Alas de Ángel

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Las alas del ángel se extienden hacia el horizonte, donde se espera busque la libertad de todo aquello que lo ata al mundo de los mortales.
Lo único vivo fue el amor, ya que jamás morirá.

...

La tarde de Yulia comienza de forma prometedora y se encuentra conduciendo por la ciudad, mientras esta decidiendo mentalmente a donde parar, tiene ideas más no le convencen del todo.

Se queja en voz baja y sigue el recorrido, tamborileando mientras escucha una canción en la radio, ha imaginado como sería amar, pero le duele pensar que ella no era merecedora de aquel privilegio, aquel accidente cambió su perspectiva de su propia existencia, pero para mal ya que el autoestima a veces era estable, otras bajaba demasiado sumiéndola en tristeza

No pone queja o resistencia a lo que suele pensar, los remordimientos le carcomen, mientras mira el semáforo, pero siente que casi se estrella con el vidrio de su auto ¿quién había sido el idiota que se atrevió a chocarle?

La vida es una ruleta, una maldita cosa giratoria que en definitiva te pone en donde menos imaginas.

Yulia gruñe y empieza a maldecir con visible enojo, ya que su carro no era precisamente barato, bueno tampoco último modelo, pero era de su propiedad.

Notó la presencia de aquella pelirroja que se esfuerza en esfumar de su cabeza, está ofuscada es como si de nuevo renacieran aquellas "alas de ángel" que le fueron cortadas con palabras tristes.

¿Porqué es tan ilusa?

Decidió callarse de la retahíla de insultos que volaban en su mente.

— Tenemos que hablar acerca de mi carro —

— Oh respecto a ello no se preocupe, pagaré por la abolladura que causó el choque —

— Necesito algo mejor que eso — La pelinegra hizo un ademán indicando que subiese la oferta

Lena se resigno, estaba frente a alguien demasiado terco.

— Pagaré la reparación y el lavado del mismo —

— Así esta mejor —

— Yulia ¿eres tú? — La de cabello rizado enfocó la vista, esperaba no fallar

— Ahg si soy yo, pensé que no eras capaz de reconocerme, ha pasado tiempo ya —

— Yulia que gusto verte, vamos por un café, por favor, yo invito —

— Lena no creo que...—

—Por favor — rogaba con gesto lastimero

Lena no solo se sentía mal por aquellos malos recuerdos que la acompañan disfrazados de pesadillas, ella no es un ángel, lo sabe.

Además se enamoró de una persona correcta, en el tiempo incorrecto.

Este es el epílogo, mañana va el extra y así sabrán como acaba esta historia.
SarahiNayeliEnriquez

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