Siempre nos quedará Febrero

PERDER EL CONTROL

El camino hasta la habitación se le hizo corto,
muy corto, y aprovechó que Alicia habría ido al cuarto de alguna de las niñas para bajar las persianas, apagar la luz y simplemente descansar.

Ya había tenido suficiente de emociones y tremendos errores ese día, no quería fastidiarla del todo.

Al día siguiente, la estridente y molesta alarma la devolvió de nuevo a la realidad, una realidad que no sabía si sería capaz de enfrentar, pero, tenía que ser valiente, ella nunca se había achantado ante nadie y menos lo haría por un chico.

Comenzó a asearse y a vestirse lentamente, no era muy amiga de las mañanas, hacia lo que podía, sin embargo, esa mañana todo resultaba un poco más difícil ya que su cabeza no paraba de bombardearla con estupideces sin sentido.

- Ali ¿estás despierta? - dijo ya cansada de los pensamientos que la inundaban.

- Dame cinco minutos y me visto ¿vale?

- No, no era por eso, es que tengo un lío muy grande en la cabeza y no sé qué hacer.

- Cuéntame, te escucho mientras me arreglo.

Durante los siguientes diez minutos me dediqué a contarle a mi amiga todo el día de ayer, todo lo que había pasado en el avión y luego la situación tan incómoda de la azotea y la aparición de Alejandro y Andy.

- Ósea, ¿me estás diciendo que lo dejaste con las ganas y te largaste? - dijo mi mejor amiga con cara de incredulidad.

- A ver, yo no lo diría así, simplemente nos confundimos y ya está, tú sabes cómo son los tíos, si no tienen un lío continuo con alguien no son felices.

Alicia me miro varias veces a la vez que intentaba ordenar sus pensamientos para darme la respuesta que pensaba más adecuada, con los años, había aprendido que nunca me iba a decir algo que no pensara, cosa que agradecía.

- Cami, mira yo quizás no lo conozco tanto, pero, por lo que sé de Eva, Mateo no es un tío que esté siempre buscándose algo, cuando se interesa por alguien es porque le gusta en serio.

- Bueno Alicia, aún así, a mí, es que, sinceramente, no me importa, quiero decir, hemos tenido esta conversación muchas veces y creo que ya sabes lo que pienso acerca de la importancia que tiene para mí conseguir lo que quiero este año, no quiero ningún tipo de distracciones, no me merecen la pena.

- Yo sólo sé que te estás cerrando a vivir, como haces mucho últimamente, no te permites sentir nada, pareces estar monitorizada, y cuando te rompen los esquemas no sabes que hacer para seguir, es que tú misma sabes que no eres así, ¿por qué te empeñas en ser alguien que no eres?

Porque me da miedo saber que se siente cuando pierdes el control (mi mente formuló la frase pero no fui capaz de emitirla).

Me quede pensativa mirándola y opté por cambiar de tema y dirigirnos ambas a desayunar para coger fuerzas para el día que teníamos por delante.

En el momento de entrar en el autobús, algunos pares de ojos se posaron en nosotras, los rumores volaban en nuestro curso, y yo sabía que por culpa del bocazas de Alejandro lo de ayer no tardaría en propagarse como la pólvora.

Tomamos nuestros asientos y mi mejor amigo Lucas no aguantó ni dos segundos en soltar la bomba.

- Ya veo que no desaprovechaste la noche de ayer por lo que dice la gente.

- No sé qué habrá ido diciendo Alejandro pero, ayer no paso absolutamente nada con nadie, si se lo tengo que decir a todo el mundo que me pregunte lo haré, odio que hablen de mi vida.