LA AMANTE

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(Por Lady Pecosa)

Capitulo 8




<<Alguna vez has escuchado esa breve frase que versa que: 'la vida se escapa en un suspiro'... ¡yo sí!, sin embargo jamas lo había comprendido con tal claridad como en este momento>>, estoy dentro de ella, ¡¡Dios!!, estoy aun tan metido dentro de ella y me siento tan increíblemente duro como si acabara de iniciar, la he tomado, ella es toda mía, es mujer ahora solo por mi y eso se siente fantástico, es indescriptible lo que ha sido que aun me siento flotar, y lo más increíble es el sentimiento de felicidad que experimento, puedo jurar sin temor alguno que jamás en mi vida había experimentado una felicidad semejante, y es así como puedo dar cuenta que mi vida se queda en cada respiro, por que efectivamente no logro dejar de suspirar, y estando tan unidos nuestras respiraciones se mezclan como si fuéramos uno solo, la siento tan mía, y es un sentimiento frenético, asombroso, podría jurar que casi mágico.... y cualquiera diría que soy un romántico por ser un actor shekesperiano, sin embargo, interpretar no es lo mismo que vivir, así que si ahora sueno cursi es porque en verdad algo diferente es lo que estoy viviendo en este momento.... sus respiros apenas logran serenarse un poco y duro como estoy me salgo de ella despacio, listo para cambiar la postura a una que resulte más cómoda para ella y volver a iniciar nuestra magnifica danza nupcial..., sin embargo cuando estoy a punto de entrar en ella nuevamente, la miro a los ojos..., su mirada ha cambiado y veo lagrimas ahogadas en sus ojos, percibo como un cubetazo de agua helada que recorre mi cuerpo justo cuando me doy cuenta de lo que ha ocurrido y me siento el hombre más miserable del mundo. ¿Como he podido ser tan vil, tan desgraciado?. ¡¡Dios!!, verdaderamente no sé en que momento o como fue que no me supe contener, <<¡ella es una dama!, y yo no debí siquiera tocarla>>. Debía de haberme separado de ella apenas descubrí su nombre y ayudarla a escapar... "¡¡¿escapar....?!!" <<¿Como puede ser posible Terry? estás pensando en seguir viniéndote en ella ¿cuando deberías estar ayudándola a escapar?..., se suponía que tan solo la iba a consolar, vaya forma de enjugar sus lagrimas, me he comportado como un verdadero animal>>.
Con un esfuerzo supremo, me obligo a separarme de ella y ella me mira con ese revoltijo de inocencia y lujuria que por un instante me lleva a trastrabillar en mi decisión, sentándola frente a mi trato de confortarla un poco secando las lagrimas que habían alcanzado a sus mejillas, mientras ella silenciosa me cuestiona con sus brillantes ojos verdes, y mientras asimilo esa ardorosa sensación que me provoca el descubrirla tan confiada de mi le dijo -"Te ayudare a salir de aquí"- una luz de agradecimiento aparece instantáneo en sus ojos, enseguida me levanto de la cama y me dirigió al baño, para lavar mi miembro, y tratar de enfriarme un poco, mientras noto que solo hay en una pequeña toalla de manos, la humedezco y vuelvo a la cama para ayudarla a limpiarse, me produce una sensación de entre vergüenza y agradado cuando camino hacia ella y Candice se muestra muy apenada desviando la vista de mi, al tiempo que halando el edredón de la cama intentando cubrir su desnudez, ... su estupor no tenia nombre cuando con la toallita le aseaba la entre pierna, y debo admitir que he debido rechinar los dientes para contener el nuevo deseo de poserla una vez nuevamente, más aun cuando he notado que la mirada de ella se ha ensombrecido con sus pupilas dilatadas, esta forma de ella entre pudor y deseo, ese anhelo ardoroso me están poniendo a prueba más allá de todo mi razonamiento. Por lo que después de limpiar el ultimo rastro de nuestros jugos eróticos me retiro con rapidez de ella para refrescarme por segunda ocasión el rostro, mientras le indico -"Debemos apresurarnos, vístete por favor"-..., cuando he salido de cuarto de baño la encuentro con solo la misma bata que tenia puesta al inicio y nuevamente cubierta con el edredón de la cama, su rostro revela un alto nerviosismo, y de nueva cuente evita mirar mi desnudez, -"¡Te he dicho que te vistieras!"- mi voz suena un tanto más gruesa de lo deseado aun que mi tono sea bajo, lo que menos quiero es que alguien escuche a través de la puerta y tampoco deseo asustarla más a ella, es solo que no logro contener del todo el deseo que me provoca. 
-"E-e-estoy vestida.... es decir.... esto que tengo puesto es la única ropa con la que cuento, cuando me han traído aquí, me despojaron de todas mis prendas"- me relata mientras yo me estoy calzando mis calzoncillos y medias.
Paro en seco mis movimientos, -"¿Como es que te han despojado de todo?"-, la miro con mayor atención
-"Ellos me han quitado incluso mi calzado, estoy segura que esa fue precisamente la manera más confiable de retenerme aquí, además de mantenerme en todo momento bajo llave en esta habitación"- refiere en un esfuerzo por mantener la compostura y no iniciar en llanto nuevamente, lo cual le agradezco, pues estoy a punto de explotar en furia, [¿como pudieron agredirla de esa manera?] 
-"Es imposible que salgas tan solo vestida así, afuera el frío es apenas soportable"- le digo mientras reflexiono y observo mi ropas
-"He intentado encontrar algo con que vestirme mientras he estado en esta casa, sin embargo, no he corrido con mucha suerte, desde el primer día sacaron fuera de la habitación cualquier prenda excepto la única que me dejaban vestir y..."-
-"No podemos perder mas tiempo"- la interrumpo, mientras me saco las medias de los pies, agradezco haber elegido unas lo bastante cálidas este día, aunque lamente no haberme puesto un calzoncillo térmico, eso hubiera sido de mucha ayuda, lo que si traía fue la camisa térmica y se la ofrecí junto con las medias. 
-"Gracias"- me respondió en un susurro tomándolas tímidamente, para empezar a ponérselas, mientras que me ponía la camisa que afortunadamente era de algodón. lo mismo que mi saco, el sobrepuesto se lo extendí también a ella.
-"Pero hace demasiado frío, el sobrepuesto le hará falta a usted"- me ha dicho con voz más firme.
La mire de reojo, entre sorprendido y agradecido, ese detalle me permite darme cuenta de su sencillez, -"tendremos suerte de que no pierdas los pies, pisando en la fría nieve con tan solo un par de medias puestas, así que por favor, deja la cortesía para luego y trata de quitar el cortinaje de la cama, para ir haciendo una cuerda fuerte, estamos a tres pisos de la calle y necesitamos que sea bastante largo y fuerte nuestra liana de escape"- cuando veo que ella asiente, ya vestida con la precaria indumentaria que le he cedido, la observo más confiada y alerta que hace unos momentos, solo espero no se panique al momento de deslizarnos por la liana improvisada, -"Mientras tanto intentare abrir las cerraduras del ventanal"- pensando en que abrir esa cerradura seria sencillo, lo había practicado bastante en el castillo de mi padre.... claro, si cuando menos tuviera una ganzúa, pensaba mientras exploraba las bolsas vacías de mis pantalones, pero Candice pareció leerme el pensamiento pues rápido y ligera brinco de la cama y debajo de la alfombra saco por una disimulada rotura un pasador del cabello, y al mismo tiempo me dio las llaves de mi auto que estaban guardadas en las bolsas de mi sobrepuesto, -"Muy bien pensado, ¡¡gracias!!"- le dije sonriendo ante su sagacidad, y de alguna forma me sentí orgulloso de saber que ella ya había intentado hacerse de herramientas para su propio escape.
<<Chispas!!, él realmente tiene una sonrisa que me deslumbra, fue inmediato sentir como se ruborizaban mis mejillas cuando le he dado los pasadores de mi cabello y sus llaves, para facilitar el abrir esas cerraduras, su sonrisa, no comprendo porque me a hecho sentir, valiosa>>, pienso mientras regreso a los cortinados de la cama, ahora más alerta de cualquier ruido externo que nos pudiera poner sobre aviso de algún intruso entrando en la habitación, procuro trabajar tan rápido como mis manos me lo permiten, por fortuna, las manos de una enfermera saben muy bien como moverse con velocidad y delicadeza al mismo tiempo por lo que las cortinas ya se encuentran todas sobre la cama y empiezo a anudarlas, también es bueno haber tenido un hermano de orfanato como Tom, tan hábil en esto de hacer nudos y más agradezco que se haya tomado la molestia de enseñarme como hacerlo. Por momentos me siento un poco extraña, las sensaciones entre mis piernas aun son muy palpables, experimento un dolor atenuado, sin embargo también aquella sensación de calor eufórico permanece en mi piel y me siento ruborizar otra vez, sera mejor que deje de pensar en ello y me concentre en los nudos, pues de otra manera mis manos empiezan a temblar y esa ansiedad-deseo me apresan una vez mas. <<Jamás hubiera imaginado que el placer sexual fuera algo tan sublime, tan intenso y frenético>>, recordarlo me exalta nuevamente con mucha facilidad, nunca creí que sintiera esta urgencia de sentirlo a él de nuevo dentro mio, siento como mis mejillas y mis pechos se calientan con solo pensarlo... para enseguida brincar sobresaltada al notarlo frente a mi.
-"Has hecho un trabajo muy brillante con estos amarres, cualquiera diría que esto de escaparse ya te resulta conocido"- me dice con esa sonrisa de medio lado bailando en sus labios, y de nuevo siento el deseo invadirme, por lo que vuelvo la vista hacia la puerta para comprobar que él ya hubiera logrado su objetivo, pero rápido vuelvo la mirada hacia él en un cuestionamiento implícito al contemplar las puertas aun cerradas.
Él sonríe, -"Ya están despejadas, solo que si las abro, el frió podría colarse bajo la puerta de la habitación y poner en alerta a quienes están custodiandote, además imagine que demoraríamos un poco más en tener nuestra liana lista, pero veo que eres maestra en esto"- me reitera burlonamente
Y no puedo evitar fruncir un poco el seño ante su burla, pero también me alegro que las puertas estén abiertas, -"Pues es bueno que usted tenga también esas habilidades' para hacer ceder los cerrojos ante sus manos, particularmente con tan precarias herramientas, quizá alguien más en esta habitación tiene esa experiencia en escapes que usted acertadamente menciona"-, le digo en un esfuerzo de regresarle la burla y solo obtengo una carcajada de su parte, por lo que me apresuro a brincar de la cama, cubriéndole la boca con mis manos, -"¡Shhh!, no se da cuenta que pudieran descubrirnos"-, su mirada se ensombrece y el calor se extiende desde mis manos al resto del cuerpo, me retiro sorprendida ante tan violenta reacción de nuestros cuerpos...
Él toma con premura las cortinas y se dirige a realizar un amarre desde una de las patas de la cama, -"Esta bien que me escuchen reír, ¿no te parece? así quien este afuera pensara que tu y yo aun estamos muy entretenidos.... ya sabes, ¡Disfrutando uno del otro!"- me ha dicho el muy ladino, quiero responderle con enojo, lo haría, juro que o haría, si no fuera porque su comentario ha vuelto a subir los colores de mi cara y... porque tiene razón, es mejor que piensen que aun estamos.. ocupados' y así no imaginen que estamos a punto de finalmente salir de esta casa.
Terruce ha hecho el amarre y muy silencioso con mucha cautela ha pasado la cuerda por el balcón, por un momento temo que lo largo sea insuficiente, luego se dirige a mi, -"Pecosa, mira aquí están las llaves de mi auto es un renautl NN en color rojo lo estacione exactamente una cuadra antes de la entrada al callejón de atrás, en un pub llamado Rodín*..., ya sabes para disimular un poco, tendrás que bajar sola, y correr hasta allá, te metes en el auto y me esperas ahí, si por algún motivo no llego pronto, espero sepas conducir y te vas.... ¿de acuerdo?"-... se detiene con esa pregunta ante lo que se es una cara de total angustia de mi parte.... y luego suspira, -"Sé que debe ser difícil para ti, pero me gustaría salir por la puerta para levantar cualquier sospecha sobre mi, les diré que me quede dormido y que cuando desperté tu ya no estabas, así que deberás darte prisa, después de eso te alcanzare"-
Yo no me había dado cuenta pero he estado conteniendo la respiración, mi corazón late acelerado y a cada momento me siento más angustiada, puedo leer en sus ojos que piensa que tengo miedo, y si es verdad, más no es miedo por mi sino, -"Pero y si le ocurre algo, si ellos le hacen algo, no sé, pudieran lastimarlo, yo simplemente no podría irme dejándolo aquí, sabiendo que usted esta en riesgo, ellos no creerán que lo hice sola, porque llevo más de dos semana aquí y no había intentado irme... aunque lo estuviera planeando"- le manifiesto toda la angustia de la que soy presa en ese momento y no alcanzo a distinguir el porque de su rostro lleno de sorpresa, entonces sonríe entre burlón y divertido,-"Buen argumento Pecosa, me iré contigo, aunque luego de esto seguro ya no me permitirán la entrada a este local nunca más"- lo ha dicho como si lo lamentare en verdad y no comprendo porque exactamente pero me siento realmente profundamente molesta, ¿que le pasa?, no cree que de verdad me preocupa lo que le pudiera suceder a él? o es.... ¿sera que me siento celosa de pensar que él planea volver a visitar esta casa?, -"Pues si tanto le incomoda no poder regresar más a este sitio, lo mejor es que me marche ahora,.... ¡¡ah!! y no vuelva a llamarme Pecosa!!"- le digo muy enfadada y él muy zonzo vuelve a reírse en una carcajada, por lo que le saco la lengua y le doy la espalda caminando apresurada hacía el balcón. 
Apenas si la alcanzo en el ventanal, y me apresuro a bajar antes que ella, lo que menos deseo es que se vaya a soltar de nuestra improvisada leana y caiga irremediablemente, le explico mi lógica lo más breve posible, pues sé que el frío del ventanal pudiera estar colándose por la parte baja de la puerta y eso sería una alerta para los habitantes, eso además de que abajo cualquiera pudiera entrar o salir y entonces seriamos vistos sin remedio me siento más nervioso cuando pienso en todas esas posibilidades, mientras me desplazo por la leana improvisada, vigilando que no haya nadie en los alrededores, que aunque la obscuridad del callejón nos protege, lo cierto es que es tan solitario que somos verdaderamente muy visibles. Ella viene encima mio, apenas yo pegue el primer salto la he visto como se estiro un poco para halar la puerta del ventanal cerrándola un poco, y de forma inmediata, muy orgullosa se vuelve bajando enseguida de mi, realmente aunque parece una chica sencilla tiene algunas actitudes que denotan su formación de niña rica, de la misma forma en que afloran en mi mismo esos rasgos aristocráticos, en ella afloran modales de orgullo y ese carácter fuerte que parece formar parte de ella. Cuando voy casi rebasando la mitad de nuestro recorrido vuelvo la vista hacia arriba.... <<¡¡Santo Dios!! había olvidado que ella no lleva ropa interior y justo ahora no es el mejor momento de prestar atención a esos detalles... además, que clase de caballero me estoy convirtiendo, si se que ella es una dama, no debería estar viéndola, sin embargo....>> 
Ella baja más rápido de lo que hubiera podido imaginar, miro con sorpresa que de verdad viene casi encima de mi cabeza por lo que me apresuro un poco más, ella de verdad parece muy hábil en la faena, aun me queda casi un piso por alcanzar el suelo, pero la cuerda se ha terminado, me desplazo lo mas lejos posible y aun así el salto tendrá que ser un tanto alto, cuando menos unos 3 metros por encima del suelo.... -"Oye Pecosa, ya se acabó la leana, tendremos que saltar, pero no te preocupes, yo estaré atento para atraparte y evitar que te lastimes"- le digo con premura, procurando tranquilizarla como el caballero que soy.
<<Pecosa!! ¿que le pasa a este hombre, quien le ha dicho que tiene permiso de llamarme así>>, desde hace rato los nervios se han trasformado en enojo, no se porque pero no logro evitar responderle mordaz -"¿Tiene miedo Terruce?, ¿requiere que brinque por encima suyo y le ayude de alguna forma?"-, <<¡¡Dios!!>> un fuerte golpe en el suelo me sobresalta, temo que el realmente se haya lastimado, y lo miro desde arriba, pero su mirada de inmediato me quita cualquier preocupación, -"¡¡Debería evitar mirarme señor, no es muy caballeroso de su parte hacer eso que esta haciendo!!"-... una carcajada suya acompaña mi breve salto hasta el suelo, lo hice rápido, no me agrada que él me vea de esa manera.... ¿o si?, ¡¡Dioss!!, siento que mis mejillas se ponen calientes cuando en el afán de ayudarme él me rodea con sus brazos para evitar que vaya más allá del suelo. -"Vamos Pecosa creo que ya he visto y sentido mucho más que solo verte colgar de esa leana, ¿no te parece?"-
Apenas siento un leve empujón la tomo rápido de la mano, y la halo para empezar a correr, es importante desplazarnos rápido, este callejón no es muy seguro y hace un frío del demonio, así que no debo dejar que se enfrié mucho, más no logro evitar reírme a carcajadas mientras corremos, sus reclamos aunque son ciertos me han provocado más escalofríos que el mismo clima, ella es por demás adorable y mortificarla, hacerla refunfuñar aun a pesar de los nervios esta resultandome verdaderamente muy divertido... a más que me ayuda a disimular lo loco que me tiene su sola presencia. 
Me lleva de la mano y junto con él corro tan rápido como me lo permiten mis pies, hace rato me ha picado la grava y la nieve ha entumecido mis pies, sus calcetas no son tan gruesas como lo seria un calzado en forma así que agradezco que me los haya dejado. De pronto para en seco y me empuja hacia la pared cubriéndome completamente con su cuerpo, apenas si puedo salir de mi asombro y mirarlo a los ojos, cuando distingo el sonido y las luces de un automóvil, siento mis mejillas arreboladas y el cuerpo me palpita completo, quiero pensar que es debido a la carrera que hemos echado, sin embargo no me da más tiempo de pensar, porque ¿quien puede ser capaz de pensar cuando Terruce Graham te esta besando de la manera en que él besa?, soy capaz de percibir que el clima es frío de verdad, sin embargo si estoy temblando no es por eso, las sensaciones de calor extendiéndose por mi piel son más intensas que el invierno... 
¡Besarla!, solo se me pudo ocurrir besarla para disimular nuestra presencia a los ocupantes de el automóvil, quise estar atento a en cuanto entraran en la cazona, que aunque estamos ya un poco retirados, su entrada trasera aun se alcanza a ver desde aquí, sin embargo el picor de mi cuerpo como pequeñas brazas calientes quemando en cada poro de mi piel, me han dejado aturdido por un momento, que ganas de tomarla de nuevo, de hacerla mía una vez más, apenas he logrado contenerme de levantarle las ropas... <<¿ropas?... yo casi que la tomo aquí y ella apenas tiene un poco de ropa para cubrirse, si que estoy olvidando los modales>>. La levanto en vuelo y corro con ella en mis brazos, será mejor llevar al auto tan pronto como sea posible y protegerla del inclemente frió.

* Auguste Rodin. (París, 1840-Meudon, Francia, 1917) Escultor francés

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