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- Lo sé hermano, pero ese maldito hace que me hierva la sangre - incruste la llave en la cerradura y le di vida al motor. - Me dan ganas de arrancarle la cabeza - salimos de la mansión Branson, rumbo al hospital.

- Solo ten en cuenta, que en esta ocasión Alexandra prefiero verte a ti y no a él - tenia toda la razón, fui la primera persona que vio al despertar, fui la primera persona que llamaron sus labios.

El viaje al hospital fue rápido,Connor no dejaba de hablar acerca, de que diria y como explicaría a su hermana él porque la dejo sola tanto tiempo.

- ¿Alguien podria decirme, que decir y como hacer para que no me mate? - dijo tocando su cabello.

- Solo no seas un imbécil - dije desde el asiento del copiloto.

- Imposible- dijo Robert riendo.

- ¿Qué paso con Lucia? Robert - dijo mirandolo con burla. Habia dado en el punto exacto.

- Connor - dijo mirandolo mal. - Es que de verdad eres un hijo de puta.

Los tres reimos y caminamos hacia el elevador para llegar al piso donde estaba Alexandra. Los tres estábamos ansiosos, nerviosos y más que todo estábamos felices, Connor parecía estar en un maldito sueño porque la sonrisa de oreja a oreja no desaparecía de su rostro.

~•~

La habitación se encuentra en silencio, mientras Connor y Alexandra se abrazan y susurran cuanto amor se tienen.

- Gracias chicos - pronunció Alexandra con lágrimas en sus ojos. - No sé qué haría sin ustedes - sus brazos se extendieron hacia nosotros y Robert corrió hacia ella.

- No vuelvas a asustarme de esa forma. Casi me da un maldito infarto - regañó al separarse de ella.

- ¿Y tú qué estas esperando? - dijo mirándome con gracia. - Ven acá Dim - abrí mis ojos con asombro, hace años no me llamaba así. Camine hacia ella con una sonrisa. - No sabes cuanto me alegra verte - susurro en mi oído mientras me abrazaba más fuerte.

- También me alegro de verte pequeña - besé su frente antes de separarme completamente de ella.

- ¿Cuándo llegaste? - preguntó a Connor.

- Llegue hace un par de dias, Brennan me avisó y tomé el primer vuelo hasta acá - un gesto de disgusto cruzó en su rostro al escuchar el nombre de Brennan.

- ¿Ustedes están bien? - su mirada viajo desde Robert hacia mi.

- Estamos bien, solo raspones y mallugaduras - explicó Robert sin importancia tirándose sobre el sillón.

- Sarah - todo quedó en silencio. - Ella, ¿Cómo está? - su mirada se quedó sobre mi.

- Ella murió en el ataqué - Alexandra cerro los ojos con fuerza y suspiro. - Pero Brennan está bien - aclaré fingiendo alegría.

- Él no me interesa - susurró buscando mi mano, la cual le extendí con gusto. - Solo me interesan ustedes chicos - sollozó.

- No llores pequeña, estamos bien. Ahora debemos procurar que tú también lo estes - ánimo su hermano con una sonrisa.

- ¿Ustedes dos podrían hacerme un favor? - pregunto a los dos hombres frente a ella.

- ¿Y por qué nosotros y no Dimitri? - alegó Robert haciendo un puchero.

- Las enfermeras odian a Dimitri en estos momentos, y sé que ustedes dos podrán conseguirme lo que quiero - sonrio de una manera tan inocente.

- ¿Qué quieres que hagamos? - bufo Connor.

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- Quiero comer - se quejo haciendo una rabieta de niña pequeña.

- ¿Quieres filete o costilla? - dijo Robert acomodando su saco y peinando sus cejas con los dedos.

- Lo que sea, pero quiero comer.

- Entendido jefa - Robert arrastró a Connor fuera de la habitación, mientras Alexandra y yo nos reíamos dentro de la habitación.

- ¿Cómo es eso que las enfermeras me odian? - encarne una de mis cejas y me senté frente a ella en un silla.

- ¿Tú por qué crees? Imagínate ser enfermero entrar a la habitación de tu paciente en coma y encontrar a un hombre sentado frente a la chica, pobre mujer seguramente le dio diabetes del susto - acomodo un mecho de su cabello detrás de su oreja.

- Oye, pero seria un enfermero sexy - le guiñe un ojo y ella sonrió.

- Tienes toda la razón - sonrio tímidamente.

- Entonces quieres decir que - camine hacia ella y me acerque a su rostro. - ¿Si yo fuera enfermero seria uno sexy? - sentia su aliento sobre mis labios. La vi morder su labio mirando los míos.

- Sí - susurró, pasando la lengua entre sus labios.

- ¿Y yo sería tu enfermero? - me acerque más a ella, tomado su rostro entre mis manos y hacer que me mirará.

- Solo mío - susurró viéndome a los ojos. Maldita sea quería besarla ahora mismo, comencé a acercarme más a ella, sus labios se entre abrieron, pocos centímetros faltaban. Estaba apunto de sentir sus labios.

- ¡Buenas noticias! - ambos nos separamos rápidamente y observamos a Robert y Connor entrar con un carrito de comida. - ¡El papi Robet consiguió comida para la jefa! - alabó.

- ¿Disculpa? Yo conseguí la comida, no tú - alegó Connor comiendo una uva.

- ¿Eso es chocolate? - preguntó Alexandra con una sonrisa.

- ¡Sí! - afirmo Connor. - ¡Pero tú no puedes comerlo!

- Hijo de... - tape con mi mano su boca.

- ¿Hay algo que ella pueda comer? - pregunte con la voz temblorosa al sentir los labios de Alexandra jugueteando en la palma de mi mano.

- Sí, está manzana - elevo la manzana.

- ¿De toda la comida que traen, ella solo puede comer una manzana?

- Sí - dijeron ambos comiendo de toda la comida.

- Ustedes si que son idiotas - quité lentamente la mano sobre su boca y salí de la habitación.

~Alexandra~

- ¿A dónde iría? - preguntó Connor con la boca llena.

- No lo sé - susurré observando la puerta. Tomé la manzana de la mesa y le di un mordisco. Sabia tan dulce, no sé si sea porque no habré comido por días o realmente la manzana tenia ese sabor.

- ¿Qué estaban haciendo tú y Dimitri cuando entramos? - pregunto Connor mirándome seriamente. Mastique lentamente los últimos pedazos de manzana que quedaban en mi boca.

- Nada, solamente platicamos un rato - dije jugando con la manzana.

- Ujum, solamente platicaban - bromeo Robert con picardía. - Yo también platicaba con Lucia - sonrió para luego devorar las uvas de la bandeja.

- ¿Qué insinúas Reynolds? - alegó mi hermano.

- Nada, nada, solamente les comentaba que yo también platicaba con Lucia - dijo obviamente tratando de desviar la tensión del momento.

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