15. ¡Se acabó!

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Flashback

-¡Me gustas tanto! – susurró casi dormida –
- Y tú a mí Isabelle Veitia – susurré sin creer sus palabras –

Fin flashback

Es lunes y no he podido asimilar las palabras de Isabelle, quiero creer que es un sueño pero no, para que engañarme, si la realidad es que esa Diosa, dijo que le gusto y ahora no sé ni como mirarla, y lo pude hacer notar cuando esta mañana al salir la vi yendo hasta su coche y bajé la mirada, bufé y mi madre me avisó que llegamos a mi colegio, estaba temblando, hoy tendría clases con ella y vuelvo a repetir, no sé ni como mirarla a la cara sin recordar aquellas tres palabras que me hicieron un vuelco total, me han cambiado el mundo.

- ¡Alanys! – me detuve de golpe y giré la cabeza lentamente esto no estaba pasando –
- ¿Andreina? – susurré interrogante y ella llegó a mí agitada por correr –
- Llevo cinco minutos llamándote de todas las maneras posibles y simplemente no reaccionabas – bufó cabreada y me reí mientras le daba un beso en la mejilla –
- ¡Vamos! – dije agarrando su mano y caminando hacía los casilleros –
- ¿Qué sucedió con Daniel? Que John dijo que todo terminó mal – me tensé y tragué saliva –
- Nada, problemas y ya – dije seca y abrí mi casillero –
- ¡Hey! ¿Qué pasó? – preguntó agarrando mis mejillas y negué para soltarme y en ese momento apareció Paco con quién dejé a Andreina aunque la oí quejarse –

Caminé arrastrando los pies hasta el salón y al alzar la mirada estaba Daniel viendo hacía la ventana, así que decidí sentarme al frente del profesor, dejé mi bolso en el suelo y saqué mi cuaderno de Historia. Cuando terminaron de entrar los alumnos y la profesora, entraron Andreina y Paco como siempre peleando y se sorprendieron de verme adelante pero no dijeron nada, Paco se fue para los puestos de atrás y Andreina negocio con una chica que estaba a mi lado para que se fuera atrás y ella sentarse allí. Las dos primeras horas pasaron volando y lo agradecí aunque tenía muchos nervios, estaba en tres y dos, o me iba o me quedaba, así que respiré hondo y agarré mi bolso.

- ¿Para donde vas tía? – miré a mi mejor amiga unos segundos –
- Escapare de mi presente colega – ella asintió lentamente sin entender y caminé hasta la puerta del salón –

El problema es que tropecé con alguien y ese alguien al verme casi que huyendo frunció el ceño, me quedé paralizada porque era la última persona que quería ver, pero sus ojos cafés, sus labios rojos intensos, su cabellera rojiza y su camisa blanca con tres botones desabrochados me dejaron en otro mundo, no quería despegarme de ella pero un carraspeo nos separó y volteamos a ver hacía aquel carraspeo, la rubia nos miraba con dudas y como no, si estaba prácticamente encima de mi profesora de Francés.

- ¿Señorita Schuld para donde iba? – preguntó Isabelle sería y tragué saliva –
- Yo… - me quedé sin palabras –
- Ella, iba a mi despacho que la mandé a llamar – Isabelle ni se inmutó, más bien se tensó más y se cruzó de brazos –
- ¿Quién le dio permiso? – preguntó mirándome a los ojos y yo temblaba –
- Bueno Isa tú no llegabas y la mandé a llamar – creo que a Isabelle no le caía muy bien Ana Sofía porqué ni la volteaba a ver –
- Entré a clases – dijo firme y no me podía ni mover – ¡Que entré a clase le he dicho! – repitió más cabreada y entré rápidamente, ganándome una mirada de confusión de parte de mi mejor amiga –

Isabelle entró unos segundos después y estaba que nadie la soportaba, Andreina me veía con caras de pocos amigos y yo no entendía, luego de pasar la lista empezó su clase y todo iba de mal en peor, hasta que explotó y me mando a detención, estaba muy cabreada, jamás me habían mandado a ese lugar y ahora caminaba hacía allá con una pelirroja cruzada de brazos que empiezo a odiar como profesora, después que llegamos vio que profesor estaba, estaba un profesor de tercer año y se fue. Agarré un libro que jamás había visto y me senté a leerlo mientras pasaban las horas, cuando llegó el recreo salí de aquel lugar más enojada que antes.

Cuando llegué al cafetín compré algo de comer y de tomar para acercarme y sentarme junto a los chicos, estaba en silencio, mientras ellos debatían, yo tenía un debate mental ¿si le gusto a Isabelle? Varias veces Andreina me sacó de mis pensamientos, pero por segundos nada más. Cuando oí la voz de Daniel, decidí irme y pasar por el baño, cuando salí al lavabo, me asusto una Andreina apoyada en ello.

- ¿Qué te pasa? Casi me da un infarto – ella me miraba intensamente –
- Si no te dio con la rabia que te dio temprano, no te dará con un susto – dijo seria y la miré confusa - ¿Qué pasa Lanys? – preguntó relajando el rostro y suspiré –
- Anoche, Isabelle dijo que le gusto mucho y con Daniel, el muy imbécil quiso sobrepasarse conmigo – dije todo tan rápido que dudo que Andreina haya entendido –
- ¡Joder! Lo mató por gilipollas – salió como fiera y traté de detenerla pero ya era tarde –

Todo paso como cámara lenta, la mano de Andreina estaba en el rostro de Daniel en forma de puño y Daniel se agarraba la nariz intentando entender que sucedía, mientras Paco corría a separar a Andreina de Daniel y John lo ayudaba, yo me quedé impresionada y de un momento a otro todo ruido volvió a mí, los gritos de mi mejor amiga y la confusión de mi novio, Paco se llevó a Andreina y John a Daniel a enfermería y yo me quedé con Sara quien me miraba con mucha atención.

- ¿Agua? – volteé a ver a Sara y negué –
- Voy a ver a Daniel – susurré y Sara me frenó –
- ¿Segura? – preguntó preocupada y asentí para soltarme del agarré –

Fui hasta la enfermería y ya habían curado a Daniel quién no me daba la cara y entendía que aparte del viernes, algo más había sucedido. John se despidió de mí y le hice un gesto con la cara de despedida, un rato largo duramos sin decir ni una palabra, mucho menos sin vernos a la cara o al menos Daniel a mí.

- Siempre he sido un imbécil, aunque cuando te conocí todo cambió, yo cambié, intenté ser mejor para ti – decía cada palabra con melancolía y mirando a algún punto de la nada –
- Daniel – subió la mano en seña de que no ha terminado –
- Dos años en que te respeté, y por una borrachera todo se fue a la mierda, casi abuso de ti y aparte te fui infiel Alanys – alzó la mirada y mi corazón se paralizó – ¡Perdóname! – susurró y tragué saliva –
- ¡Se acabó! – susurré y salí de aquella habitación –

¿Quería llorar? Sí, no sé si fue mi culpa o la de él, pero dos años se acaban de ir a la basura por una maldita noche, caminé hasta la entrada del colegio y respiré hondo para luego mirar al cielo, una gota cayó en mi rostro y cerré fuertemente los ojos, reinicie mi caminata y la lluvia iba conmigo, cuando llegué a casa no sabía si estaba llorando o mojada por la lluvia, fui hasta mi habitación y me quedé mirando por las puertas del balcón mientras caía la lluvia, era fuerte, parecía ventarrón, toda mi vida se estaba yendo a la mierda en un par de días, o al menos una parte de ella.

Fui hasta el baño y abrí la llave de la tina para llenarla, esperé unos minutos mientras me miraba al espejo y luego me quite todo. Estaba dentro de la tina y me sumergí a ver si con ello se van mis problemas y mis dolores, cuando salí al exterior lloré intensamente y de un momento a otro sentí unos brazos rodear mi cuerpo, siempre agradeceré a la vida y el universo la mejor amiga que tengo.

- Llora, siempre estaré para ti – susurró, mientras yo lloraba y mi respiración era errática –
- Gracias – susurré con un hipo y me abrazó más fuerte –

No sé cuánto tiempo pasó pero Andreina me ayudó a salir de la tina y a colocarme una pijama, me acostó y arropó, jamás había sufrido de desamor o al menos no de tal magnitud pero agradecía inmensamente, tener a mi mejor amiga a mi lado, quién se colocó una pijama y se acostó en el lado izquierdo de la cama, me abrazó hasta que me quedé dormida.

Mi vecina de al frente Where stories live. Discover now