Esta mañana había llegado muy a tiempo a la escuela, y por esto me refiero a que llegué a las seis y media en punto. Como estaba comenzando a aburrirme, decidí sacar el libro que Alonso me había prestado y me fui a sentar al escritorio para leerlo.
― ¿Qué haces? ―preguntó Alonso entrando al salón.
― Leyendo ―sonreí― quiero mejorar mi léxico.
Y es que últimamente me la había pasado diciendo groserías por cualquier cosa y eso no me gustaba para nada. Así no era yo. ¿Por qué lo estaba haciendo?
― No ―sonrió― esta Emma me gusta.
― Seamos honestos, tengo que bajarle tantito ―me puse seria y el asintió.
Continué leyendo mientras Alonso jugaba con su iPad. A los pocos minutos Jos entró por la puerta y saludó a Alonso y luego me hizo un gesto con la mono, el cual respondí con una sonrisa.
― Y por eso está leyendo.
Fue lo único que escuché. Supongo que le estaba contando porque me encontraba leyendo.
― ¿Estudiaron para el examen de ciencias? ―dijo Jos mirándonos.
¡Cierto!
― Gracias Jos ―sonreí y corría a mi lugar para sacar mi libreta.
Y nada más la saqué, en serio. Por mi mente pasó la opción de estudiar un poco oal menos leer lo que habíamos hecho durante este periodo pero me ganó más la tentación de leer el libro, que mis apuntes.
― Que bien estudias, eh ―dijo Jos en un tono de regaño.
Me reí ante su comentario y seguí leyendo. Cuando terminé de leer el capítulo en el que me encontraba decidí repasar un poco.
La clase de cálculo se pasó rápido, el maestro nos había dado oportunidad de estudiar ya que le habíamos contado que teníamos examen en un rato.
― A ver muchachos, guarden todo porque tenemos examen ―dijo la maestra mientras cerraba la puerta.
― Pero si nos toca ecología ―dijo Bryan al mismo tiempo que fruncía el ceño.
― Ah, entonces quiero ver el avance de su proyecto.
Les cuento. Resulta que cada año, la escuela organiza una feria de ciencias, o algo así, debemos presentar un proyecto y bueno, es parte de nuestra calificación y bla, bla, bla. Este año, el tema era el agua, yo estaba haciendo equipo con Jos, Freddy y Alan. Freddy no había trabajado para nada, ni siquiera se había tomado la molestia de preguntar cuál era el proyecto que habíamos elegido. Alan si había preguntado pero no había hecho nada más, así que Jos y yo estábamos prácticamente solos en esto.
Jos y yo nos miramos.
― Lo traje ―levantó nuestro proyecto― descuida, vamos.
Habíamos decidido hacer un motor hidráulico.
Nos acercamos al escritorio de la maestra y Jos dejó el motor sobre éste. La maestra comenzó a ver nuestro proyecto y mientras ella estaba atenta a eso, Jos me abrazó. Le devolví el abrazo porque ya tenía semanas que no lo hacía.
― Muy bien ―sonrió.
― Maestra ―dijo Alonso colocándose a nuestro lado― ¿puedo decirles algo?
Ella asintió y Alonso comenzó a decirnos que íbamos a hacer una ofrenda prehispánica y que debíamos traer las cosas para el siguiente viernes. Comenzamos a repartirnos las cosas y cuando terminamos Jos me habló.
― Te apuesto a que Freddy no trae lo que le pidieron ―lo miré y arqueé una ceja.
― ¿Cuánto quieres perder? ―lo reté.
― Una quesadilla.
― Trato ―sonreí y extendí mi mano, misma que él tomó― que sean dos, ¿te parece?
― ¿De qué hablan? ―preguntó Freddy parándose frente a nosotros.
― De que si no traes las cosas para el altar, me voy a quedar sin comer ―solté.
― ¿En serio? ―dijo.
Jos y yo nos limitamos a asentir.
― Ya es hora del examen, ya guarden todo ―indicó la maestra.
― Denos cinco minutos más ―pidió Bryan.
La maestra se portó buena onda y nos dio permiso de estudiar un par de minutos más.
― A ver Emma, vamos a estudiar ―dijo Jos.
Después de que nos pusimos a estudiar, la maestra nos pasó los exámenes y cada quien comenzó a responder el suyo.
Cuando terminé, la maestra me pidió que me saliera con la excusa de que seguramente le iba a pasar las respuestas a Jos o a Freddy que se encontraban a mi lado.
Diez minutos después, Jos salió del salón.
― ¿Te acuerdas del disfraz de dinosaurio que te enseñé? ―dijo mientras se sentaba a mi lado.
― Sí, ¿qué tiene? ―lo miré.
― Me voy a comprar uno de esos ―sonrió.
― Que bien ―sonreí― voy por mi libro, ahorita vengo.
Entré al salón por el libro y luego me senté a un lado de Jos.
― Antes de que empieces a leer, ve esto.
Me mostró una imagen de una mamá dinosaurio y su hijo.
― Qué tierno ―sonreí y él asintió.
― La voy a guardar.
+ + +
A la hora del taller estaba haciendo mucho calor y el sol estaba que te quemaba la piel pero de una manera fea. En serio, estaba extremadamente caliente.
Decidí sentarme en las gradas, Freddy estaba de pie frente a mí, al igual que Jos.
― Oye ―me miró Freddy― ¿tienes un dulce?
― No ―contestó mirando hacia otro lado.
― Jos, ―me miró― ¿tienes un dulce?
― No, ¿quieres que compremos uno? ―sonrió.
― Va ―me levanté y ambos bajamos los escalones de las gradas.
Íbamos subiendo las escaleras cuando Alonso se cruzó en nuestro caminó y decidió acompañarnos.
Genial.
― ¿Qué vas a comprar? ―me preguntó Jos mientras yo veía los dulces.
― No lo sé, pide tú ―sonreí.
Al final yo compré unos sugus y él un Boing de fresa.
― Es como mi dulce ― dijo Jos cuando vio que no quitaba la vista de su jugo― no como dulces.
― Ah.
De regreso a las canchas, nos platicó de un Boing de naranja que está delicioso, según él. La verdad es que nunca en la vida lo he visto.