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A Jungkook nunca le había gustado sentirse confundido. Lo hacía verse débil, algo que no debía de estar en su naturaleza.

Pero últimamente lo único que sentía era confusión.

Le confundía Jimin, en el buen sentido cree él. Pues gracias a la presencia de Jimin dejó la gran mayoría de sus pastillas para su enfermedad, y sin embargo, hace unos días cuando creyó que lo perdería...

No fue un buen momento para él. Se sintió devastado, como si de un segundo a otro le hubieran arrebatado todo. Otra vez.

Cuando Jimin le aceptó nuevamente, Jungkook se sintió el hombre más afortunado del mundo.

Y sin embargo, no pudo hacer una sola cosa: despedirse.

Solo iba a estar una semana en Sídney, y solo había pasado un par de horas; pero Jungkook ya estaba ansioso caminando en círculos en su departamento mientras que intentaba comprar el pasaje de avión. Pero las únicas disponibles eran dentro de dos días.

Así que, media hora después, decidió llamar a uno de sus contactos y decirle que necesitaba un jet privado. Por supuesto, no hubo oposición.

Unos minutos después, el timbre de su departamento sonó.

Jungkook distraídamente se fue a abrir y ocultó muy bien su sorpresa al ver a unos hombres desconocidos en su puerta.

— ¿Puedo ayudarlos?

— ¿Es Jeon Jungkook?— preguntó uno de ellos.

Jungkook frunció el ceño cuando el hombre metió su mano dentro de su chaqueta y saca una pequeña tarjeta. No. Es una placa.

— soy el detective Lee. — se presenta el hombre. El detective.— Está usted bajo sospecha de malversación de fondos, intensiones maliciosas y chantaje. Le recomiendo no salir de la ciudad y que contacte un buen abogado.

— No estoy entendiendo — Jungkook responde. Pero realmente no está sorprendido. — ¿Como pasó esto?

— Eso voy a tener que averiguarlo, señor Jeon. — el detective Lee lo mira unos segundos. — Sin embargo, el hombre que dio la denuncia es muy importante y pidió que te lleváramos directamente a la cárcel.

— ¿De casualidad era el señor Park?

— ¿El dueño de Jeon's entertainment? No, era Choi Minho. Pero bajo mi guardia yo no meto a prisión a nadie, primero voy a investigar — el detective mira a sus compañeros y después añade, orgulloso:— tiene suerte de que yo sea el investigador a cargo. Le recomiendo quedarse en el país por una temporada.

Dicho eso, el detective se dio media vuelta y sus dos compañeros le siguieron.

Jungkook apretó el celular hasta que dejó de sentir sus dedos. Un segundo después, estrelló el celular contra la pared.

El Omega mimado y el Alfa amargado | Kookmin AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora