El Reflejo De Las Estrellas En El Mar.

1. ¡Rapunzel deja caer tu cabello!

DYLAN

"No tiene porqué preocuparse Señora Montiel. Dylan es más que bien recibido en esta escuela"

Sentí la punta del pie de mi madre golpeando suavemente mi pantorrilla, que sin tener que mirarla ya sabía a lo que se refería.

Miré al frente para fingir prestar atención a la directora que amablemente me dejó unirme a un grupo en mitad del semestre. Se trataba de mi último año antes de ir a la universidad, así que era una salvación haber encontrado una escuela.

"Lo único que te pido es que el día de mañana te acerques con tus profesores para ponerte al corriente" Me estaba mirando a mí, su rostro era amable y cómodo de ver. A pesar de estar sentada detrás de una placa dorada con su nombre, no pretendía mostrarse como una figura de autoridad indiferente. Colocó una hoja frente a mi sobre el escritorio, la cual tomé identificándola como mi horario "El día de hoy ya terminaron tus clases normales pero aún puedes unirte a un taller".

Clase 502. Quinto semestre grupo dos. Leí mentalmente.

"El plan de estudio es sencillo y cómodo, son siete materias obligatorias y un taller al final del día. La única desventaja que tienes es que los talleres tienen cupo limitado y en este momento nos queda únicamente un espacio en liderazgo y otro en carpintería. Ambos son interesantes y tienen muchas actividades que la hacen muy prácticas".

Su mirada cambió a una interrogativa. Dios, no sabía cuál elegir entre aburrido y más aburrido.

Volteé el rostro hacia mi madre, buscando ayuda.

"Señorita directora lo que pasa es que Dylan busca entrar a la facultad de medicina ¿no hay posibilidad de estar en un taller relacionado?"

"Por el momento no" La directora miró apenada a mi madre, como si le hubiera fallado de alguna forma "Pero al comienzo del siguiente semestre puede escoger el que desee. Ese es el objetivo de los talleres, que puedan comenzar a familiarizarse con lo que planean estudiar".

"Esa es una buena noticia ¿entonces qué quieres hacer por ahora?" Mi madre seguramente estaba desesperada, me mantuve en silencio durante toda la plática y ahora parecía que no sabía hablar.

¿Aburrido o más aburrido?. Volvió a escucharse en mi cabeza.

"Creo que carpintería está bien" Mi voz salió más temblorosa de lo que pensé sería. Sentí tanta pena por mi mismo. Supongo que lo peligroso ayuda a que se pase más rápido el tiempo. Además mi examen final seguramente sería hacer una escalera. Solté accidentalmente una carcajada por el chiste, lo que hizo que ambas mujeres me miraran extrañadas. "Lo siento" Me disculpé en ese mismo instante bajando mi cabeza en arrepentimiento.

"No te preocupes Dylan" La voz de la directora era relajada y algo ¿divertida? "Me alegra que estés teniendo una actitud más positiva y menos temerosa. Los alumnos de esta escuela son bastante amables, estamos en una ciudad pequeña por lo que la mayoría nos conocemos así que no te preocupes, estoy segura de que harás amigos muy rápido".

No contesté nada, porque no estaba muy seguro.

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Mientras caminaba a un lado de la directora, aferrándome a la cinta de mi mochila, observé la magnitud de la escuela; con edificios de no más de dos pisos repartidos por el extenso terreno, todos con las puertas y ventanas abiertas. Infinidad de árboles y palmeras por todos lados, canchas para casi cualquier deporte y mesas de madera con alumnos ocupándolas.