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~Dimitri~

La delgada figura de Alexandra se deja caer sobre el sillón

de cuero, que antes ocupaba su padre y que de ahora en adelante será su lugar o mejor dicho su trono. Sus finos dedos acariciaron el cuero y en milésimas de segundo se dejó caer contra el escritorio, caminé los más rápido que pude hacia ella y pude escuchar el sonido que rompía mi corazón desde hace años; ella lloraba y susurraba el nombre de su padre, su cuerpo temblaba por la fuerza que hacía al llorar.

Doble mis rodilla y me inque a su lado, acaricie su pierna tratando de darle una sensación de reconfortante, levanto su cabeza y me miro con los ojos llenos de lágrimas, sin previo aviso se abalanzó sobre mi, haciendo que me sentara de golpe con ella en mis piernas, enrolló sus delgados y finos brazos en mi cuello y escondió su rostro en mi cuello, los sollozos se hacían más fuerte y lloraba más a cada segundo. La estreché entre mis brazos y acaricié su espalda.

- Tranquila pequeña - bese su cabeza mientras acariciaba su espalda. - Debes tranquilizarte, no es bueno para tu salud - estaba asustado, sabía que no podía estar en este estado, se encontraba muy débil y podría afectar su estado.

- ¿Qué haré ahora Dimitri? - pregunto contra mi cuello. Su aliento chocado con mi cuello me estaba volviendo loco.

- Lo que has hecho siempre, Alexandra - me separe de ella y así poder tomar su rostro entre mis manos. - Eres la chica más fuerte que conozco, sé que saldrás de esta como has salido de muchas antes. - cerro los ojos y negó susurrando algo que no entendí. - Mírame, por favor - suplique en un susurró.

Su mirada se posó sobre mi rostro y lo examinó lentamente, varias muecas de disgusto cruzaron por su rostro; sabía que tenía la cara de mierda por los moretones y cortadas que tuve en el ataqué, su pequeña mano viajo hasta mi mejilla y acarició esta con sumo cuidado.

- Auch, eso duele - reclamé al sentir uno de sus dedos sobre una cortada, una pequeña risa salio de sus labios.

- Vaya macho - bromeó, mis ojos viajaron hasta su boca la cual estaba entre abierta. - ¿Tiene algo mi boca? - preguntó. Levántate la mirada rápido y ella me está viendo con una sonrisa ladeada. - Responde - ordenó.

- Ah, yo... Ale, yo...

- Dimitri Callen, te hice una pregunta ¿Tiene algo de malo mi boca? - se acercó peligrosamente a mi rostro. - Y quiero una respuesta concreta.

- Alexandra - susurré mirándola a los ojos.

- Dime - se movió hacia delante y atrás. Deje caer mi cabeza hacia atrás y suspiré tratando de que todos los malditos pensamientos se fueran de mi mente. - Habla - susurró rozando mis labios.

- Alexandra, por favor - me costaba tragar teniendo a esta mujer sobre mi.

- Quiero que lo digas, y lo quiero ahora - se movió sobre mi miembro y toda la maldita cordura iba desapareciendo. - Por favor - presiono su lado más sensible contra mi entrepierna.

- Alexandra joder - gruñí. - Deja de hacer eso.

- Dime entonces.

- ¿Quieres saber? - asintió como una niña pequeña. - Tiene toda mi maldita atención y no puedo dejar de imaginar como sabrán tus besos y tendré que vivir con eso, ¿Esto era lo que querías escuchar, Alexandra Branson? - una enorme sonrisa adornó su rostro.

- Eso quería escuchar, Dimitri Callen - jugueteo mi cabello entre sus manos. - Pero, algo en tú respuesta esta mal - acomodo su cabello pasándolo detrás de su espalda.

- ¿Qué cosa?

- No eres el único que...

La puerta se abrió de golpe, dejando ver a Brennan transpirando y jadeando. Su mirada viajo por toda la habitación, hasta encontrarnos en el suelo.

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- ¿Interrumpo algo? - pregunto apretando los puños.

- Sí, ¿No te enseñaron a tocar antes de entrar a una habitación? - Alexandra se levanto con ayuda del escritorio, inmediatamente imite su acción y me coloque de pie a su lado. - ¿Qué quieres Ross? - pregunto tajante.

- Quería saber como estabas, pero por lo que veo estas mejor de lo que imaginé - la examinó con la mirada con una mueca de asco.

- Respeta Ross, que estas hablando con tu jefa - di dos pasos hacia él.

- Mi jefa y tu puta - sonrio con burla, escuché la respiración pesada de Alexandra, sus manos estaban hechas puños y si las miradas mataran Brennan estaría descuartizando en alguna carretera abandonada.

- ¡Respeta maldito imbécil! - camino decidida hacia él, pero lo impedí jalandola de la cintura. - Suéltame, suéltame Dimitri, le enseñaré a este estúpido a respetar - susurraba forcejeando conmigo.

- Alexandra no vale la pena - susurré sobre su oído. - No lo vale.

- Doma a tu perra Dimitri, los veo otro día - sin más salió de la habitación.

- ¡Es un hijo de puta! - grito con todas sus fuerzas. Dejo caer su cabeza sobre mi pecho y empezó a regularizar su respiración. - Voy a matarlo - susurró con los ojos cerrados.

- Ya somos dos - asegure acariciando sus brazos. - Será mejor que vayas a descansar, ya has oído lo que dijo el doctor.

-No quiero dormir - dijo sentandose en el sofa. - Quiero saber cuanto hemos perdido.

- ¿Crees que sea prudente eso? - dije cruzandome de brazos.

- Dimitri, estaré bien - dije acomodándose en la silla. - Ahora, quiero que vayas por Robert.

- Esta bien - obedecí resignado. - Lo que pidas - dijo saliendo de la oficina.

Comencé a buscar a Robert por toda la casa, y lo encontre discutiendo con Brennan.

- ¿Por qué mierda sigues aquí?

- Vine a aclarar unas cosas con Robert - dijo mirandome mal.

- Alexandra quiere hablar con nosotros Robert - informe ignorando a Brennan.

- Entiendo, voy para allá - camino hacia las escaleras.

- Y tú, maldito imbécil -dije mirando a Brennan. - Si vuelves a insultar a Alexandra, te partiré la cara.

- ¿Que hiciste qué? - dijo Robert regresado, cerrando los puños. - ¿Qué ha pasado?

- La llamó puta - dije fijando mi vista en él. - No vuelvas a hacerlo, ya te advertí.

- Le llame puta, porque es una put... - el puño de Robert se estampo en su cara, interrumpiedo aquel veneno que estaba escupiendo.

- ¡En tu puta vida volveras a llamarla así! - Robert estaba hecho una furia, sus manos eempezaron sangrar mientras lo golpeaba. Mientras Brennan intentaba quitárselo de encima y lanzaba puños sin acierto.

El sonido de una descarga nos sobresalto a todos, parando la pelea, volteamos rápido, sólo para encontrarnos a Alexandra y a su lado Connor y Pipe.

- ¡¿Qué carajos estan haciendo?! -dijo mientras se tocaba su herida, sé que le esta doliendo, y peor ahora que bajo corriendo las escaleras.

- Alexandra - dijo robert asustado, cuando la vio bajando hacia él.

- Tus manos - susurró tomándolas entre las suyas cuando lo vio sangrar. - Pipe, ayuda a Brennan y cuando este bien que se largue, no quiero verlo - ordenó mirándolo. - Trata de limpiarte, que tú hijo suficiente tuvo ya - ordenó totalmente sería y sin ninguna pizca de remordimiento. - Te ayudaré con eso Robert - dijo entrando a la mansión.

- Va a hacer que lo maten joven Brennan - dijo Pipe levantandolo del suelo de un tirón y empujándolo hacia adentro.

- Asegúrate que se largue o yo mismo lo mataré - ordené a Pipe caminando hacia las escaleras.

- Sí señor.

- ¡Es un maldito loco! - estas y otras cosas se escuchaban por el pasillo, Robert estaba notoriamente afectado por lo que Brennan había hecho minutos antes. - Deja que lo mate Alex, por favor - la primera imagen que tuve al entrar al despacho, fue a un Robert suplicándole a Alexandra matar a alguien mientras ella lo miraba con una sonrisa burlona.

- Déjalo así Robert - empezó a reír para luego quejarse.

- ¿Estás bien? - ambos voltearon hacia mi, al parecer ninguno de los dos se percató que había entrado hace poco.

- Sí - dijo tranquilizandonos. - Pero no voy a negar que duele - una leve risa salio de sus labios. - Ya esta - dijo botando unos algodones a la basura y poniéndose de pie.

- Estas sangrando Alexandra - dijo Robert asustado, poniéndose de pie.

- ¿Qué? - dijo revisando y jalando su camiseta.

- Se debió romper algún punto - me acerque a levantar la camisa de alexandra, efectivamente los puntos se estaban volviendo a abrir.

- Alexandra - susurré mirándola con preocupación. - Debo curarte esto ahora mismo - dije tomando el alcohol y los algodones en mi mano.

- ¿Quieren que llame al doctor?

- ¡No! - gritamos Alexandra y yo al mismo tiempo.

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