Queridísima hija de puta:
A ver. Entiendo que sepas que estamos de cuarentena y no podemos salir de nuestras putas casas ni hacer una puta mierda. Además de que estamos de vacaciones, dos semanas sin hacer nada más que tocarnos los cojones, que no está mal. Pero eso no es un jodido buen motivo para mandarnos todos los putos ejercicios de un tema que no has explicado. Es que ni siquiera hemos hablado de él en clase. No lo hemos puto mencionado, ¿sabes? ¿Te acuerdas de que hace un mes o por ahí que no damos clase? ¿O con tantos años que tienes se te ha olvidado, puto fósil?
Ahora que lo pienso, que seas profesora de historia te pega. Y más el que seas arqueóloga. Pero ten cuidado. A ver si en una de esas, mientras les quitas el polvo a las piedras, encuentras el esqueleto de tu novio. No, espera, error mío. Da igual, no hace falta que tengas cuidado. Se me ha olvidado el hecho de que eres tú y nadie te querría. Lo he dicho como si fueras a tener novio. Qué fallo.
A ver si te mueres por el coronavirus y no te vemos ni en Septiembre, cojones.
YOU ARE READING
Queridísima Hija de Puta
Short Story*Idea original de Pablo Pecci (ig: @pabloppeccii)* _-_-_-_-_-_-_-_ Queridísima hija de puta. Supongo que debería llamarte profesora o, en su defecto, por tu nombre estúpido y horrible, pero no me da la puta gana, ¿vale? Escribo estas cartas de forma...