El segundo día en las montañas comenzó con una tranquilidad que se sentía como un regalo. El cielo estaba despejado, y los rayos del sol iluminaban la nieve, haciendo que todo pareciera sacado de un cuento.
Eva fue la primera en levantarse, como siempre, y ya estaba lista para una nueva aventura antes de que Doug y yo siquiera pudiéramos abrir los ojos por completo.
EVA: ¡Mami, papi! ¡Hoy quiero ir al lago! Vi en el mapa que hay uno cerca.
Doug, medio dormido, murmuró algo incomprensible, pero yo sabía que no se resistiría.
EVIE: Está bien, cariño. Dame unos minutos para preparar algo de comida y unas mantas. El lago puede ser frío incluso con sol.
Eva saltó emocionada y corrió hacia su mochila para buscar todo lo que creía necesario.
Después de un desayuno rápido, estábamos listos para nuestra caminata hacia el lago. Eva lideraba el camino, sosteniendo un mapa que habíamos comprado en el hotel.
EVA: Papá, yo seré la exploradora, y tú serás mi asistente.
Me reí y asentí, siguiéndola mientras Evie cargaba una pequeña mochila con nuestras provisiones.
DOUG: Entendido, exploradora Eva. ¿Cuál es nuestra misión?
EVA: Encontrar el lago y asegurarnos de que no haya dragones cerca.Evie y yo compartimos una mirada divertida mientras seguíamos a nuestra pequeña líder.
La caminata fue tranquila, aunque Eva hacía preguntas a cada paso: "¿Por qué los árboles aquí son tan altos?", "¿Crees que haya peces en el lago?", "¿Podemos quedarnos a vivir en una cabaña?"
Doug respondía a la mayoría de sus preguntas con respuestas creativas, lo que la hacía reír a carcajadas.
Cuando finalmente llegamos al lago, el paisaje nos dejó sin palabras. El agua estaba completamente cristalina, reflejando las montañas y el cielo azul. Había un pequeño muelle de madera que se adentraba en el agua, y Eva corrió hacia él sin dudar.
EVA: ¡Es tan bonito! ¿Podemos quedarnos aquí todo el día?
Doug se acercó para tomarle la mano.
DOUG: Claro, pero con una condición: tienes que prometer que no saltarás al agua sin permiso.
Eva asintió, aunque sabía que tendríamos que vigilarla de cerca.
Mientras mamá y papá extendían una manta cerca del muelle, yo me senté al borde, dejando que mis piernas colgaran sobre el agua. Podía ver pequeños peces nadando, y cada vez que se movían, hacían brillar el agua con destellos de luz.
Mamá sacó un termo con chocolate caliente, y me llamó para que volviera a la manta.
EVA: ¿Puedo tomarlo aquí? Me gusta la vista.
Ella sonrió y caminó hacia mí con una taza.
EVIE: Aquí tienes, exploradora. ¿Qué estás pensando?
Tomé un sorbo del chocolate, disfrutando del calor en mis manos.
EVA: Que este es el mejor lugar del mundo. No quiero irme nunca.
Mamá me acarició el cabello y se sentó a mi lado.
EVIE: Siempre podemos volver, cariño. Este lugar estará aquí para cuando lo necesitemos.
Evie y Eva pasaron un buen rato sentadas juntas en el muelle, hablando y riendo. Verlas así me llenaba de una paz que no podía describir.
Decidí sacar la cámara y capturar el momento. La imagen de Evie y Eva sentadas juntas, con el lago y las montañas de fondo, era algo que quería guardar para siempre.
Cuando regresaron a la manta, Eva se acurrucó entre nosotros, exhausta pero feliz.
EVA: ¿Podemos pintar esto cuando volvamos a casa? Quiero que nuestro castillo tenga un lago como este.
Evie la abrazó y asintió.
EVIE: Claro que sí. Y tú serás la que lo dibuje.
De regreso al hotel, Eva no tardó en quedarse dormida en el coche, sosteniendo una pequeña rama que había encontrado junto al lago. Doug y yo nos miramos en silencio, compartiendo una sonrisa cómplice.
DOUG: Hoy fue un buen día.
Asentí, sintiéndome agradecida por todo lo que habíamos logrado como familia.
EVIE: Sí, lo fue. Y creo que Eva lo recordará por mucho tiempo.
Doug tomó mi mano mientras conducía, y en ese momento supe que estábamos en el camino correcto.
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Ever After DEVIE
FanfictionEvie y Doug son padre. Esta historia trata sobre lo que estos dos personajes viven cada día junto a su pequeña hija. Pero como siempre, hay un problema... Evie tiene miedo, no sabe cómo se supone que una madre debe comportare, su madre no es el mej...