Coffee Prince (PROXIMAMENTE A EDICIÓN)

05.

"No te permitas pensar que eres un idiota solo porque no has aprobado un examen"

-Recovecos de mi alma.

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Cuando ambos chicos llegaron al baño, primero entró él rizado y luego Louis que al entrar cerró la puerta con seguro, no quería avergonzar más a sus padres con la escena que "obvio él ocasionó". Después él ojiazul checó que nadie estuviera dentro de alguno de los cubículos y efectivamente no había nadie dentro. Mientras él ojiazul hacia eso, él rizado se había dispuesto a mojar un pañuelo para luego dárselo a Louis que lo recibió con un sutil 'gracias'. Él ojiazul empezó a tallar la tela de su camiseta de algodón blanca en la parte donde se encontraba la gran mancha de vino.

—No creo que eso quite la mancha. —comentó él rizado mientras agarraba un pañuelo seco y se lo pasaba al ojiazul.

—¿Crees que no lo sé? —dijo a la defensiva Louis sin verlo. Él rizado no tenía la culpa de sus problemas familiares. —Lo siento, solo es mi familia...siempre me juzgan. Yo ni siquiera tuve la culpa de todo esto. —dijo él ojiazul frustrado al mismo tiempo que arrojaba el pañuelo al espejo y se recargaba en el lavabo.

—Lo siento. —dijo él rizado. —Creo que deberías quitarte la camiseta. —dijo, y Louis volteó a verlo desconcertado.

—¿Para? —las mejillas del ojiazul empezaron a convertirse de pálidas a un tono rosado.

—Te daré la mía, tú dame la tuya. —comentó él rizado mientras se quitaba el saco, seguido del moño y empezaba a desabotonar su camiseta. —Vamos, hazlo. —animó él rizado al ver al ojiazul plasmado en su lugar. —Aparte, luces casi igual que los camareros. —era cierto. En el momento en el que el comentario del rizado salió de su boca, Louis volteó a ver su ropa y luego la de él, era cierto, iban casi iguales a diferencia de que Louis llevaba corbata y los camareros moño.

—¿No crees que mi camiseta te quedará un poco chica? —preguntó el ojiazul mientras se quitaba el saco y la corbata.

—Tal vez, y la mía te quedará increíblemente grande. —sonrió mostrando los hoyuelos. En ese mismo momento él rizado se quitó su camiseta, dejando expuesto su abdomen que en él adornaban tres tatuajes: unas golondrinas por debajo de sus clavículas, una mariposa debajo de sus pectorales y uno pequeño en su cadera que decía 'might as well...'. Él ojiazul estaba asombrado por la figura del rizado, ¿Por qué le dolía la entrepierna?

Louis siguió desabotonando su camiseta con dificultad, él cuerpo de Louis a diferencia del de Harry estaba sin una gota de tinta en él. Ambos se intercambiaron camisetas y se las colocaron. Harry tenía razón, su camiseta en él ojiazul lucía demasiado grande, y la de él en la del rizado era demasiado pequeña.

Él rizado al terminar de colocarse el saco y el moño, volteo a ver al ojiazul que estaba luchando con las mangas de la camiseta. Esto le pareció de lo más tierno al rizado. —Te ves tierno. —comentó mientras reía sutilmente.

—Deja de decirme así. —dijo el ojiazul molesto. Esos apodos que le había dado él rizado hacían que unas molestas mariposas aparecieran.

—¿Cómo? —preguntó perplejo él rizado mientras se acercaba al ojiazul.

—Ya me escuchaste. No me digas así, ¿De acuerdo? —dijo Louis y al momento en el que levantó la cabeza se encontró con él rizado muy cerca de él, tan cerca que podía ver los distintos tonos de verde en sus ojos.

—¿Qué vas a hacer si no lo dejo de hacer? ...nene. —retó él rizado. Louis volvió a bajar la vista al ver que los impactantes ojos del rizado intentaban romper su barrera. Él rizado se quedó unos segundos viendo lo hermoso que se veía aquel chico avergonzado, quería verle el bonito rostro que tenía, así que tomó el mentón del ojiazul y lo obligó a mirarlo. La mirada del rizado calaba en la del ojiazul pero no la apartaba. Estaban tan cerca, él aliento de Louis era de vino y él de Harry era de menta, que combinación.