Capítulo 2.

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El silencio reinó entre ellos después de las palabras que aquel chico había pronunciado. Brooke aún seguía sorprendida de que se hubiese quedado, de que siguiera allí a su lado, unos pocos pasos más atrás.

Le dio una última calada a lo que quedaba de su cigarro, se había encendido otro, lo pisó con la punta de su zapatilla y entonces dio un paso hacía delante, avanzando hacía ellos. La luz de una de las farolas cayó directamente en su rostro, iluminándolo, dejando ver sus duras facciones. Si se había dado cuenta de las miradas que los demás le dirigían, no lo mostró: parecía ser totalmente ajeno a éstas, a la incomodidad y cierto temor que había generado, uno al que quizás ya estaba acostumbrado. Sus movimientos eran lentos, como si quisiera añadirle más tensión. Había algo en la manera despreocupada y segura en la que se movía que hacía que Brooke no pudiera apartar la vista, que deseara saber cuales eran exactamente sus pensamientos en ese mismo instante.

Leo y Scott no dijeron nada y también evitaron mirarle de forma directa.

-Estoy hablando de ti. -volvió a hablar, dirigiéndose ahora directamente a Scott que no se veía tan confiado y seguro como antes. Brooke pensó en si debería de intervenir pero se sintió tan reconfortante en ver a Scott de esa forma que decidió guardar silencio, esperando a ver donde iba todo aquello.

Fue Leo quien habló en su lugar.

-Brooke, creo que será mejor que nos vayamos ya.

-Pensé que no había lugar para mi en el coche. -le recordó ella.

-Y no lo hay. -interrumpió Scott ahora, que estaba haciendo un gran esfuerzo por tan solo mirarla a ella y no al chico que había a su lado a quien ambos habían decidido ignorar, como si no se encontrara allí. Estaba convencida de que aquello tan solo haría enfadarlo más. -Ya te he dicho que te hago el favor de llevarte a tu casa, no sé porque sigues dándole tantas vueltas al asunto.

-Problema resuelto. ¿Nos vamos? -sin duda, era Leo el que más nervioso parecía.

Brooke estaba a punto de negarse una vez más, pero entonces escuchó como de nueva esa voz volvía a hablar.

-Yo la llevaré.

Y, como había pasado antes, se volvió a producir un silencio. Ninguno parecía ser lo suficientemente valiente como para contestarle, para dirigirse a él. Leo, quien era el que menos tiempo llevaba en el pueblo, estaba demasiado asustado; le habían puesto al tanto de todas las historias, rumores y comentarios por lo que no podía culparle poro sentirse al menos, un poco acobardado.

- Brooke, ¿podemos irnos ya, por favor? -casi suplicó Leo a la chica y ella no pudo evitar sentirse molesta ante esa indiferencia al chico, esa manera de hacer como si no existiera, como si no fuera nada ni nadie. Aunque en realidad, así era como trataban la gente como ella a la gente como él. Siempre había existido esa superioridad de un grupo hacía el otro.

Y entonces, quizás por el enfado que aún sentí por Leo, por ponerle a prueba de alguna forma, soltó:

-Él me llevará. -aseguró, fingiendo una gran seguridad. Ni siquiera sabía que era lo que quería conseguir de todo aquello, ni mucho menos como iba a terminar. Una parte de ella tan solo quería que Leo entrara un poco en razón, que recordara que era su amiga y que no iba a dejar que se fuera con un completo desconocido ni con Scott, que sería él quien la llevaría a casa.

-¿Vosotros os conocéis? -preguntó, pero una vez más se dirigía solo a ella.

Esa vez,Brooke miró de reojo al desconocido, tratando de averiguar que era lo que pensaba, lo que pretendía con todo aquello, pero no consiguió sacar nada pues en su rostro parecía haberse instalado una especie de mascara, impidiendo así que ningún sentimiento saliera a la luz. Su cara no mostraba nada y eso no hacía más que inquietarla; lo cierto es que su mera presencia era más que intimidante.

ALIADOS. (CORRIGIENDO)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin