VICTORIA
Estiro mis brazos antes de sentarme para salir de la cama, el colchón es tan suave que podría dormir por horas en el.
Lo pienso mejor y vuelvo a cubrirme para seguir durmiendo, por la ventana veo cómo debe estar helando afuera.
Lo que otra época era un hermoso paisaje verde, hoy lo cubre por completo varias capas de nieve.
La habitación mantiene su temperatura gracias a la chimenea artificial que nos dio calor durante toda la noche.
Desde hace dos días estamos en una cabaña, la cual desconozco la ubicación exacta, después de aterrizar subimos a un auto que nos esperaba.
Durante el trayecto pude ver cómo estamos en medio de la nada, durante horas lo único que vi fueron calles desoladas sin ninguna casa durante el camino, salimos en medio de la noche y llegamos después de al menos siete horas.
Thomas no ha vuelto a decir nada, ni siquiera me mira.
-¿Desayunará aquí? –Me sobresalto al escuchar la voz de Rita.
-¡Rita! Casi me matas del susto, no te escuche entrar.
-Disculpe, el señor me mando a preguntarle.
-Bajaré después. –Digo antes de envolverme en la sabana nuevamente.
-Puedo traerle el desayuno aquí.
Volteo los ojos sin que ella lo note. -¿Dónde está mi hijo? –Pregunto ignorando lo que acaba de decir.
-Está con el señor, enseguida vuelvo con su comida.
-Gracias Rita. –Salgo molesta de la cama, tenía planeado dormir toda la mañana, ¿Por qué tengo que comer a la misma hora?, si nunca hago nada después.
Camino a la ducha tomando mi tiempo, al salir la alcoba está reluciente y con mi desayuno servido.
Enciendo el televisor y busco algo que ver mientras como en silencio, al terminar bajo y el padre de mi hijo está viendo por una de las enormes ventanas mientras habla por teléfono.
Medio me mira antes de fijar de nuevo la vista en la ventana, tiene a mi hijo en sus brazos a punto de quedarse dormido.
Camino a la cocina en el trayecto veo a algunos del personal, los saludo con una sonrisa, a veces me da pesar que trabajen para Thomas, no es un mal hombre, de hecho es bueno, pero tiene momentos en los que parece ser un demonio.
-¿Habrá un supermercado cerca? –Le pregunto al hombre que no había visto antes, supongo que es nuevo.
-¿Necesita algo? –Responde en voz neutral, todos son tan serios al hablarme.
-Quiero comprar algunas cosas.... De mujeres.
-Puedo ir por ellas, si me dice lo que quiere.
-No. –Sacudo la cabeza. –No quiero molestar, puedo hacerlo yo misma, solo necesito un auto.
-No puede salir sola, órdenes del jefe
-No hace falta, además me gustaría conocer los alrededores.
Me observa por unos segundos, no dice nada como si lo estuviera pensando.
-Tengo que preguntar. –Es lo único que dice, parece que estuviera programado.
-Dame las llaves. –Le digo extendiendo la mano. -ya me cansé, no estoy en la cárcel.
-No, preguntaré antes.
Me rindo, no tengo ánimo de discutir, además sé que no me dejara ir, pero lo quería intentar.
-¿Sabes qué?, así déjalo. –Ruedo los ojos y salgo del lugar.
YOU ARE READING
Victoria
RomanceVictoria es obligada a alejarse de su novio y a ocultarle su embarazo, pero cuando un viejo amigo de su familia la descubre en Francia su exnovio la acorrala como castigo.