KINEO

Capítulo XV (Le sécurité assemblée)

Ya pasaron 4 semanas desde el incidente en la entrada de la clase elekma. Todos los tekno fueron segregados a sus respectivos tipos. Y cada uno de los jóvenes de las 3 (inglés, español y chino) lenguas superiores empiezan a conocer a quienes pertenecían a los de lenguas inferiores (cualquier otra lengua y dialecto).

Kineo tiene un sin número de estructuras que parecen ser visibles desde un satélite, y en realidad es que así es, pero la misma escuela ha logrado pasar desapercibida gracias a los sistemas de seguridad que la mantienen oculta de cualquier transductor, desviando las señales, o emitiendo señales erróneas (inclusive ruidos café y blanco ecualizados de manera aleatoria).

Las conferencias de las 3 lenguas superiores y las 2 de lenguas inferiores, se llevaron a cabo ese mismo día, sin embargo, para evitar problemas de comunicación, se acordó que cada una de las lenguas inferiores se mezcle con alguna de las tres superiores haciendo que, durante su entrenamiento, cada uno de estos jóvenes estudiase aquella que le llame más la atención o, en su defecto, la que se asemeje más a su sistema lingüístico y cultural.

Hace 3 meses había quienes no estaban completamente convencidos de la idea de estudiar otro idioma a parte del materno:

—Pero, ¿Quién decide esto? —cuestionaba (en su lengua) Aketzali, una niña, proveniente de una zona étnica mexicana, cuyo nombre significa agua bella en nahuatl.

—Así es la situación, debemos atender a las indicaciones. Lo decide la "Asamblea de Seguridad". Y lo decidió para evitar problemas de comunicación y mejorar la convivencia, también se planea que ustedes logren comunicar sus idiomas a otros muchachos y ampliar nuestra cultura.

—Estaré de acuerdo en estudiar español.

—Te anotaré e irás al grupo de la casa de estudios de español.

—Gracias, hasta luego —finalizó la conversación con un fluido acento hispano latinoamericano.

Desde ese día comenzaron a verse aún más muchachos conviviendo en el patio central y los periféricos. Kineo, al fin comenzaba a cumplir uno de sus objetivos: la unión pacífica entre diferentes razas así como aceptación, tolerancia y apoyo.

Con el paso de las semanas, Kineo veía avances en la evolución de los jóvenes. Muchos lograban usar sus habilidades para apoyar a los otros, habían quienes se dedicaban a ofrecer servicios a sus compañeros. Los mas chicos eran cuidados por kinetistas más grandes y responsables.

Era casi una utopía idealizada en cuestión de meses.

—¡Hoy no hay clases! —comentaba John mientras se sentaba en un sillón de la entrada y se relajaba—. Nada de práctica de kineo en forma educativa ni deberes, ni nada de nada.

—No cantes victoria, John —le dijo akima—, recuerda que Manuel aún está ansioso de aprender Eolo, y hoy te toca a tí y a Rou mostrarles su kineo. Y, en realidad también quiero ver que sucede —se rió y entró a su habitación.

«Cierto, Manuel quiere aprender sobre cada kineo, ¡¿Qué hago si termina en desastre?!» pensó John.

Así, John salió de su habitación y fue a la de Manuel, en el camino, como ya era costumbre, pasó al bufete por un bocadillo. «Lobo con hambre queda de alambre» Repetía en su mente.

Al llegar a la habitación de Manuel, se dio cuenta de que estaba vacía, por lo que decidió entrar a esperarlo y, durante la espera, admirar las cosas que había ensamblado. Ya que Manuel era un joven muy talentoso en la robótica, aunque, en realidad, su kineo era muy pobre, y catalogado por varios como el más inútil de todos.