2. En busca de un nuevo hogar.

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Mamá y yo solo permanecemos mirándonos sin ningún tipo de expresión en nuestros rostros

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Mamá y yo solo permanecemos mirándonos sin ningún tipo de expresión en nuestros rostros.
Después de tanto tiempo, todo aquello que no podíamos siquiera contemplar que sucediera, debido a lo ridículo de la posibilidad. A mi mente no paran de venir imágenes que ya creía sepultadas.
Laia es quien rompe el silencio.

-¿Qué está pasando? ¿Qué significa lo que acaba de ocurrir?- esto ocasiona que mi mamá reaccione.

-Chicos vayan a sus casas, sus padres deben estar preocupados por ustedes- dice seria- Susie, mañana pasa por Josselyn a casa de su prima Melissa, nos quedaremos allí por el momento.

-Pero...- dice Susie preocupada.

-Pero nada- digo- . Te enviaré la dirección por Whatsapp. Deben irse ya.

Y después de que tratarán de convencernos de quedarse, de preguntarnos si todo estaba bien y de casi llamar a la policía y nosotras negarnos a que lo hicieran, por fin todos se despiden y se van dejándonos solas.

-Rápido Jossie, ve a tu cuarto y empieza a guardar tus cosas en la maleta, yo buscaré cajas para lo demás.

Me dirijo rápido a mi cuarto y saco mi maleta, mientras empaco todo lo que puedo tomar de mi closet, sin mirar muy bien que es cada cosa. La situación me parece tan irónica que incluso puedo sentir un Déjà vu. Cuando he terminado mamá entra a mi habitación con tres cajas y las descarga frente a mí.

-Guarda solo lo más importante y todas aquellas cosas que les puedan dar pistas de nuestra actual vida- yo asiento- Hazlo rápido, tu prima va a pasar por nosotras en media hora.

-Está bien- comienzo con mi tarea y ella se marcha.

Decido llevar conmigo mi portátil, todos mis libros, las fotografías y pósters. Y saco del fondo bajo la cama un cofre, en él tengo guardadas todas aquellas cosas importantes para mí, como: cartas, regalos, mis antiguas libretas y demás.
Cuando tengo todo bien guardado mi mamá me llama.

-¡Josselyn sal!- dice- tu prima llegó.

-¡Ya voy mamá!

Cargo con mis cosas lo más rápido que puedo y ya en el exterior lo hacemos un trabajo de tres y organizamos todo el equipaje en el vehículo de Melissa. Hasta que, de pronto, nos llega la realización de un pequeño detalle en un golpe de realidad cuando ella nos dice:

-Tía Celeste, Jossie. ¿Y cómo van a hacer para cerrar la casa si no hay puerta?- adapta una expresión dubitativa pero cómica.

Bueno, la verdad ni siquiera nos habíamos preocupado por ello, tal vez habíamos olvidado que a la dueña de la casa le puede molestar el hecho de que las personas que arriendan su propiedad desaparezcan sin motivos aparentes y que para colmo le dejemos como regalo de despedida las astillas de su bonita puerta en el umbral. Pero bueno, sospecho que no es como si fuéramos a volver para pedir disculpas.

Es entonces cuando una idea un poco alocada toma forma en mi cabeza.

-Muy buena pregunta- digo- detrás de la casa hay dos tablas grandes, ayúdame a traerlas. Y tú mamá, ¿Podrías traer la caja de herramientas de la cocina?.

-¿Qué vas a hacer?- duda entre confundida y preocupada.

-Solo confía en mí- digo mientras me dirijo detrás de la casa, seguida por mi prima.

Cuando nos reunimos al frente de la casa empiezo a buscar en las herramientas y saco un martillo y clavos.
Tomo una tabla y la sitúo en el lado inferior de la puerta bloqueando la entrada, para luego con un clavo pegar la tabla al marco, pero cuando levanto el martillo Melissa me detiene alarmada.

-¡¿Qué haces?! ¡¿Estás loca?!

-¡Tranquila! Y por favor no grites de esa manera, yo quiero conservar mis tímpanos.

-Hija ¿Estás segura?

Mi mamá luce dudosa y la comprendo. Pero tampoco es que dispongamos de mucho tiempo o muchas opciones.

-Mamá, yo sé lo que hago- o bueno, eso creo al menos- ¿O se les ocurre algo mejor? Recibo sugerencias.

Ninguna responde, así que continuo mi trabajo hasta que lo termino.

-¡Listo!- digo orgullosa.

Me levanto y miro mi extraña creación, parece como si alguien se hubiera querido desquitar con la casa.

-¿Estás segura de que fue una buena idea?- dice Mel preocupada.

-No tengo ni la más remota idea, pero no pienso quedarme para averiguarlo.

-Coincido contigo Jossie- dice mamá- Vámonos.

*

El camino a casa de Mel transcurre tranquilo. Ella vive a hora y media de nuestra casa, pero tuvimos suerte de que estuviera cerca, porque salió a hacer unas compras.
Sé que hemos llegado cuando ingresamos a un pequeño bosquecillo que oculta la finca de mi prima.

Veinte minutos después ya estamos instaladas en nuestras habitaciones y acabo de ponerme mi pijama para acostarme. Una sonrisa se me escapa ante un pensamiento.

-¿A qué se debe tanta alegría?- interroga mi mamá desde la puerta.

-Estaba pensando en las miles de maneras en que los chicos me matarán mañana, cuando les diga que deben venir a buscarme en medio de la nada.

Ella sonríe, pero la sonrisa no le llega a los ojos.

-Siento que hayamos tenido que dejar nuestra casa- digo.

-No te preocupes, ya solo es eso, una casa, dejó de ser un hogar en el momento en que el pasado la invadió. Tú solo descansa, buenas noches Josselyn.

-Buenas noches mamá.

Me meto en mi cama y miro la fotografía en la que estamos mi mamá, mi papá y yo. Estamos en un parque de diversiones y yo sostengo un algodón de azúcar mientras los dos sonreímos alegremente a la cámara.

-Te prometo que no voy a dejar que nos roben la felicidad de nuevo, lucharé por vencer esa sombra del pasado.

Y con eso apago la lámpara y me quedo dormida.

El deleite de tu peligrosa miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora