Tan solos tú y yo

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Al llegar a casa, noté que tenía mensajes de Stiven. Primero me cambié y saqué un tarro de leche deslactosada de la nevera, me fui a mi habitación con la luz apagada y me tiré en mi cama. Abrí sus mensajes: - Te reíste mucho hoy- Lo sé, estaba graciosa la peli, esa abuelita fue lo mejor- Te volteaba a ver cada ratico- Lo notaba, sentía tu mirada encima mío, y creo que mi mamá también- Intenté disimular, así que no voltié más- me respondió- me hubiera gustado que te sentaras conmigo, habían sillas vacías- Iba con mi familia- le dije- Es cierto, pero si me hubiera gustado, y con ese vestido uf- Es una batola, las uso cuando no me quiero vestir, que es prácticamente, todos los días jajaja- Y él se río también. Nos dormimos, ambos estabamos cansados y teníamos cosas que hacer, como al siguiente día.

En  ensayo del baile de Ash, en la casa de Juanse, estaba tan sedienta, ese día me había puesto una licra, fue la peor decición, estaba haciendo demasiado calor. Asi que le dije a Juanse que si podía tomar agua de su nevera- Pero claro señorita- Siempre me decía señorita, es más me gustaba que lo hiciera. Entré a su casa, a la que concía muy bien, ya había estado ahí antes, pase directo a la cocina, y tomé un baso verde cuadrado, abrí la nevera y me serví agua, y mientras salía, Juanse se me acercó y muy al oido me dijo- Todo esto pudo haber sido tuyo, pero prefiriste a un indio ahí- me voltié y lo miré fijamente a los ojos; no le dije nada, y salí. Stiven estaba hablando con un par de personas más, le dí el baso, y tomó agua-  gracias bebé- me dijo mientras yo tomaba el resto. Volví a entrar a la casa, y lavé el baso, mientras Juanse me miraba. 

Al terminar el ensayo, Stiven me llevó a mi casa, pero antes dimos un par de vueltas,solía poner mi mano en su cadera, era algo que simplemente me gustaba, era como si su cuerpo encajara a estar con el mío, pero,  de un momento a otro, dos cuadras antes de llegar a mi casa, en una doble vía, paso Sofía Setuain, en su moto, con su novio, ella simplemente nos miró, Stiven para aliviar un poco, les pitó, y los saludó, ella quedó tan impresionada. Al llegar al frente de mi casa, en donde no había nadie, claramente, me bajé y nos besamos, hasta que le dije- nos vemos mañana en el colegio- no dimos un último beso y se fue.

Al siguiente día, en el colegio, nos tocaba química, en el laboratorio, para mirar qué experimentos exponían, asi que sólo ibamos a sentarnos, Stiven y yo nos sentamos juntos, como era costumbre, el puso las dos bancas en la mesa de exposiciones que era rectangular, al lado del profesor, si se preguntarán por qué, bueno, es más facil que él no te vea si más cerca te tiene, y así fue, todos expusimos, y Stiven mantuvo su mano en mis piernas todo el tiempo, me encantaba que lo hiciera, era curioso, como sus manos podían llegar a ser tan delicadas. Al acabarse la clase, ya eran las 7:00 de la noche, asi que todo estaba oscuro, todos empezaron a salir, pero, como si nuestras mentes estuvieran conectadas, nos quedamos juntos, de casi últimas, y digo casi, porque también estaba Andrés, mi Slave. Y de un momento a otro, el profesor, un señor casi e 40 años, nacido del choco, gritó: Ramírez limpia la sala- Andrés lo miro con cara de por qué a mi- Arroyo- gritó, tal parece no se sabe aprender nombres, si no apellidos- Señor- le respondió Stiven- Recoja la basurita de por ahí- Esperame Adri- me dijo Stiven viéndome fijamente, mientras yo me ponía mi bolso. Lo miré y le afirme con la cabeza, mientras me acercaba a la salida de la sala. Stiven botó una bolsa en la basura que estaba al lado de la puerta, y avanzamos juntos, Stiven cerró la puerta, por el aire. Caminamos el pasillo un poco lento, todo estaba a oscuras, teníamos que subir unas escalera para llegar a la puerta, para luego seguir en otras escaleras, para bajar del tercer piso, y poder salir del colegio.

Al subir las escaleras, Stiven fue primero, miró por la puerta, y por un momento creí que se iba a ir, y me puse triste, y cuando sólo me faltaban cuatro escalones para llegar, Stiven entra, y entrecierra la puerta, y se acerca a mi, un escalon encima a mi, y me coge de la cintura, y me besa, me quedaba super alto, asi que me subí al mismo escalón de él- Así está mejor- le dije mientras sonreí, con sus labios tocando a los míos. Mientras nos besabamos, con el peligro de saber que en cualquier momento llegaría Cristian, nuestro profesor, Stiven metió su mano en mi falda, y yo mi mano izquierda en su cabello, mientras que mi mano derecha solo lo abrazaba, ya que estaba sujetando el diario de asistencia del salón. Adoraba las manos de Stiven, simplemente sabía cómo tenían que tratarme, y adoraba pasar mis manos por su cabello, en especial, la parte atrás, ya que no le gustaba dejarse crecer el pelo, al contrario, se lo mantenía cortando, asi que adoraba la sensación en mis manos de su pelo recién cortado. Sentíamos perfectamente la respiración del otro, con esa adrenalina que ninguna otra cosa nos producía. Y como si hablaramos por nuestras mentes, ambos salimos de ahí, al otro pasillo, era casi de noche, no había nadie en el tercer piso, asi que nos besamos nuevamente, como si de despedirce se tratara, lo agarré por la cintura, y él metió su mano en mi falda, y de la falda a mi licra, él simplemente de manera sutil, rosaba sus dedos por el encaje de mi ropa interior, negra, como me gusta, sus manos calientes, y mis nalgas frías. Cuando empezamos a bajar las escaleras me dijo, adoro que tu cuerpo se mantenga frío, lo miré y él bajo, llegamos al segundo piso, él caminó un poco delante mío, saludó a un seminarista, que nos daría una charla al día siguiente, él estaba hablando con dos estudiantes más: -Voy a coordinación -le dije- Dale, ahorita te alcanzo- Coordinación quedaba en el mismo piso, en una esquina, desde donde estabamos se podía claramente ver, allí estaba Samuelito, el hijo del coordinador- ¡Samuelito!- Lo saludé como siempre, y él me sonrió, como solía hacerlo, levantó su mano y me dió el hi-5 de cada día, al momento llegó Stiven, y lo saludó- Joven Samuel- Don pastuso- dijeron, mientras yo tiraba en diario por debajo de la puerta. Cuando me di vuelta, y miré al tercer piso, me asombré de inmedito, se podía perfectamente ver todo lo que hicimos con Stiven  ahí afuera- Se ven bien juntos- Dijo él; nos reímos, pues no podíamos hacer más, y nos despedímos, era buen muchacho. Y mientras que bajabamos al primer piso y volteabamos a la derecha le conté- Lo bueno es que le agradamos- Es cierto- encontramos a nuestros amigos, que nos esperaban para irnos caminando, esperemos a Andrés, dije Laura, más conocida como la chinita, por sus facciones. 

Andrés salió en unos 10 minutos, y mientras todos ibamos caminando, yo me sujetaba a Stiven, o mejor dicho, a su bolso, porque me sujetaba a él, como si me hiciera menos pesado el mío, ibamos hasta la parte de atrás del grupo- pudimos estar más tiempo- me dijo- es real - le respondí muy risueña- me voy a ir caminando con los muchachos hoy, ¿te parece? - Claro, esta bien- Me duele un poco la cabeza- me dijo- tranqui, yo estaré bien- está bien- 

En siguiente día, no hicimos casi que nada, asi que a él le tocó el aseo, y como sabemos todos, yo siempre me quedaba con él, y Yañecito, porque era el encargado de las llaves del salón, de un momento a otro, salí al pasillo de enfrente de nuestro curso, y voltié a ver, iban los padres, hacia la biblioteca, que quedaba un salón al lado del nuestro, y de un momento a otro, veo llegar a la esposa de mi papá, Piedad, desde que la conozco nunca le he dicho madrastra, simplemente nos parece feo, y nos saludamos, y ella entró a la biblioteca, tal parece era una reunión del consejo de padres, y detrás de ella, entró el coordinador, no había nadie más  en todo el colegio, todas las luces estaban apagadas. Volví a entrar al salón, Yañecito estaba jugando su típico juego de carros en el celular, sentado en una silla, mientras Stiven, estaba terminando de barrer- Yo lavo el trapero- le dije- esperame yo voy a botar la basura- me dijo, con una mirada que podía reconocer- dale- le respondí.

Cuando Stiven terminó de barrer, botó la tierra en el cesto, mientras lo levanta, yo saco el trapero de atrás de la puerta, y salimos juntos por el pasillo del segundo piso, pasamos por la biblioteca, la cual no se veía nada, ya que tenía cortinas dobles, en cada una de sus ventanas. Después llegamos a la esquina, o sea, la coordinación, todo totalmente oscuro, Stiven giró a la derecha, para bajar las escaleras, pero yo lo sigo, y él voltió a mi, y nos besamos- baja por las otras escaleras- le dije- esta bien- caminamos juntos por el otro pasillo, viendo la única luz prendida, la de nuestro salón. Cuando llegamos al otro extremo, al lavadero de los traperos, y también los baños para niñas, aprovechando la oscuridad, nos besamos una vez más, él bajó por las escaleras al primer piso y botó la basura, yo lavé el trapero, él volvió a subir, pero por las escaleras de coordinación, yo me regrsé, al llegar a la esquina de coordinación, nos besamos un poco más, y de regreso por el pasillo, él iba un poco delante mío, asi que le pegué una nalgada, él se regresó a mi y me pegó una también tan solo que no fue una nalgada, si no que me cogió la nalga, y sonreímos juntos, llegamos al salón, él trapeo, y nos fuimos los dos caminando a casa, después de que Yañecito cerrara el salón. 


365 DÍAS CON ÉLحيث تعيش القصص. اكتشف الآن