𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ⎯ 𝙇𝙎𝘿𝙇𝙉

O1O ⎯⎯ Esteban Kukuriczka.

╰► ★ ;; si hay faltas de ortografía por favor díganme. Gracias !!

╰► ★ ;; minúsculas intencionales.

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segunda parte del capítulo "OO5 ⎯⎯ Esteban Kukuriczka."

Olivia's pov.

                                  Lave mi rostro con cuidado y luego lo sequé, me miré fijamente al espejo por unos cuantos segundos hasta que golpes en la puerta me sacaron de mi burbuja.

solté un suspiro y arreglé mi cabello. sentía mis manos sudar, convivir con esteban había sido más difícil de lo que había pensando, por suerte blas no se ha separado de mí en ningún momento luego de ya contarle toda la verdad.

según él era obvio, él lo sospechaba pero nunca comentó nada respecto al tema por el hecho de él esperaba que yo le contara.

y así fue.

aún no estaba preparada para salir.

—está ocupado—mentí pegándome a la puerta en caso de que fuesen a entrar.

la puerta nuevamente fue tocada y fruncí mi ceño:—¡está ocupado!— esta vez grité. quizás no me había oído por la música que se escuchaba por toda la casa.

la puerta nuevamente fue tocada pero esta vez con insistencia. mi ceño se volvió a fruncir y con brusquedad abrí la puerta.

—está ocupado dije—hablé al abrir la puerta.

y ahí estaba él, a quien había intentado evitar toda la noche.

la luz del baño llegaba a iluminar su cara, sus ojos, sus pecas, sus labios, su nariz, todo de él, todo lo que me encantaba.

mi estómago se revolvió y las ganas de vomitar me atacaron, era increíble como esteban me hacía sentir con solo tenerlo frente a mi.

—lo siento, no escuché—dijo él y por alguna razón no le creí, pero decidí (intenté) no tomarle importancia.

—si, me di cuenta—recompuse mi postura y por última vez me miré al espejo para arreglar nuevamente mi cabello.

seguí mi camino esquivando su cuerpo pero su voz detuvo mi caminar.

—¿así que ahora te van pibitos de veinte años, no?—preguntó y sentí como mi cara se deformó.

—¿qué?

—dale, no te hagas la que no escuchaste olivia.   —me gire lentamente y observé como estaba a unos cuantos pasos de mi mirándome fijamente  —¿qué tal blas? ¿te da como yo? ¿logra satifa-

y la cachetada que le di resonó en el pasillo. noté como su mandíbula se tensó. sentí mis ojos picar y solté un sonoro suspiro intentando no soltar mis lágrimas.

—¿por qué mejor no te callas y cerrás el orto, eh?—inquirí molesta. mi cejas no podían estar más fruncidas—¿cuál es tu jodido punto con tus preguntas de mierda?