Despertar

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Pero el continuo silencio la incomodaba. Él estaba simplemente allí de pie, sin moverse, observándola. ¿Por qué no decía algo?

-¿Has venido en busca de alguien?

Se sintió molesta consigo misma por ser quien hablaba.

Él seguía contemplándola, aquellos ojos oscuros fijos en ella de un modo que la hacían sentir cada vez más incómoda. Tragó saliva.

-Ah, sí-murmuró él con los ojos puestos en sus labios.

-¿Qué?

Había olvidado su pregunta y sus mejillas y su garganta se sonrojaban a medida que la sangre se acumulaba en ellas. Se sentía mareada. Si al menos dejara de mirarla... -Sí, he venido aquí buscando a alguien repitió él, no más alto que

antes.

Luego, de un paso, avanzó hacia ella de modo que quedaron separados únicamente por la esquina de un asiento de la gradería.

Elena no podía respirar. El muchacho estaba muy cerca, lo bastante cerca como para tocarle. Podía oler una leve insinuación de colonia y el cuero de su chaqueta. Y los ojos del desconocido seguían reteniendo los suyos; la muchacha era incapaz de apartar la mirada. No se parecían a otros ojos que hubiese visto nunca: eran negros como la medianoche, con las pupilas dilatadas como las de un gato. Ocuparon su visión mientras él se inclinaba hacia ella, agachando la cabeza en dirección a la de ella. Elena sintió cómo sus propios ojos se medio cerraban, perdiendo enfoque, y también cómo su cabeza se echaba hacia atrás y sus labios se separaban.

iNo! Volvió la cabeza violentamente a un lado justo a tiempo y sintió como si acabara de apartarse del borde de un precipicio. «¿Qué estoy haciendo? -pensó conmocionada. Estaba a punto de permitir que me besara. Un completo desconocido, alguien que he conocido hace apenas unos minutos.>>>

Pero eso no era lo peor. Durante aquellos pocos minutos, algo increíble había sucedido. Durante ese tiempo, había olvidado a Stefan.

Pero en aquel momento su imagen ocupaba su mente, y el ansia de tenerlo cerca era como un dolor físico en su cuerpo. Deseaba a Stefan, deseaba sus brazos a su alrededor, deseaba estar a salvo con él.

Tragó saliva, y los orificios nasales se dilataron mientras respiraba con fuerza. Intentó mantener la voz firme y circunspecta.

-Voy a irme ahora -dijo. Si buscas a alguien, creo que será mejor que lo hagas en otra parte.

El la contemplaba de un modo curioso, con una expresión que ella no conseguía comprender. Era una mezcla de irritación, reticente respeto... y algo más. Algo ardiente y feroz que la asustó de un modo distinto.

Despertar, crónicas vampiricas 01 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora