Capítulo 1: "Una sociedad irracional"

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-¡Alex!... ¡ALEX!-

-¡Ya voy mamá!-

-¡Se te va a hacer tarde y sabes que nuestro bus no pasa tan seguido!-

-¡Ya voy!-

Una chica de largos cabellos de color negro y ojos café claro baja las escaleras corriendo mientras aún se pone su suéter y toma su mochila para cruzar la puerta y alcanzar a su madre que, por supuesto, ya había salido. -¡Mamá! ¡Espérame!- corrió tanto que casi se tropieza con una piedra suelta que había en la banqueta, pero después de tanto esfuerzo, alfin logró alcanzar a su mamá en la parada del bus.

-Alexandra, sabes que nuestro bus no pasa tan seguido. Y si se nos pasa este llegas tarde...otra vez- Habla Kairi con tono de regaño mientras se sienta con su hija en la sección para azcareos del bus.

-Ya sé mamá, solo que esta cosa me estaba dando problemas y lo tuve que arreglar- Responde Alex mientras baja un poco el cuello de su suéter y señala su controlador.

-No podemos hacer nada con eso Alex, así es como son las cosas-

Alex suspira -A veces me gustaría... no sé, hacer una revolución o...-

-¡Alex! No puedes decir esas cosas en público, alguien puede escucharte y te pondrían arrestar, te recuerdo que ya tienes 19, ya puedes ir a un campo de control, y si te mandan, ¿dime que hago yo? Yo realmente no puedo creer que...-

Su madre seguía hablando y hablando, pero Alex ya había dejo de escuchar, simplemente miraba hacía la ventana del bus viendo a todos los azcareos entrar por la pequeña puerta trasera y a algunos cuantos humanos entrar por la puerta delantera y sentarse en la amplia sección para humanos, realmente hay una gran diferencia entre cada sección. Mientras que la humana es amplia y con asientos seguramente más cómodos, la azcarea es pequeña, difícilmente ocupa un tercio del bus, los asientos son de metal y por supuesto, muy incómodos, y el espacio entre las filas es demasiado pequeño como para que apenas dos personas puedan acomodarse. No hay conductor, hace mucho que salieron a la venta los coches automáticos, que ciertamente son mucho más seguros; con rutas predefinidas, sin riesgos de choques gracias a los sensores y procesadores de alta potencia y reconocimiento especializado, con una programación distinta para cada modelo; sin duda una maravilla.

A Alex le encantaban los coches, eran simplemente su pasión, conocía tantos modelos como funciones y componentes, sin embargo aún no había podido comprarse uno, pues, a pesar de que ya tenía incluso su propia licencia no podía entrar en muchas de las tiendas porque eran "Solo para humanos". Solo para humanos, el simple hecho de pensar en esa frase hacía que le diera rabia vivir en esta sociedad ¿Con qué derecho los humanos creían que eran superiores a los azcareos? ¿Por qué siempre tenían que vivir soportando abusos y humillaciones por parte de los humanos sin la libertad de defenderse a no ser que quisieran ser electrocutados? Los continuos asesinatos sin cargos hacía los de su raza y para empeorarlo, la manipulación del gobierno para hacerlos parecer bestias. Sin duda era un mundo injusto, pero lamentablemente era SU mundo y tenía que vivir en él.

Su madre había dejado de hablar, resignada a que su hija no la escuchase, puesto que siempre hacía lo mismo, perderse en sus pensamientos y desconectarse del mundo en general.

Su parada había llegado, ambas se levantaron y bajaron del bus con algunos cuantos pasajeros más y caminaron sin decir una sola palabra hasta que Alex se despidió de su madre y esta se desvió antes de llegar a entrada de la escuela para ir a su trabajo. Mientras tanto, Alex ya había entrado a su instituto.

-Hola Alex- La saludó alguien amablemente por la espalda, Alex se giró para ver quién era. Era su amiga Sara, habían estado juntas desde secundaría.

El destino de mi puebloWhere stories live. Discover now