La prisión parecía tener una vida propia esa noche. El aire estaba cargado, como si la atmósfera misma estuviera esperando algo. Shidou caminaba por su celda con las manos en los bolsillos, sintiendo cómo la incertidumbre comenzaba a enredarse en su pecho. Algo había cambiado en Sae desde el beso en el pasillo. Algo que no podía identificar con claridad, pero lo podía percibir. Sae había vuelto, sí, pero ahora algo lo mantenía distante. Esa distancia invisible, esa pared fría que se había interpuesto entre ellos, solo dejaba espacio para lo peor de ambos: el deseo insatisfecho y el orgullo herido.
Shidou se reclinó contra las frías rejas, mirando la luz que se colaba por las rendijas. Pensó en Sae, pensó en ese destello de confusión en sus ojos cuando lo besó. Pensó en lo que vendría a continuación. La constante danza entre ellos había tomado un giro imprevisible. El control de Sae, tan firme, tan seguro, ahora era solo una fachada.
En medio de sus pensamientos, escuchó un ruido familiar, como si algo se deslizara suavemente por el corredor. Los pasos, rápidos y seguros, se acercaron a su celda, y cuando la puerta se abrió, el rostro de Rin apareció en la entrada.
Rin Itoshi no necesitaba presentarse. Su presencia lo decía todo. Aunque era un jugador de fútbol exitoso, el hermano de Sae, con esa mirada fría y calculadora, siempre había sido una amenaza silenciosa para Shidou. No era el tipo de persona con ningún temor a Shidou, sino una creciente curiosidad. Había algo inusual en la manera en que Rin estaba parado en el umbral, algo que Shidou no podía ignorar. No era la misma frialdad de siempre. Rin estaba más tenso de lo normal, y en sus ojos, había algo que Shidou no esperaba ver. Era una sombra de preocupación.
Rin miró alrededor de la celda, como si estuviera buscando algo o alguien. Luego, sus ojos se fijaron en Shidou, con esa mirada fija y penetrante que siempre le había dado escalofríos, pero esta vez había algo más. Rivalidad.
—Shidou —dijo Rin, su tono neutral, pero había una ligera incomodidad en su voz. Como si hubiera algo que no podía decir, algo que lo mantenía al borde de estallar. —He venido para hablar de algo.
Shidou, sin apartar la mirada de Rin, simplemente se encogió de hombros, como si todo fuera parte de un juego. ¿A qué venía Rin? Las tensiones en la prisión, sus propios sentimientos hacia Sae, todo lo que había pasado hasta ahora, parecían volverse una maraña de emociones difíciles de manejar.
—¿Hablar de qué, Itoshi? —respondió Shidou, su tono relajado, como si nada fuera importante. Pero en el fondo, algo en su estómago se agitaba. ¿Qué quería Rin de él?
Rin respiró hondo, como si se estuviera armando de valor para decir algo que le costaba. Finalmente, dio un paso adelante, cerrando la distancia entre ellos, lo suficiente para que Shidou pudiera notar el leve temblor en su postura. Algo en su presencia era diferente. Era como si Rin estuviera luchando consigo mismo. Como si tuviera algo que decir, pero no sabía cómo hacerlo.
—¿Sabes qué está pasando con Sae? —preguntó Rin, la pregunta surgiendo como una daga lanzada en medio del aire. No era la pregunta que Shidou había esperado, pero cuando lo pensó, no le sorprendió.
Sae. La mención de su nombre hizo que algo oscuro se moviera en el pecho de Shidou. Había estado esperando una conversación como esa, solo que no de Rin. Rin no solía mostrarse tan vulnerable, tan... humano. Y menos con él.
—¿Qué pasa con Sae? —Shidou contestó con una sonrisa burlona, aunque en el fondo se preguntaba si realmente Rin había venido a hablar de él o de su hermano. La tensión que se había acumulado entre ellos en las últimas semanas estaba comenzando a sentirse aún más palpable.
ESTÁS LEYENDO
~Entre la Ley y El Gol~(Shidou x sae)
FanfictionIntroduccion en: prologo Pero voy a aclarar algo: -No tienen las mismas edades que en el anime (Shidou 19 y sae 18)