Capítulo 8.

8.8K 683 598
                                    

‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️‏️

—Hey, ¡Hey! ¡Par de dormilones!

Un can peligris de raza mixta se vió cayendo abruptamente de su cama improvisada debido a su mejor amigo, quien lo movía bruscamente.

—¡Ay, Tracker! ¿Qué te pasa? —escuchó a Skye quien, aparentemente, tampoco estaba muy feliz con los buenos días que les dió el chihuahua.

—¿¡Saben cuánto tiempo dormimos?! ¡Rocky! ¡Se suponía que íbamos a buscar a la persona que estaba entregando los collares!

Oh.

Oh.

—Mierda —el menor se levantó rápidamente y acomodó su ropa—. Dime que no es tan tarde, porfavor, ¿aún no ha...?

Se disponía a revisar nuevamente la pantalla de rastreo para verificar que la señal del susodicho collar no estuviese cerca, meramente para darse cuenta de que había otro punto de rastreo en esa localización, además de su propio collar.

Con una expresión aterrada miró a Skye, quien parecía no entender nada, y luego al mexicano. Quiso arrancarse las orejas de frustración en cuanto se dió cuenta de la situación.

El chihuahua alzó una ceja.
—¿Esto te parece muy tarde, güey?
Dicho eso levantó su mano en el aire, de la que colgaba la dichosa placa de la piloto. Tan rosa como la recordaba.

—¡Mi pup tag! —en un instante se abalanzó encima de Tracker para tomar la placa ella misma, observándola con sorpresa— ¿Cuándo..? ¿Cómo llegó aquí? ¿Viste quien la trajo?

Ver aquel pequeño rastro de ilusión en sus ojos era casi doloroso; pues Tracker en el fondo sabía que la chica esperaba un "si, fue Ryder" como respuesta. Pero claro, no podría permitirse mentirle, no a ella.

—No, lamentablemente no. Desperté porque escuché un motor —explicó el chihuahua—, pero cuando salí a ver ya se había ido, sólo dejo esto frente a la reja. Estas mendigas piernas cortas no me dan para perseguir motos —bufó—. No pude ver nadita de nada —la decepción era clara en su tono, por lo que Skye no le reprochó.

Rocky rió.
—¿Perdiste tu habilidad de correr tras cualquier auto que vieras?

Tracker le propinó un golpe en la cabeza en respuesta, ante el cual el peligris rió.

Skye por su parte no podía quitarle la mirada de encima al pequeño collar color rosa; estaba desgastado, claro, pero se encontraba en mucho mejor estado que el del reciclador. A Rocky le pareció tierna la delicadeza con la que la cockapoo trataba al objeto, pero tuvo que volver a poner los pies en la tierra al recordar que habían perdido la oportunidad de ver quién lo trajo.

Suspiró con pesadez y se maldijo internamente por quedarse dormido.

—Ugh.. Como desearía que funcionara. Sería tan fácil contactar al resto así —añadió Skye mientras intentaba activar el comunicador de su placa, sin éxito.

Entonces, los ojos del peligris se iluminaron nuevamente.

—Eso es —se levantó y se acercó a ella—. ¡Puedo intentar repararla! La mía está completamente perdida, pero la tuya aún parece estar casi intacta. ¿Crees que.. sea buena idea?

—¡Claro que si! —involuntariamente, la colita de la cockapoo comenzó a sacudirse ante la simple idea de reactivarla; así mismo su sonrisa fue inevitable de ocultar—. ¿Crees que así podamos contactar al resto?

Rocky sintió una punzada en el pecho al recordar específicamente su hermanito menor, Rubble. Tracker pareció notar esto y dió unas leves palmadas en su hombro.

Lo que el tiempo se llevó  ──  ;   Paw Patrol.Where stories live. Discover now