Capítulo 33

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Desde que he despertado mi fijación ha sido revisar el teléfono, pero no hay noticias de él. Le he escrito sin obtener respuesta, lo he llamado y se desvía la llamada a buzón de mensajes. Tengo que reconocer que estoy asustada y muy preocupada sabiendo cómo es él de depresivo.

Mi familia tiene que ir, como de costumbre de cada año, al hotel donde se llevará a cabo el evento benéfico. No es hoy pero habrá periodistas y mi padre tiene que manejar todo eso. Yo, como es lo usual, estoy aburrida de seguirlo a él y a Margory a todos lados.

He vuelto a intentar llamar a Thomas, pero nada.

Luego de unas horas me encuentro en el hotel con Michelle y Mason, finalmente han llegado, lo que me ha hecho sentir cómoda. Ellos en seguida se dan cuenta de lo triste que estoy y tratan de animarme pero no lo logran.

Echo mucho de menos a Thomas.

En la tarde, cenamos en familia en el restaurante del hotel y a cada momento veo el teléfono esperando un mensaje de él, aunque sea. Después de comer no tengo ganas de postre, así que me retiro de la mesa y me voy a mi habitación del hotel.

Vuelvo a llamarlo y sigo obteniendo el mismo resultado. Nada. Me siento miserable. Y lo peor es que, estoy consiente que es malo que la felicidad de una persona dependa tanto de otra. Pero, ¿qué debo hacer?

Escucho que tocan la puerta y cuando la abro, Mason me sonríe. Lo hago pasar y me acuesto en mi cama tomando la almohada y cubriendo mi rostro.

—¿Qué le sucede a Cassie, Mason?... No lo sé... Ve a hablar con ella... Ya sabes como es ella en estos eventos... Ella se aburre pero no se deprime, ve a hablar con ella... Bien, lo haré —lo miro y está poniéndose de un lado a otro manteniendo una conversación con él mismo—. ¿Qué esperas?... ¿Te refieres justo ahora cuando quiero comer mi postre?... Por supuesto... De acuerdo, papá, pero me debes mi tarta Vianner.

—¿Esa fue la conservación que tuvieron cuando me retiré de la mesa?

—Algo así. ¿Qué sucede?

Se sienta en el sillón que hay en la habitación, inclinado hacia adelante con sus codos apoyados a sus muslos y sus manos entrelazadas.

—No es nada. Estoy bien.

—Patrañas.

—Bueno, sí. ¿De acuerdo? Estoy... extraño a alguien.

—¿A quién? ¿A Thomas Wells?

Me siento como un resorte en la cama.

—¿Cómo tú...? ¿Cómo?

—Papá me contó todo.

—Oh, Dios.

—Gracias por eso, por cierto. Se supone que nunca nos ocultaríamos las cosas.

—No. Escucha quería contarte pero... no lo sé, siento que sin mis líos, por fin estás viviendo tu vida. ¿Qué te dijo Daniel? Porque sea lo que te haya dicho, es decir, si te dijo que él...

—Que tiene una mala reputación. Eso fue lo que dijo.

—Una mala reputación completamente falsa.

Le cuento todo lo que sé y todo lo que Thomas ha hecho por mí, por supuesto evito lo sexual, sería raro contarlo.

—Vaya, vaya —está sonriendo también—. Sí tú te fijaste en él, es porque realmente es un buen sujeto. Asombroso, entonces. Pues, quisiera conocer al chico que tiene a mi terca hermana enamorada. Y espero que no se estrellen mis expectativas —se levanta sin abandonar su sonrisa y se acerca a mí—. Buenas noches, Cass —besa mi cabeza.

Mi Corazón Es Tuyo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora