LA AMANTE

1.9K 137 26
                                    

(Por Lady Pecosa)

Capitulo 5

Candy abrió los ojos lentamente, al inicio le dio un poco de vueltas la cabeza, pero despacio se le fue retirando la sensación, no sabe cuantas horas ha dormido, y se siente muy desubicada, esta no es su habitación y tampoco se encuentra en el área de descanso del hospital, ni en la habitación de la mansión Ardlay, lentamente los recuerdos fueron aclarándose en su mente hasta recordar en donde se encuentra y todos los pormenores del porque esta ahí, mientras  por la ventana distingue un frío amanecer, la ansiedad vuelve a instalarse en ella y aunque su habitación es cálida, un terrible estremecimiento recorre su espina dorsal, impulsándola a levantarse de la cama, recordó su plan de escape y se acercó apresurada hacia la ventana para asomarse, escuchaba ruidos y pasos sordos a través del ventanal, había un auto afuera, y varios hombres lo estaban abordando, mientras que uno de ellos se despedía de una joven con indecorosos besos y caricias, provocando un furioso rubor en las mejillas de Candy, por lo que prefirió seguir concentrada en su plan de escape, fue entonces que dedujo que las escaleras traseras que ella alcanzó a ver cuando apenas llegó terminaban en  esa salida oculta, 《esa podría ser otra vía de escape》, pensaba, mientras un gruñido en su estomago le hizo notar el hambre apremiante que parecía dispuesta a torturarla, buscó la charola a ver si había quedado algo de alimento y se dio cuenta que la charola no era la misma, esta era plateada y tenía alimentos que parecían recién servidos, mientras que la anterior había sido negra y ella la había dejado casi vacía. 
Candy no lo meditó más y atacó la charola de manera entusiasta. Después de comer, ya estando más en sus cabales, más repuesta y alerta, cayó en la cuenta que su plan de huida tenía un defecto... ¿cómo haría para salir a la calle si no tenía ropa para vestir?, aún cuando superara el pudor, y se fuera solo con esa bata puesta, seguro no daría más de 10 pasos antes de que se le congelara la sangre, tenía noticia que Nueva York podía ser más fría que Chicago, la habitación era cálida, seguramente las calderas de la casa la mantienen con esa temperatura confortable y aún así, el vidrio se sentía muy frío, además de la nieve que era suficiente recordatorio de que la temporada invernal ya estaba en pleno... Candy suspiro, 《quizá debería buscar la manera de salir de esta habitación y encontrar alguna prenda abrigadora que ponerme》, pensó mientras sus ojos paseaban por la habitación, estuvo revisando en el guardarropa, por algo que se hubiera podido olvidar al francés, sin embargo no corrió con suerte, después, se acercó a la puerta con la esperanza de que estuviera abierta, al notar que no lo estaba, se quito un par de chavetas de su muy desarreglado cabello que con un lamentable esfuerzo intentaba mantener el rodete que se hacía cada mañana antes de ir al hospital, las desdoblo para hacerlos un poco más largos y manipular mejor en el intento de abrir la cerradura, estaba muy empeñada en esto cuando escucho voces afuera, un frío denso la recorrió completa, se quedó muy quieta y lentamente fue sacando sus precarias herramientas del cerrojo, alguien estaba por entrar en la habitación. Candy se puso de pie apresurada y corrió hacia el ventanal, aterrorizada de quién fuera que iba a entrar, en un fugaz pensamiento imagino que no le importaría utilizar las mismas horquillas en contra de quién intentara atacarla, su pecho agitado le sembraba ideas extremas en su cabeza, también se dijo que sería capaz de saltar por la ventana antes de permitir que alguien tocara su casto cuerpo. 
Fue Violette quién entro acompañada de la misma mujer que antes había llevado la charola, al ver a Candy parada en la ventana sujetando con fuerza las cortinas, captó el terror en la mirada de la chica, y le sonrió amablemente, -"Ey!, ...tranquila, ya veo que finalmente has despertado, seguro estos brutos de Charles y Frederick fueron demasiado torpes al momento de traerte, llevas dormida, casi dos días completos, pero evidentemente ya te notas mucho mejor, has comido bastante bien esta mañana, lo cual me alegra de verdad"-, Candy estaba pasmada, <<¡¿¡2 días!?!, ¿había dormido por 2 días continuos?>>, pensaba mientras observaba como la mujer recogía la bandeja y se dirigía a sacarla de la habitación, antes de alcanzar la puerta Violette la llamó, -"Loise, yo me voy a dormir ahora, te encargo que al medio día traigas el almuerzo a.... mmm!, te llamaré, Brittany... ¡mmmh No!, mejor te llamare Princess"- dijo refiriéndose a Candy
-"Mi nombre es...."-
-"¡¡No lo digas!!"- esboso una risa burlona, -"en realidad no me importa, ni tengo intención alguna de conocerlo, aquí seras Princess y punto!"- le dijo interrumpiéndola abruptamente, -"¡Ah!, y Loise, este día te encargo traigas suficiente té de ginsen a la Princess..., mmmh, y también algo de mandrágora, le harán falta, por cierto dile a Frederick que sustituya la guardia de Charles esta mañana, lo quiero vigilando esta puerta sin descanso"-, Violette camino hacia la puerta, dejando a Candy plantada sobre la alfombra como si fuera una estatua.... <<¿té de ginsen y mandrágora?, no hacia falta ser muy inteligente además de que ella era enfermera y tenia nociones del uso de los tés, para saber que ambos podían utilizarse como estimulantes sexuales>>, un nuevo escalofrío la recorrió helando su sangre y saliendo de su mutismo le dijo antes de que Violette llegaran a la puerta, -"¡¡Yo no voy a tomar esos brebajes!!"- 
-"¡Vaya!, ¿¡entonces los conoces?!"-, se burlo, dejando parecer que los hubiera usado en otro momento 
Candy afirmo, -"Por supuesto, recuerde que soy enfermera, conozco los usos y manejos médicos de la mayoría de los tés"- -"Entonces Princess, si los conoces sabes que los vas a requerir..."- sus labios se curvaron en una amarga-media sonrisa, -"¡mmmh!, es lo mejor, si como dicen eres virgen aún, y digo también, ¿si sabes lo que te conviene?, tu vivirás aquí y lo mejor es que desde el principio vayas aprendiendo a disfrutar de tu estancia y tus deberes, de cualquier manera Loise, no le traiga ninguna otra clase de liquido, si lo que desea es deshidratarse, que no tome ninguno de los té"-, Loise, asintió y Violette salió de la habitación.
Candy parpadeo con rapidez, intentando disipar las lágrimas que se habían aglomerado en sus ojos, y procurando recuperar el aire que abandono sus pulmones por completo, respiro muy lento para no ahogarse, en ese breve momento la mujer miró a Candy por primera vez, -"Sé que estas aquí por la fuerza, no te preocupes no te traeré ninguno de esos tés, quisiera poder ayudarte más, pero en realidad no tengo como hacerlo"- 
Candy la miro azorada, y un nuevo nudo se amarro en su garganta, esa mujer bajita le estaba ofreciendo su ayuda, ¿podría realmente confiar en ella?, la miró por un momento como si fuera una tabla de salvación en medio del mar y pensó que en realidad ella no tenía ninguna otra opción, -"¿Cree que pudiera usted conseguirme algo de ropa?... es decir... hace frío y tener puesto solo esto"- dijo Candy señalando su única prenda, sabía que su cuestionamiento podría poner sobre aviso las intenciones que tenía de escapar, así que procuro disimular lo mejor posible. 
-"Desafortunadamente yo no tengo acceso a los armarios... pero intentaré hacer algo"-, luego se escucho una voz masculina 
-Loise, sal ya de esa habitación, ya la voy a cerrar"-, la mujer no hablo más y se marcho, dejando a Candy con una sensación de moderada tranquilidad, aparentemente la señora no había captado su intención, y quizá posiblemente podía tener en ella a una aliada para lograr su escape.
El día trascurrió sin novedad, la mayor parte de la mañana hubo en un silencio casi sepulcral en esa casa, Candy pensó que eso debía ser algo muy común en un sitio como esté, descubriéndose muy agotada nuevamente y a pesar de la ansiedad que no la abandonaba comió, durmiendo a ratos y otros tantos con la oreja pegada a la puerta para escuchar si su custodio se retiraba cuando menos por algún momento en cada ocasión que Loise entraba, evitaba hablar con ella haciéndole señas de que las podrían escuchar. Cuando la noche llego, la angustia volvió a ponerla en estado de alerta extrema, Candy alcanzaba a escuchar el sordo ambiente de fiesta pisos abajo de ella, si mal no recordaba las habitaciones quedaban todas arriba de un enorme salón. Ella no podía saber que hora era, pero el sueño que sentía le indicaba que ya era pasada la media noche, sin embargo ella se negaba a dormir, por temor que alguien entrara y la tomaran por sorpresa, en el letargo de la tarde había esperado un descuido por parte de sus vigilantes más no hubo tal ocasión, a veces se asomaba por la ventana, ocultándose lo más posible, había movimiento afuera, pero era muy discreto, desde que apenas cayó la noche hasta ahora los autos llegaban, los clientes bajaban y el auto se iba.... Estaba en esa contemplación cuando observo de pronto como un par de hombres salían a trompicones de la casa forcejeando, después se unieron otros varios más y había una mujer en la trifulca, alcanzo a ver que uno de ellos saco un arma sobresaltando el corazón de Candy, se escucharon gritos y de pronto no una, sino varias armas se activaron, Candy instintivamente se agazapo entre las cortinas, los gritos dentro de la casa se hicieron más fuertes, después un grupo de hombres corrió callejón abajo, y en un rato más un auto se emparejaba a la puerta subiendo a otros dos hombres, Candy estaba muy consternada, no podía saber si alguno de ellos estaba herido, más seguramente alguno de los de la casa si, puesto que los gritos al interior continuaban. Por un momento pensó que quizá esa confusión le serviría de pantalla para escapar, intuyó que su vigilante ahora la había dejado sola, así que forcejeó con la cerradura de la habitación, sin mucha suerte, pero apenas un rato más tarde, su puerta se abrió abruptamente apareciendo Violette ante ella, su hermoso vestido de seda miel, estaba completamente manchado de sangre, su respiración era agitada, -"Debes venir a ayudarnos, Charles, Patrick y Alison están heridos"- 
Candy notó en ella misma el subidón de adrenalina, mientras se dirigía rápidamente por el pasillo escaleras abajo. A la primer habitación que llegó fue a la de Alison, desde el momento en que la vio supo que su condición era realmente delicada, tenia una herida de bala en la parte baja del abdomen y la sangre que supuraba era casi negra, Candy supo que había sido perforado algún órgano vital, -"Señora Violette, es algo muy grave, es necesario trasladarla a un hospital, o cuando menos debe llamar a un médico"-
-"¡No!, ¿que te hace pensar que nosotras podemos darnos esos lujos?, ¡no podemos atraer la atención de la policía, ni ninguna otra autoridad a esta casa!, debes atenderla rápido, dijiste que eras enfermera y ahora es la ocasión de que lo demuestres"- le dijo enfática, con la voz un tanto estrangulada y ante el sollozo de sorpresa de algunas de las otras chicas que se encontraban presentes.
Candy, solo se llevo ambas manos a la cabeza, en una rápida ojeada vio que la habitación era de la mitad del tamaño en la que estaba ella, aunque de igual forma estaba decorada elegantemente, luego respiro lo mas profundo que sus constreñidos pulmones se lo permitieron y se acerco a la mujer herida. A partir de ese momento se dedico a indicar ordenes a quien la escuchara, -"Necesito trapos limpios, agua hirviendo, una aguja, deben esterilizarla... necesito a una persona que permanezca a mi lado que pueda darme cada cosa que le pida y por favor... que no le asuste la sangre"-, asumiría la situación con los 7 años de experiencia que tenia como enfermera de urgencias y todo lo que había aprendido en su especialidad en cirugías, luego ató con fuerza su cabello en un revuelto rodete para enseguida lavarse las manos en agua caliente de una palangana que ya le habían acercado, pidió también le acercaran la lampara más luminosa que hubiera en la casa y luego que Frederick se acerco a ayudarle a acomodar a la joven, se quedó a su lado convirtiéndose en su ayudante. 
Ella procedió a la cirugía, la chica Alison se veía de unos 25 años, de cabellos castaños y ojos miel, era muy hermosa aunque severamente pálida y asustada, en este caso Candy procuro tranquilizarla un poco y después de utilizar una dosis de cloroformo, limpio con rapidez la herida de la joven para luego con ágiles dedos entrar en la herida para encontrar la bala, procurando abrir lo menos posible, sabia que debía hacerlo rápido pues solo tenia 20 minutos antes de verse en la necesidad de volver a despertar a la joven, pues el manejo del cloroformo era muy delicado y era muy necesario seguirlo para no ocasionar otro tipo de daños en la joven. Finalmente encontró la bala, que estaba alojada en la matriz... y por un momento la vista se le empaño a Candy al pensar que esa chica quizá ya nunca tendría la oportunidad de llegar a ser madre, aunque después de pensarlo dos veces, se dijo que en ese medio, algo así quizá era lo mejor que pudiera ocurrir, así que ahuyentando el nudo de su garganta, procedió a cerrar la herida, esperaba que no hubiera una infección muy fuerte, lo bueno en este caso es que la herida había sido limpia, por lo que no hubo sangrado excesivo, y eso le daba una oportunidad a la muchacha. Cuando los 20 minutos hubieron pasado despertó a la chica y encargo que le dieran un poco de anís estrella con algo de brandy para mantener el dolor a lo mas mínimo. Candy no contaba con los recursos de un hospital, ella hubiera preferido utilizar gas letheon* para mantener anestesiada a la chica por un poco mas de tiempo, pero sus recursos eran prácticamente nulos, así que debió apañarse con los recursos que pensó que podía contar la casa. Después la dirigieron a una segunda habitación, ahí habían dos hombres, uno de ellos era Charles y el otro pensó que era Patrick un joven a apenas pasados los 16 años, él no tenia más que un rozón de bala en la cabeza, pero estaba muy asustado y fue difícil para Candy tranquilizarlo mientras lo curaba, su herida no era muy grave, y termino su trabajo con él muy rápido. A diferencia de Charles, él tenia dos heridas de bala, una en la pierna izquierda y otra más peligrosa se había alojado muy cerca de perforar su pulmón, en esta ocasión Candy demoró más, pues también debió elegir entre ellos a alguien que pudiera donar sangre al herido que ya había perdido mucha, él se veía un hombre fuerte de complexión física fornida, sin embargo la posibilidad de una infección era muy alta. 
Cuando termino su labor, se sentía realmente agotada, le dolía el cuerpo y la espalda, incluso sentía la visión un poco borrosa por el esfuerzo realizado, a su alrededor el ambiente lucía más sereno, la mayoría de las chicas permanecían aun despiertas aunque ya era casi media mañana, algunas de ellas todavía vestían elegantes vestidos, mientras otras tenían puesta prendas de dormir muy poco discretas, fue hasta ese momento que Candy volvió a caer en la cuenta de sus ropas, aunque manchadas de sangre, aun seguían siendo trasparentes y el pudor volvió a apoderarse de ella. Molesta menciono a Violette la necesidad de asearse y le exigió ropa apropiada ya que a Charles y Alison, debía de mantenerlos en observación por un mínimo de 2 días, debería estar cuidando de ellos para asegurarse que librarían cualquier posibilidad de infección y se recuperaran un poco, Violette accedió omitiendo el carácter de la joven, pues se negaba a traer a un médico a la casa, eso solo atraería la mirada de la policía y no quería esa clase de problemas, había logrado que el pleito en el callejón pasara como un desacuerdo entre capos mafiosos, que ciertamente estaban ahí esa noche. Candy después de asearse, pudo vestirse con un sencillo vestido de verano, y unas zapatillas apenas, Violette, de igual forma no le dio ropa interior ni nada que pudiera ser más abrigador, además mando trasladar a los dos pacientes a una misma habitación del tercer piso, justo la que estaba al lado de la que ocupaba Candy, ella permaneció al cuidado de los enfermos durante 3 días, apenas durmiendo lo mínimo necesario, logro librar la fiebre y delirios que presento Alison, en el caso del chico Patrick no hubo demasiado problema fueron un par de curaciones para darlo de alta. Charles, fue quien estuvo más débil y demoro en vencer la fiebre, era el amanecer del 5to. día cuando ya empezó a encontrarse mejor. 
Mientras tanto Candy se dio cuenta que solo las 4 habitaciones del tercer piso eran las únicas que tenían cerrojo, y que aun cuando ella pudiera haber tenido una posibilidad de escape durante estos días, esa posibilidad había sido mínima, pues luego de trasladarla de una habitación a otra la dejaban siempre encerrada bajo llave, eso sin contar que su sentido del servicio y sobre todo la responsabilidad del cuidado de sus enfermos no se lo podría haber permitido. 
Candy no tuvo ya mas contacto con otros habitantes de la casa, más que los ya conocidos, y fue a través de ellos, particularmente del joven Patrick que resulto un tanto más parlanchin, que ella se dio cuenta que había un capo, de nombre Tony, el tipo tenia importantes negocios en la venta ilícita de licor en la ciudad, y el hombre se decía estar profundamente enamorado de  Alison, que aquella noche un tanto pasado de copas había intentado sacar a la joven de la casa por la fuerza y cuando los custodios opusieron resistencia, abrieron fuego, pero habían herido a otros guardaespaldas del grupo de capos mafiosos y estos también abrieron fuego, con suerte habían logrado meterse y resguardarse los habitantes dentro de la casa. 
Ahora permanecía en la casa el temor latente que el mafioso tomara represaría contra el resto de los habitantes de la casa, así que por esos días no habían abierto para continuar brindando sus servicios.  
Dos días más le habían dado a Alison la oportunidad de recuperarse, sus delirios habían terminado, su herida estaba cerrada externamente, la fiebre ya había cedido por completo y ya no había riesgo de infección y aunque Candy sugería que ella aun debía estar bajo cuidado, Alison fue llevada a su propia habitación un piso abajo, Candy lamento mucho este traslado, pues estando la chica ya consciente la mayor parte del tiempo, había podido conversar con ella aligerando su estancia en ese sitio. Esas charlas y los datos recabados por Candy durante los delirios de la paciente le confirmaron a Candy la historia sobre el tal Tony. Alison que en realidad tenia solo 21 años, le platico que ella verdaderamente estaba enamorada de él, ella había sido huérfana de padre y madre y a los 14 años había decidido escapar del albergue en donde se encontraba, debido a los malos tratos que los cuidadores le daban, que entonces siendo apenas una niña se encontró en la calle, muriendo de hambre y frió, entonces un hombre que al inicio le pareció muy bueno, se había apiadado de ella, llevándola a su casa para darle trabajo integrándola con el servicio de la casa, mas esto no era lo único que él esperaba de ella, la chica le relato con mas detalles de lo que Candy hubiera deseado la forma grotesca en que este hombre le había arrebatado su virginidad, y como, continuamente abusaba de ella por las noches, sacándola del área de servicio para tomarla en las galeras o cocinas de la casa mientras el resto dormía, así se habían escapado de ella 5 años de su vida, pero mas allá de eso, se había ido su esperanza por ser una persona de bien, ella ya no tenia esperanza en una sociedad como esta en la que una mujer perdía su valor desde el mismo momento en que perdía su virtud, así que Alison vio como un golpe de suerte que la mujer del hombre en persona los descubriera una noche en que el hombre se había atrevido a llevarla hasta su estudio, había sido venturoso porque finalmente la echaron de esa casa, o cuando menos eso se había imaginado ella, antes de enfrentar a la gente, ni en las fabricas la contrataban y en donde la habían aceptado sus jefes se permitían demasiadas libertades sobre ella, pues decidían tomarla a su antojo y decisión, 6 meses pasaron en esa aparente libertad, hasta que cansada de estos abusos, intento buscar vida en otro sitio, fue entonces cuando supo de la casa de madame Violette, y se presento a ofrecer sus servicios, Alison llevaba casi 2 años habitando en esa casa, y estaba muy contenta, la señora era muy buena con ellas, las vestía muy bien, las alimentaba y cuidaba, ademas de pagarles una porción de lo que cobraba por sus servicios, todo iba muy bien para ella hasta hace 4 meses que conoció a Tony, en un inicio él parecía haberse aficionado a ella, pero después, empezó a enamorarse, ella claro que no le creía, sin embargo su corazón no por ello dejo de sentir ilusión, entonces se dio cuenta de lo difícil que era estar con otros hombres cuando su único deseo era compartir solo con su enamorado, hace dos semanas Tony le pidió que se fuera con él, y ella accedió, pero Violette se había negado a dejarla ir argumentando que Alison le debía una fuerte cantidad en vestidos y gastos, la noche de la tragedia Tony había intentado pagar dicha cuenta a Violette, pero esta igual se había negado a aceptarla, y entonces fue que Tony había intentado sacarla por la fuerza, ocasionando el enojo los custodios y fue cuando ocurrió todo, ahora Alison estaba muy angustiada pensando en su Tony pues lo habían herido también en aquella misma noche. 
Candy esa noche lloro mucho, en la ansiedad de contemplar su futuro desde esa perspectiva que Alison le había mostrado, ella no podía creer que su vida estuviera destinada a esa forma de vida, ella a diferencia de Alison había tenido la fortuna de tener unas madres como sus cuidadoras, que le habían enseñado amplios valores y lo que el verdadero amor significa, ademas ella era hija adoptiva de uno de los hombres mas poderosos de Chicago. Una familia muy reconocía en toda américa... sin embargo quizá esa era su mayor perdición, aun cuando ella lograra escapar ilesa, de esta casa, el simple hecho de haber habitado esta casa por tanto tiempo pondría en duda su honorabilidad y seguramente esta vez seria verdaderamente repudiada por aquella familia tan conservadora  que a excepción de sus amigos, jamas la aceptaron por completo.


_______________________________

letheon*; Gas utilizado en los años 20´como medio de anestesia clínica.

LA AMANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora