CAPITULO 28.

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Primer día que salí con Paola y no paró de mirarme en todo el día.

—¿Podrías dejar de mirarme?—Le dije mientras caminábamos por un parque.

—Lo siento, es que no puedo evitarlo, en realidad eres muy linda—Sonrió.

—Gracias—Dije seca.

—¿Tú crees que yo soy linda?

—No—Quería ser lo más detestable posible.

—Oh... ¿Entonces no te gusto porque soy fea?

—Así es.

—Creo que ya sé lo que tratas de hacer, pero no me dejarás de gustar sólo porque me trates mal.

—Como sea—Sabía que en algún momento se iba a hartar.

—Te quiero, Elly. ¿Sabes? Yo si te quiero para algo serio, me gustas muchísimo, mejor dicho ¡me encantas! Me gusta que tengas sentido del humor, me gusta tu carita y en realidad eres buena persona aunque lo ocultes conmigo, pero me gusta que...

—Está bien, ya entendí.

—Si me dieras una oportunidad no te arrepentirás, conmigo lo tendrás todo—extendió las manos con alegría.

—Ya te dije que no, a mi me gusta alguien más.

—¿Y porqué ese "alguien más" no está contigo?

—Que te importa—Dije fría.

—No aprecia el arte que eres tú cómo yo lo aprecio.

—Qué babosa—Reí un poco.

—¿Te reíste?—Se sorprendió— ¡Si! Por lo menos logré algo— Sonrió y me abrazó.

—¡No me abraces!

—¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quiero!—Me seguía abrazando.

—Deja de decir eso.

—Es qué es la verdad, ¡Te quiero Elly!—Gritó y me avergoncé un poco.

—Deja de gritar Paola, estás loca.

—Loca pero de amor por ti.

—No puede ser— me agarré la cara con la mano.

*Narra Aleyda*

Estaba en el trabajo y Jenell no paraba de reír con la jefa, lo cual me ponía celosa. Desde que se había ido Elly, la jefa y Jenell se empezaron a llevar mejor y eso no me gustaba para nada. Sin embargo no le podía reclamar, ni demostrar mis celos a Jenell. Era una estúpida, ni siquiera me tomaba de la mano y ahora se ponía a divertirse con la jefa.

—¿Estás bien?—Jenell se me acercó riéndose.

—Si, ¿por?

—Te veo muy seria.

—Estoy trabajando nada más—Dije como si nada, estaba ardiendo de celos por dentro.

—¿Saldremos en la noche?

—Si quieres...

—¿Tú no quieres?

—Claro que si.

—Bien...

Cuando salimos de trabajar, nos fuimos en su moto a cenar a un restaurante. Y yo estuve seria todo el tiempo.

—¿Qué tienes?

—¿De qué?

—¿Porqué casi no hablas?

Ella me arruinó la vida (TERMINADA)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن