No voy a repetir ninguna de estas estúpidas mentiras a la Clave.

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Tessa se mordió el labio.

—Magnus —dijo ella—, ¿puedo hablar a solas contigo?

—Puedes hablar con los dos —dijo Magnus—. Confío en Alec.

—¿Le confías tu vida? —preguntó Tessa en voz muy baja.

Si fuera alguien más, Magnus hubiera pensado que estaban siendo demasiado dramáticos. Tessa no era así. Ella era literal con lo que decía.

—Sí —dijo Magnus—. Con mi vida.

Muchos subterráneos nunca le habrían contado sus secretos a un cazador de sombras, sin importar lo que dijera Magnus, pero Tessa era diferente. Agarró un maletín de cuero desgastado que se encontraba en sus pies, sacó un pergamino sellado con cera y lo desenrolló.

—El Laberinto Espiral ha emitido una demanda formal para que tú, Magnus Bane, Gran Brujo de Brooklyn, neutralices al culto humano que venera a demonios y que se conoce como la Mano Carmesí. Inmediatamente.

—Entiendo que el Laberinto Espiral quiere lo mejor —dijo Magnus con modestia—. No puedo decir que me encanta su tono. He oído hablar de la Mano Carmesí. Son un chiste. Tan solo un grupo de humanos a los que les gusta ir de fiesta con máscaras de demonios. Están más interesados en hacer fotos de cuerpo completo que en la adoración a los demonios. Estoy de vacaciones y no me molestarán con estas tonterías. Dile al Laberinto Espiral que le daré un baño a mi gato, Presidente Miau.

El Laberinto Espiral era lo más cercano que tenían los brujos a un cuerpo de gobierno, pero era secreto y no era completamente oficial. En general, los brujos tenían problemas con la autoridad. Magnus tenía más problemas que la mayoría.

Una sombra inundó el rostro de Tessa.

—Magnus, tuve que rogarle al Laberinto que me dejara venir contigo. Sí, la Mano Carmesí siempre ha sido un chiste. Pero parece que tienen un nuevo líder, alguien que los ha reformado. Se han vuelto poderosos, tienen grandes recursos y han estado reclutando a muchos. Ha habido varias muertes y muchas más desapariciones. Un hada fue encontrada muerta en Venecia, junto a un pentagrama pintado con su sangre.

Magnus se sobresaltó y terminó por quedarse quieto. Tessa no tuvo que explicárselo: ambos sabían que la sangre de hadas podía usarse para convocar Demonios Mayores, quienes una vez habían estado entre los ángeles más importantes, y que habían caído hasta el fondo.

Tessa y Magnus tenían el conocimiento no hablado de que ambos eran hijos de Demonios Mayores. Magnus sentía cierta empatía especial por Tessa como resultado. Había muy pocos hijos de Demonios Mayores rondando por ahí.

Magnus no le había dicho a Alec que su padre era un Príncipe del Infierno. Seguramente eso arruinaría cualquier intento de tener una relación.

—¿En serio? —preguntó Magnus, tratando de mantener su voz neutral—. Si este culto trata de invocar a un Demonio Mayor, eso sí sería una muy mala noticia. Para el culto, y potencialmente para muchos otros inocentes.

Tessa asintió, inclinándose hacia delante.

—La Mano Carmesí está claramente preparada para causar caos en el Mundo de las Sombras, por lo que el Consejo Espiral me envió a tratar con ellos. Me estaba haciendo pasar por uno de sus cultistas en su sede en Venecia, tratando de averiguar qué estaban haciendo y quién podría ser su líder. Pero luego, durante uno de sus rituales, fui expuesta a una poción que me hizo perder el control de mis habilidades para cambiar de forma. Apenas escapé con vida. Cuando regresé unos días después, el culto había abandonado el lugar. Necesitas encontrarlos.

Amor diferente (Malec) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora