❝Te esperaré hasta que la última hoja caiga❞
Donde Jungkook a pesar de vivir en un distrito muy lejos de su novio Jimin, sin importar las dificultades que ambos afrontan, logran reencontrarse todos los años en la nostálgica época de otoño.
El últim...
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Unos finos labios rosados debido al frío, se despegaron del reconfortante y caliente vaso de papel. El vapor blanquecino del líquido negruzco se elevaba en el ambiente rozando la piel del joven sentado en una banca de la estación, arropado con distintas telas, ligeras, pero protegiendo su cuerpo.
Dejó salir el aire gustoso.
El verano ya había llegado a su final hace seis días atrás, y el cambio climático en ese país no era ninguna una broma. Las últimas semanas de septiembre en Corea dejaron ver de a poco como la temperatura comenzaba a cambiar; ni a un nivel de 24 grados, pero tampoco a -1. Neutro. Como todo inicio de otoño.
Ah, y con solo pensarlo le revoloteaba el corazón de alegría, ni mil tropezones lo harían cambiar de opinión sobre su época favorita.
¿Y por qué lo sería?
Era el tiempo en el que podría otra vez besar y apapachar a la luz de su vida.
Jungkook rió. Si su madre llegara a escucharlo decir eso en voz alta de seguro le arrancaría la boca.
Una sonrisa nostálgica no pudo esconderse en su rostro.
Mientras las copas de los árboles bailaban a su alrededor, ya se imaginaba los cachetitos rosados del más bajo, el poder abrazarlo por la espalda y repartir besos en todo su esplendor; este deteniéndolo con un suave "Jungkook-ah~".
Lo más difícil era pensar en la mala suerte que tuvo al tener que estar lejos del mayor. Como hace dos años sus vidas de salidas al parque más cercano, ver películas todas las tardes de lluvia cuando hacía frío, dormir y despertarse dándose mimos, les fueron arrebatados de golpe.
La situación financiera de la madre del menor fue responsable de que ahora el azabache se asentara en Daegu, y no en Busan con el rubio.
Ahora gracias al cielo iba todo de maravilla, sin embargo, a eso se le sumó la entrada de Jungkook a la universidad, con el plus de su trabajo a medio tiempo en una cafetería cercana al establecimiento, quitando más tiempo libre y energía del que debería. Creyó que no lograría adaptarse al cambio, pero a las cuatro semanas conoció graciosamente a su ahora amigo Yoongi, el cual estaba pasando casi la misma situación (de causas y factores distintos) con su novio Hoseok.
Congeniaron muy bien desde entonces.
Park por su parte, al principio por obvias razones se deprimió muchísimo por la partida del menor. Entendió claramente los motivos de la ida con la ayuda de unos cuantos besos del azabache, y fue el primero en repartir ideas en sobre cómo se lograrían comunicar mientras estuvieran separados. Videollamada y mensajes fueron los elegidos, intercalándose cada vez que había un lugar libre en sus agendas.
