Agua helada y Rock N' Roll

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Al día siguiente...

Annabeth Chase se despierta tarde, lo cual hace que tenga que irse corriendo al colegio si quiere llegar temprano a Matemáticas con el profesor Edward, un señor que odia que llegues tarde porque si lo haces te pone falta.

«Ya casi llegas, Annabeth, solo unas cuadras más», piensa. No se detiene a mirar la hora. Sabe que es tardísimo.

Llega con cansancio a la entrada del colegio. ¡Riiiiing! El timbre suena

«Corre, corre, corre», piensa.

Llega al fin a la puerta buscada y ¡oh, no! El profesor ya está dentro de la clase. Ha cerrado la puerta, lo cual significa que no te dejará entrar así le supliques y llores de rodillas.

Annabeth se apoya contra la pared. Está agotada. Sus músculos duelen. Decide pasar por la cafetería a comprar una botella de agua, pero se toma un momento. Aun está cansada. Se sienta en el suelo y escucha la voz amortiguada del profesor de matemáticas.

—¿Decidiste no entrar? —pregunta una voz masculina. Una voz odiosa. Alza la vista y ve la sonrisa de burla de Percy.

—¿Que te importa? —gruñe Annabeth. Percy se sienta a su lado. El se ríe burlonamente. Annabeth le da un codazo en la costilla. Percy ríe aun más. Annabeth piensa irse a buscar su agua cuando Percy habla:

—Nos vemos ahora en el castigo, listilla.

Annabeth se detiene a mirarlo. Él también se puso de pie.

—Hasta ahora, sesos de alga —responde Annabeth.

* * *

Se ha bebido más de la mitad de su agua en un segundo. ¡Cuanta sed tenía! Se fue hacia la parte de atrás del colegio, donde había unos bancos donde usualmente se almorzaba.

Observa el patio casi vacío. A la distancia ve a Drew, la perfecta presidenta estudiantil de sonrisa astuta y maliciosa. A su lado está su amiga Silena, una chica lista pero amante de la moda y, como es de esperar, está hojeando una revista de moda primaveral. Con ellas también están Rachel y Reyna, quienes conversan de algo muy animadamente. Rachel es una pelirroja de aspecto frágil pero que en realidad es bastante inteligente y fuerte. Su inteligencia rivaliza con la de Annabeth y no es de extrañar que ambas se lleven tan mal. Compiten todo el tiempo por ser la mejor. Reyna, por otro lado, es la vicepresidenta estudiantil y es bastante seria y un poco superficial en ocasiones. Las cuatro son tan populares como lo son Annabeth y sus amigas, pero ese pequeño grupo se lleva pésimo con el de la rubia.

Drew, Silena, Rachel y Reyna son llamadas en secreto las Barbies con cerebro, ya que a pesar de ser increíblemente listas son muy superficiales y malvadas cuando se lo proponen.

Más allá de las Barbies con cerebro están Frank y Nico, los otros dos miembros de la pandilla de chicos malos aparte de Percy, Leo y Jason. Frank Zhang es todo lo contrario a un chico malo que se puede pensar: es dulce, amable y buena persona, que se la pasa al margen de las bromas de sus amigos pero que ríe con ellos de sus travesuras. Nico Di Angelo, por otro lado, es lo más parecido a un chico malo que hay en el colegio: sombrío, serio, con una motocicleta y chaqueta de cuero. Los cinco son el grupo de mejores amigos más dispares pero unidos que se pueda encontrar.

Annabeth no sabe qué hacer para pasar el tiempo libre, así que saca su libro de Historia Contemporánea y estudia la segunda guerra mundial ya que el profesor Rogelio les había mandado a estudiarse eso.

Estaba muy tranquila estudiando cuando de la nada aparece Reyna junto a Rachel y le vacían una botella de agua "accidentalmente" sobre ella. Annabeth se levanta con su cabello y blusa empapados.

—¡Retrasadas mentales! —les grita Annabeth con indignación. Las dos chicas se alejan riendo.

Annabeth guarda su libro, que milagrosamente salió vivo. Se dirige corriendo a los casilleros, creyendo que le queda alguna una camisa de repuesto ahí.

Pero para su mala suerte, no está. Rebuscó en cada rincón, pero fue imposible encontrar nada más allá de libros, cuadernos y lápices.

—¿Se te perdió la dignidad? —pregunta Perseus apareciendo por el pasillo. Ella le lanza una mirada irritada.

—Lárgate, Jackson —le dice Annabeth. Percy se acerca a su casillero y le da una camisa a la rubia. Annabeth mira extrañada a Percy y luego a la camisa, es negra. Y en medio en letras blancas dice: ¡AMO EL ROCK!

—¿Por qué eres amable conmigo? —pregunta la chica a Jackson, entrecerrando los ojos con desconfianza y esperando que la camiseta tenga polvo picapica.

—Sólo ponte la camiseta y no preguntes tanto, listilla —Percy comienza a alejarse del pasillo. Aunque Annabeth lo detiene.

—Gracias —dice rápidamente. Él sonríe.

—De nada, listilla.

Annabeth corre a los baños. Allí se quita la camisa húmeda y se pone la de Percy. Es extraño. Nunca se había puesto ropa de otras personas, mucho menos de chicos, aun menos de Percy. El olor a Perseus llega a sus fosas nasales: huele a océano. Es difícil explicar, pero así lo siente Annabeth.

Ella se suelta su cabellera rubia y la sacude, esperando que salga la mayor cantidad de agua posible. Un momento después. Ya está lista. Su cabello no está súper seco, pero está mejor que antes.

Sale del baño de chicas y se dirige hacia donde estaba antes. En el camino se encuentra a Rachel y al aquelarre de brujas. Annabeth la mira casi con fastidio.

—Veo que has encontrado una camisa nueva —señala la pelirroja.

—Así es —confirma Annabeth lo obvio.

—Sería una lástima que también se te arruinara... —dice Drew con gesto pensativo. Annabeth la mira con cautela. Estas chicas son capaces de lo que sea. De repente sus caras se suavizan. Jason, Percy, Nico y Frank, cuatro de los cinco chicos malos, se acercan a ellas.

—Percy, cariño. ¿Cómo estás? —pregunta Rachel con su mejor sonrisa. Es bien sabido que Rachel Elizabeth está loca por Perseus Jackson. Percy apenas la mira.

—Mm... Bien —responde. Él mira que Annabeth sí se he puesto su camisa y le guiña un ojo. Annabeth desvía la mirada y aprovecha que las superficiales están cien por ciento distraídas en los chicos y huye.


¡Como te odio, Percy! ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora