Yo también te amo

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Narra Castiel.

-Eres un buen chico, Castiel – Decía el anciano en la cama mientras se reía.

- Debes traer más seguido a tus amigos, Lysandro – Decía la mamá de mi amigo, ella se encontraba sentada en la cama de su esposo. Yo me encontraba con mi amigo y su hermano. No me habían dejado ver a Rich aún, pero me dijeron que no debía preocuparme mucho, su herida no lo mataría. Sonreí cansadamente a los padres.

- Gracias, me alegra que usted se esté mejorando Monsieur – Respondí, el anciano sonrió.

- Claro que estoy bien, no me derrotara un pequeño problema como el que tuve – Lysandro sonrió ligeramente pero aun así la sombra de preocupación no se iba de su rostro.

- Padre, aun así, debes tener más cuidado – Dijo Leigh con voz autoritaria.

- Claro, claro, hijo, tu tranquilízate, lo tengo todo bajo control – El peli negro le dijo otra cosa, pero no puse atención.

Me distrajo la vibración de mi celular, lo saque de mi bolsillo y me aleje unos pasos de la familia, al ver la pantalla vi que Nathaniel me había enviado un mensaje. Estaba preocupado por el desde que lo había visto irse a su casa, no pude acercarme porque su familia estaba con él y prefería ahorrarle explicaciones, pero su padre tenía una mirada de furia. El mensaje era corto y extraño.

"Castiel, por favor, porf, ven a miasa"

Era lo único que decía, supuse que quería decir ven a mi casa. Una sensación extraña subió por mi nuca. Espere un poco pero no me llego otro mensaje, todo eso me daba mala espina, no hacía mucho que se había ido, una hora como máximo. El miedo y la preocupación comenzaron a subir desde mi pecho a mi garganta "¿ese hijo de perra le abra echo algo?"

-Castiel – Lysandro coloco su mano en mi hombro y yo di un salto por el susto.

- ¿Qué... qué pasa? – Dije mientras intentaba sonar tranquilo, pero mi alteración crecía por momentos.

- ¿Estas bien? Te vez pálido – Miré a mi amigo y luego a su hermano, ambos me miraban atentamente.

- Estoy bien, pero tengo que irme. Algo malo ha pasado - algo me decía que tenía que ir a su casa cuanto antes. Intente irme, pero me tropecé con un banco que está debajo de la cama y caí al suelo – Mierda – Exclamé mientras me ponía de pie, intente irme de nuevo, pero Lysandro me atrapó por el brazo.

- Castiel, no creo que sea bueno que conduzcas una moto, estas demasiado cansado - Debió de haber algo extraño en mi mirada, porque ambos hermanos se miraron por un segundo antes de asentirse mutuamente.

- Madre, padre, tenemos que... - Leigh estaba comenzando a explicar, pero fue interrumpido.

- Vayan hijos, lo entendemos – Dijo la anciana con una mirada de preocupación hacia mí, ¿tan asustado me veía? Sin que me explicaran la razón me llevaron a su camioneta y me hicieron subir.

- ¿A dónde vamos? – preguntó Leigh, yo tragué saliva he intercambia una mirada con el alvino.

- A casa de Nathaniel, rápido -

Narra Nathaniel.

Lo había hecho enfadar demasiado. Después de la primera vez, mi padre intento golpear a mi madre de nuevo y para regresar su atención hacia mí lo golpee a él, pero eso solo hizo que tomara una escoba he intentara golpearme y al no lograrlo se giró de nuevo contra mi madre, "¡NO!" pensé con frustración.

Entonces me puse frente a ella y permití que el palo de escoba me golpeara el costado, un dolor perforante me a travesó como si me hubieran sacado el aire, pero cuide de no generar sonido. Vi la satisfacción en los ojos de mi padre antes de que mis lágrimas me empañaran la vista. Era la única forma de calmarlo, dejar que me golpee "Maldición".

Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora