Korea, un país muy respetuoso, pero dentro de ese lugar en su mayoría respetuoso hay una gran excepción, y para mi decepción, mi padre Park Bon Hwa el dueño de la editorial más resonante de Korea del Sur.
Este hombre tan prestigioso, adinerado, int...
Sin que tuviera oportunidad para responderle nos dormimos.
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Desperté entre los brazos de mi amigo que aun no despertaba, era sábado teníamos el día completamente libre y dudo que Jimin me deje ir antes de que sea domingo por la noche.
Me levanté cuidadosamente y preparé el desayuno, Jimin tenía una waflera o como se diga, y no me resistí a usarla. Minutos despues puse todo lo que había preparado en la mesa y fue entonces cuando Jimin apareció ya cambiado y se sentó.
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Me quedé viéndolo sorprendida por lo arreglado y hasta guapo que se veía mi amigo, y obviamente se dio cuenta.
–¿que pasa?– sin notarlo su pregunta me puso nerviosa.
–n-no me dijiste que usabas lentes– fingí una pregunta improvisada.
–a ¿estos?– preguntó pasando su dedo por donde se suponía tendría que haber un vidrio –no tienen aumento o vidrio siquiera, los uso porque me gusta.
–eres raro min– me reí algo nerviosa y él me imitó –¿y por qué estas así de arregladito?– le pregunté –¿acaso hoy trabajas?
–no no– respondió con comida en la boca –es solo que pensé que podríamos salir a comer juntos.
–pero no me traje dinero–
–tranquila yo pago todo lo que quieras– respondió terminando su desayuno.
–no, ni loca, de ninguna manera, absolutamente no, ni ahí, ni pensarlo– le negué varias veces a lo que él empezó a reír.
–Tranquila, te dejaré que me devuelvas un poco de dinero de lo que gaste si tanto lo quieres así – dijo entre risas.
–de acuerdo– Sonreí rascando mi nuca.
–ve a cambiarte a mi habitación o al baño– dijo arrojándome mi ropa.
Fui a su habitación y una vez cerrada la puerta me quité el polerón y el short que Jimin me había prestado para dormir y los dejé sobre su cama para pasar a ponerme mi ropa. Cuando salí Jimin estaba en el sillón esperándome.
–vayamos!– grité para asustarlo.
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La mesera trajo nuestros platos y mientras comía recordé la noche anterior y una frace resonó en mi cabeza "mudate con migo" Jimin de verdad me dijo eso, o será que estaba muy dormido.
–Jimin– lo llamé y el levanto la mirada –lo que dijiste anoche, sobre mudarme ¿era el serio?.
–claro que era en serio pero entiendo si no quieres hacerlo– apoyó sus brazos sobre la mesa.
–¡por supuesto que quiero! Sería lo mejor que me pudiera pasar– dije casi gritando –pero no lo hará – hice una pausa para pensar en lo que acababa de decir –mi padre, no me dejará, de todas maneras, intentaré.
