hija no la culpa, y yo tampoco, así que no siga creyendo en algo que estuvo fuera de sus manos.

Ella me mira limpiándose las lágrimas y asiente.

-Gracias Luz, eres maravillosa.

Sonrió.

-Yo también tuve una vida muy dura... Y gracias a Derek... Estoy hoy aquí.

Amanda me mira atenta... Y decido contarle mi historia.

Él mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora