II (Editado)

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El comportamiento de Andrés la había dejado inquieta, esa forma en la que afirmaba las cosas o evitaba sus preguntas. Como simplemente movía sus hombros de arriba hacia abajo cada vez que ella le preguntaba algo. No lo conocía por lo que no sabía si aquel era su comportamiento usual, pero algo le decía que Andrés sabía de más. Por ejemplo, la forma en la que supo que ella estaba asustada o como afirmó lo que ella estaba pensando sobre él. Aunque aquello podría tener explicación, bien podrían ser intuición. Aun así, no se quedaba tranquila. Suponiendo que allá sido su intuición, aquello tenía una de explicación. Pero lo del padre de Diego no la tenía a simple vista, eso la tomó desprevenida. Pocas personas sabían sobre el padre de Diego, de hecho, ella lo sabía porque estaba directamente involucrada.

Pensó en diferentes posibilidades, pero ninguna resultaba convincente. Ellos, Diego y Andrés, no eran amigos, nunca lo habían sido. La idea de Diego diciendo algo no le hacía sentido pues el tampoco era de andar contando sobre cosas que le avergonzaran o lo dejaran en desventaja. Lorenzo y Casey nunca dirían algo, ellos sabían hasta que punto hablar o callar. Además, eso había quedado en el pasado, Lisa recordaba esa conversación como si hubiese sucedido el día anterior pero ya habían pasado tres años y, si sus cálculos eran correctos, Andrés no tenía ese tiempo en la escuela.

Una idea llegó a su cabeza, y no paraba de dar vueltas en ella. Si Andrés era igual que ellos... No, no podía ser, ella no lo sentía como... pero quizá si, ella no era una experta para identificar cuando una persona era o no lo que era ella, pero sentía el poder de Diego, sentía cuando Lorenzo estaba cerca y se había acostumbrado al de Casey, aunque este último rara vez se manifestaba. De todas formas, dentro de todas las posibilidades aquella sonaba más lógica que las demás.

En su momento defenderlo había sonado como una buena idea e incluso seguía sintiéndose bien por haberlo hecho. Aunque esa sensación desaparecía, si Andrés sabía lo del padre de Diego probablemente sabía lo de ella y si sabía sobre ella, su tía podría hacer algo. Tenía temor de lo que le pudiera pasar a su familia, recordaba las palabras de Miriam, recordaba todas las veces que le había llamado fenómeno y recordaba perfectamente lo que le pasaría a su familia si alguien se enteraba de lo que ella era.

Ø

La semana pasaba con rapidez. Lisa seguía su vida lo más normal posible, seguía sentándose con Casey durante las clases, durante el almuerzo, aunque ahora siendo evitada directamente por Diego. O quizás ella evitaba a Diego. Ambos pasaban del otro, a veces solía sentir sus ojos sobre ella, pero lo ignoraba. Lo que solía hacer era escuchar con atención las conversaciones de él, pues a veces solía hablar sobre su poder. Pero no entendía a nada, preguntarle a Casey no servía de nada porque ella quería saber cuál era el poder suyo y ella no debía de soltar esa información. Por otro lado, no confiaba del todo en Casey y no estaba preparada para hablar con el tema con ella. Decirlo en voz alta sería admitir que era un fenómeno, cosa que ella quería creer no ser.

Por otro lado, Andrés Soler parecía estar en todos lados. En cada pasillo que se movía, a cada aula en la que entraba, cuando llegaba o cuando se iba estaba allí. Probablemente siempre lo estuvo, pero ahora algo hacía que ella lo notara. Lo primero era sus sospechas y luego estaba lo que había pasado el lunes, era como si algo, alguna conexión invisible los atara. Él había sido golpeado, ella lo había defendido. Y ambos estaban en amenaza, él por lo menos de un enemigo declarado y ella de, sin poder evitarlo río en voz alta, era gracioso, pero no había una palabra para definir lo que ella tenía con Diego.

— ¿De que ríes? —preguntó Casey, Lisa negó con la cabeza sonriendo.

— Nada importante —Casey observó a la profesora, luego se inclinó en dirección a Lisa.

Pottens I: El Secreto de los Clanes (Pausada)Where stories live. Discover now