Una princesa especial

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Hace mucho tiempo, existió un reino muy grande y respetado, llamado el Reino Moon, era un lugar con vegetación, muchos bosques, lagos y cuevas. Muchos lo llamaban el reino del sueño, decían que lo llamaban así porque era como en un cuento de hadas, las leyendas, las historias, los bosques, los árboles, las frutas, todo. Lo que más identificaba a este reino, eran sus bellos cristales, cada integrante de la familia real tenían uno, para un nuevo integrante, el día de su coronación se creaba su cristal frente de todos, y el rey o la reina, tienen que guardar el cristal en uno de los sótanos del castillo donde se encuentran hasta cristales de algunos guardias que lograron formar parte de la familia real. La familia real era muy respetada y lo más preciado para el reino, todos pensaban que, por ser un reino tranquilo y respetuoso, nunca había pasado nada, lo malo era que estaban muy equivocados.  El reino Moon no siempre fue como se conocía ahora.

Hace muchos años, el reino Moon, no era más que un pueblito pequeño llamado el pueblo Hazamley, donde habitaban hadas, animales mágicos, brujas, magos y personas con características animales, frutas mágicas y raras, plantas, flores y hasta piedras mágicas y raras, el pueblo Hazamley era un cuento de hadas, no había guerras. En ese tiempo, aún no había reyes, reinas ni nada de eso, solo lideres, Joacox Wakoy, de 34 años, pelo blanco como la nieve y unas grandes alas doradas, y sus ojos color café eran como ver el sol, su piel blanca resplandecía en el día, y su gran sonrisa iluminaba las noches del pueblo, era alguien amable, fuerte, empático, era un gran hombre, el mejor era líder de ese pueblo, el junto con su gente, ocultaban cristales y gemas mágicas fuera del pueblo, en diferentes partes y distancias, para que, en sus futuras generaciones, se supieran de cómo eran las cosas antes.

Gran error...

[Joacox] -caminaba por el pueblo, viendo una flor en sus manos que le dio una pequeña-

[??] -llegando apresurado hacia Joacox- ¡Señor! -con la respiración agitada y preocupación en su mirada- 

[Joacox] -se detiene y voltea a verlo- ¿Señor Huakamura? ¿Qué sucede? -voltea y va hacia el-

[??] -se agarra de su hombro agitado-

[Joacox] -agarra su brazo y su pecho- respire señor, tranquilo -viéndolo preocupado-

[??] -recupera el aliento- señor...estaba en exploración con mis compañeros...pero en eso-

[Joacox] -viéndolo a la cara- ¿En eso qué señor?

[??] -lo ve-...estamos...en peligro...-cae muerto frente de el-

[Joacox] -se sobresalta y lo ve- ¡Señor Huakamura! -ve su espalda y queda en shock-

[??] -con una gran flecha en su espalda dirigida el corazón-

[??] -viendo de lejos, ve de donde vino la flecha, baja las orejas y grita-

[Joacox] -la voltea a ver-

[??] -es atravesada con una flecha y cae muerta-

[Joacox] -en shock- ¡Todos corran! ¡Ya!

En un par de minutos, todo estaba en caos, gente humana con capucha estaba atacando y destruyendo todo lo que veía ahí, Joacox junto con algunos hombres y mujeres intentaron defenderse, pero no lo lograron, solo hacían que las personas se enojaran más. llego la noche, pasaron todo el día en guerra, solo quedaba Joacox con vida, pero ya tenía estaba muy herido, sangre saliendo por su boca y nariz, un ala rota, las piernas lastimadas, pero aun así seguía corriendo. Veía todo en llamas, destruido, sangre y órganos por doquier, gente muerta y otros abrazados a sus hijos ya muertos, Joacox sentía que ya no podía más, quería llorar y gritar por aquellos que perdieron la batalla. Lamentablemente, llego a un acantilado, ni él sabía que estaba ahí, solo se detuvo y se quedó en shock, volteo la cabeza y vio a alguien tras de el

[Joacox] -asustado le grita- ¡¿Qué quieres de mí?! ¡Ya me quitaste todo! -con un pie a punto de caer al acantilado-

[??] -con una capucha negra con morado, una espada en sus manos y una sonrisa en su rostro- ¿Qué es lo que quiero?, pues... -saca del bolsillo de su pantalón un cristal amarillo brillando mucho- que me des todo esto...toda la magia que tengas

Desde que Joacox vio su propio cristal en manos de ese desconocido, sabía que ya tenían todos los cristales, sabía que los habían estado vigilando desde hace mucho. Joacox vio al hombre, frunció el ceño y le grito

[Joacox] ¡¿Ya sabían de todo esto, no es así?!

[??] -sonríe más y comienza a reír- ¡Pues claro que sí! ¿Cómo crees que tengo tu cristal entonces?

[Joacox] -se queda callado y baja la cabeza sin quitarle la mirada de encima- no te voy a dar nada...

[??] oh...será a las malas entonces

Joacox no vio ni como paso, solo vio que en cuestión de segundos ya estaba tirado en el suelo, con el pie del hombre en su cabeza mientras jalaba con fuerza sus alas

[??] -viéndolo con enojo- entonces... ¿No dirás nada?

[Joacox] -viéndolo de reojo y con la respiración agitada- hazme lo que quieras...no te daré... ¡Absolutamente nada!

[??] -sonrió aun con enojo en su rostro- entonces lo conseguiré a mi manera 

[Joacox] -ve la espada en su mano y lo vuelve a ver a los ojos- mátame si quieres...yo volveré...y desatare un infierno como venganza...hasta para aquellos que no hicieron nada...

[??] -se ríe- ¡oh no lo harás!

No se supo más, en la actualidad, las alas del líder Joacox están como trofeo en el salón principal del castillo Moon alado de la espada del rey Owen Moon Jazailek. Dicen, que el rey Owen junto con sus guerreros formaron lo que se conoce como reino Moon, dejando que las plantas y frutas extrañas siguieran creciendo, solo que con más precauciones para que nadie saliera herido por culpa de aquellas. Todos piensan que el rey Owen Moon, fue el joven más valiente que pudo haber existido, además, hizo que a todos se les olvidara la frase de Joacox

"Volveré"


/Miles de años después/ 

<Se encontraba un joven con cabello negro, largo y brillante, bien peinado, ojos castaños, piel blanca y limpia, alto y atractivo>

[Alejandro] -caminando por los pasillos del castillo mientras veía el suelo-

[??] -lo ve de reojo mientras está enfrente de un cuadro- hijo, ven

[Alejandro] -levanta la mirada para verlo, va hacia él y se detiene- ¿Qué sucede, padre?

[??] -viendo el cuadro- se acerca el día para irte con tu prometida, aún necesito enseñarte varias cosas, pero me temo que no podré mostrarte todas

[Alejandro] -viéndolo en silencio- padre, si es necesario libero mi agenda, si son muy necesarias esas cosas, puedo cancelar lo que tenía planeado para la semana

[??] -lo ve de reojo y sonrie un poco- no es necesario hijo, te las puedo enseñar al final del día, tú tienes que disfrutar esta última semana en el reino

[Alejandro] ¿Está seguro de lo que dice, padre?

[??] claro, tu sigues siendo un joven, necesitas disfrutar el momento, la juventud no regresa

[Alejandro] -viéndolo y ladea la cabeza- de acuerdo, padre

Pasaron cuatro días, Alejandro estaba aprendiendo un poco acerca de la familia y el pueblo de su prometida Laida Middle Aresh, aún no sabía cómo era, pero decían que era la joven más hermosa, única y amable que pudiera existir en ese pueblo. Alejandro estaba muy entusiasmado por conocerla, quería saber cómo era en realidad,
¿Por qué decían que era única?
El padre de Alejandro le enseñaba cómo tratar a una dama, quería que su hijo fuera todo un caballero con la princesa Laida, porque ella era una princesa especial

érase una vezWhere stories live. Discover now