NOCHES CALIDAS

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   El canto de los grillos me acompaña en esta noche cálida, y rompe el silencio que ocupa la calle quieta. Las cortinas de mi habitación danzan al son de una brisa suave que me adormece y me relaja al concentrarme en su vaivén delicado— hacia delante, hacia detrás— sintiendo el frescor colándose sigiloso para cuidar tu sueño.

   Una luz cálida ilumina el libro de mi mesita mientras tú duermes a mi lado, respirando tranquilo, y mi perrita me mira desde su cuna, pendiente de cualquier gesto mío. Mi mano acaricia despacio su pelo, blanco, sedoso y blandito como un pequeño cojín; le doy las buenas noches y ella me responde con  húmedos besos.

   No sé bien cómo definir la felicidad, pero no debe estar muy lejos de esto.

   Cuando los grillos callan y la vida duerme, mis ojos resbalan por las letras de ese libro, somnolientos. Mañana será otro día en el que, a ratos, te echaré de menos, pero al llegar la noche seguirás a mi lado, me besarás antes de irte a dormir, y con la brisa cuidando tu sueño volveré a pensar que la felicidad no debe estar muy lejos de esto.

MI TINTA EN VERSO Where stories live. Discover now