Me quedé acariciando su rostro un rato más, solo espero que se quede conmigo a pasar la noche.
-¿Puedo quedarme contigo esta noche?.-dios mío, este hombre me lee la mente.
-¿Y tu esposa?.
-Ya le diré una mentira.
-¿Estás seguro de que vale la pena?.
-¿Qué?, ¿Te arrepientes?.
-Claro que no, solo no quiero que tengas problemas.
-Entonces relájate, yo lo arreglo.Le acaricié el cabello un rato, nos mirábamos.
-Señorita, ya está la cena.-escuché a Jennifer detrás de la puerta.
-Gracias, Jenni.Me levanté y me tapé con una sabana puesto que estaba completamente desnuda, él también estaba avergonzado y no quería levantarse.
-Vamos, no te miraré.-le dije para convencerlo.
-Date la vuelta, por favor.-me dijo riendo.
-Ok, majestad.Me di la vuelta y esperé pacientemente a que se pusiera los jeans, yo me puse los míos y mi camiseta.
-Ya puedes darte la vuelta.
Se estaba poniendo la playera y encima la chaqueta.
-La que tú me regalaste, ¿recuerdas?.
-Creí que la ibas a tirar.
-Claro que no, es como tirar toda nuestra historia a la basura.
-¿Tenemos una historia?.
-Everyday create your history.-dijo cantando, yo no entendía.-Estoy trabajando en esa canción.
-Ah, esa parte es buena, probablemente mi favorita.-le dije irónica.
-Ya deja de molestarme.-reía.Bajamos al fin, nos sentamos juntos en la mesa a comer. Jennifer había hecho tacos, yo en realidad no los conozco, jamás los había comido pero a Michael parecía gustarle.
-¿Qué festejamos hoy Jenni?.-le dije bromeando.
-Son tacos, señorita. Oí que son los favoritos del señor y ya que está puede probarlos o comer otra cosa si lo desea.
-Jennifer tú siempre estás en todo, por eso eres la mejor, ¿lo sabes?.
-Muchas gracias, Silvana.Michael comenzó a comerse eso y yo tenía miedo, esto tenía una variedad de cosas metidas en una tortilla.
Solo tomé un pedacito.-¿Qué?, ¿No te gusta?.-me dijo Michael masticando.
-Soy argentina, no mexicana.
-¿Y eso qué?.
-Allá no toleramos tanto lo picante.
-Ah ya que estoy aquí, ¿Es verdad eso de que no tienes equipo de limpieza?.
-Solo tengo a Jennifer y Jerry que me cocinan, pero la casa la limpio yo.
-Wow, ¿toda esta casa?.-dijo mirando al techo.
-Sip.
-¿Cuánto tiempo te toma limpiar todo?.-me dijo impresionado.
-Aproximadamente todo el día, como verás hoy no pude.-levanté una ceja.Él solo sonrió avergonzado y siguió comiendo esa cosa.
-Jennifer.-la llamé.
-¿Sí?.
-Siento no poder aguantar el picante de los tacos, seguro están geniales.-le di el plato.
-No importa, Silvana. No es para todos.-me dijo retirandome el plato.
-Están exquisitos.-dijo él con la boca llena.
-¿Quiere comer otra cosa, Silvana?.
-No, gracias Jenni. Acepta esto por favor y sal con Jerry.-le di dos boletos para el cine. Eran para Michael y yo pero ya saben que sucedió.
-Muchas gracias, señorita. Si necesita algo solo llámame a mi teléfono o al de Jerry.
-Claro, tómense un descanso merecido.Jennifer se fue de la habitación.
-Me encantaría tener la misma relación con la servidumbre.
-Solo ten en mente que son familia.
-Amo como eres, ¿lo sabías?.
-Y yo te amo a ti.-de repente me di cuenta de lo que dije y quise arreglarlo.-no, no manches no quise decir que...
-Yo te amo mucho más.-me interrumpió sonriendo.
-¿Ya terminaste?.
-Ah si, ¿vas a llamar a Jennifer?.
-Acaba de dejar la casa, lo levanto yo.Él se quedó sentado y yo fui a llevar su plato a la cocina, abrí la heladera y habían miles de cajas de helado que nunca como porque no me gusta comer helado sola.
Fui hasta dónde él.-¿Quieres helado?.
-Eso no se pregunta, se sirve.-dijo sonriendo.
-Te traigo la caja y ya.Llevé las cajas porque eran de distintos sabores y algunos baldes de sabores exóticos.
-Yo creo que...-se levantó con una cuchara en la mano, la metió en uno de los baldes y cuando pensé que iba a comérselo me manchó la camiseta con helado.-No quiero ninguno.-sonrió como un niño.
-Oh, acabas de iniciar una guerra.-tomé una cucharada yo también y se la embarré en la cara.
-Tienes suerte porque no llevo maquillaje hoy.-dijo con la cara manchada.
-¡Guerra de heladoooo!.-grité.Nos empezamos a arrojar helado por todos lados, arrojabamos por aquí, arrojabamos por allá. Michael paró un momento para quitarse la chaqueta y seguimos con la guerra.
Me sentía una pequeña niña y me encanta, veo esa sonrisa en su rostro hermoso y siento que quiero que sea así toda la vida.Terminamos totalmente manchados, estabamos asquerosos y transpirados.
-Mira lo que has hecho, ahora tendré que limpiar.
-Te ayudo.
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Mi héroe. (Mj)
FanfictionLa historia de una fan que consigue trabajar como corista para Michael Jackson. Pronto habrán malentendidos amorosos y problemas. Silvana consigue ser famosa a nivel mundial y poco a poco las cosas se le van de las manos. Silvana estará para él...