Un poco diferente

16 2 0
                                    

En esos días, Stiven dañó su celular, asi que empezamos a hablar por Facebook Messenger, empezamos a ser más románticos, siempre eramos de amor buenos días hasta buenas noches.

Esa semana, el papá de Stiven y su esposa, se iban de viaje a la costa, cumplían su aniversario de casados, se iban por una semana, asi que Stiven quedaba solo, con sus hermanos, Danna de cinco años, y Camilo de 10 años, y su abuelo.

Stiven tenía que hacer aseo al salón, pues le habían hecho anotación en el diario, yo era la encargada del diario, asi que, muchas veces salvé a Stiven del cuaderno de observaciones, pero esta vez no pude, y no quise, no lo pensaba salvar por cada daño que hacía, asi que, ese día, le ayudé a hacer el aseo, y cuando terminamos, junto con Yañecito y Andresito, mi SLAVE, (esclavo, para los de poco inglés) él dijo, bueno, vamos yo te llevo hoy, lo miré con cara rara, sacó las llaves de la moto de su bolsillo, asi que nos fuimos Andresito y yo con Stiven, a Yañecito lo estaba esperando su mamá en la salida, Andrés llegó antes de mi y Stiven a la moto, asi que se hizo en la mitad, pero Stiven no lo permitió y terminó atrás, después de prender la moto puso su bolso en los pies, y mi Slave, como buen Slave que es, llevaba mi bolso, después de dejar a Andrés en la esquina de su casa, nos fuimos a la mía, Stiven me dejó en la misma esquina de siempre, los arboles tapaban mi casa, asi que nadie nos veía, y le dije adiós, y me bajé, me puso el cachete, le cogí la mandíbula con la mano izquierda, él hizo fuerza para voltear, y que sus labios queden con los mios, pero no pudo, y le di el beso en el cachete, y después le voltee su mandíbula, sus labios quedaron con los míos, y lo solté, y le dí un beso, me volté y me empecé a ir, él aún no arrancaba, me volteé y lo miré, y me devolví, su cabello liso estaba despeinado, asi que me acerqué a él y le acomodé su cabello, me fuí, cuando estaba a mitad de cuadra, escuché cómo arrancaba la moto, llegué a mi casa, y no había nadie, como siempre sucedía, asi que procedí a bañarme, empijamarme, y sentarme a comer mientras veía videos en youtube, o algo por el estilo.

Siguiente día, lleno de cosas por hacer, bueno, eso es lo que pasa cuando te comprometes en todo lo que ves, y con todas las personas que hablas, a veces, siento que debo de aprender a decir no, y rechazar algunos eventos, pero en fin, eso no pasaría por ese momento.

Esa mañana, cuando estaba aún dormiendo, recibí una llamada, solía dejar mi celular debajo de la almohada, pues, lo usaba como despertador, no era una llamada normal, era una llamada por Messenger, era Stiven. Me llamaba desde su computador, por videollamada, no entendía, era muy temprano, cuando contesto, y lo veo sin camisa, con la espalda raspada, igual que sus brazos. -¿Qué te pasó?- le dije asustada, con voz de recien despertada y sentandome rápidamente en mi cama- Me accidenté- ¿Dónde?, ¿Estás bien?, necesitas hacerte curación, no quiero que eso se te infecte- Estoy bien, nada más me duele un poco- Pero dime qué carajos te pasó- Estaba llevando a mi abuelo a un lugar, ya lo había dejado, y empezó a llover, venía por la cuadra del colegio, sabes que tiene muchos huecos, intenté esquivarlos, por no comerme uno me comí otro, venía un carro, me alcanzó a atropellar, quedé debajo de otro carro que estaba estacionado, literal caí como un avión- Dios, Stiven- Te hablo ahorita en el ensayo de 6:00 am- Está bien, Cuídate.

Me levanté de la cama, mi mamá y mi abuela ya estaban despiertas. -¿Con quién hablabas a ésta hora?- Me preguntó mi mamá- Stiven- le dije, en voz baja- Ay el niño Stiven, ¿cómo está?- Me preguntó mi abuela- Se accidentó, y las miré a las dos- ¿Qué le pasó?- Me dijo mi abuela con voz preocupada- Estaba llevando al abuelo a un lugar, ya se estaba devolviendo para la casa, y está lloviendo, tu sabes que las calles de aquí tiene muchos huecos, lo atropelló un carro y quedó debajo de otro, ya se está haciendo curación- Dios mío, deberías de decirle que vaya al hospital- No creo que sea necesario, le respondí a mi abuela, a la que le decía mamá. -O al menos, dile que se ponga sábila, así se le sanan las heridas- Esta bien, le diré- 

Me bañé, y me fui a ensayo con mi mamá, llegamos y nos sentamos en las primeras gradas, junto a Eduar y Valeria. Stiven llegó caminando, se paró a mi lado, todos le preguntaron de qué le había pasado, él contó su historia, en medio de risas, aunque en el fondo, estaba bastante adolorido.

Al llegar a casa, mi abuela me dió una crema- ¿Y esto?- Es para el niño Stiven, tu sabes aplicar cremas y hacer curaciones, lo haces desde pequeña, deberías de aplicársela- Esta bien mamá- Le respondí, me bañé y me fui al colegio. Al llegar, Stiven me mostró sus heridas, le conté que tenía una crema, que si quería le echaba- No, yo estoy bien- no le insistí más; tampoco le conté que mi abuela era la que me la había dado. Ese día como era costumbre, nos fuimos caminando. Ya estabamos en la esquina de mi casa, estaba oscura, como siempre, esa noche, iba a llover, estaba ventiando fuerte. -Ven, dame un beso- le dí un pico- No, un beso- Y nos besamos, en la esquina oscura, antes de llegar a mi casa, estuvimos un rato ahí, hasta que le dije que me tenía que ir, y así era. Cuando llegué a mi casa, estaban mi mamá y mi abuela esperándome, tenía que ir a ensayo del baile de Ashley, me bañé y me alisté, me gustaba la ropa de ejercicio, nada más por la comodidad que me daba, no porque me gustara hacer ejercicio, simplemente, eso ya no era lo mío.

Ése fin de semana fui al cine, con mi mamá, mi hermana menor, Danna( tiene 8 años, pero tiene más energía que los niños de su edad, practica: patinaje, karate, baloncesto y está en la casa de la cultura, en danza y toca guitarra y bateria, y aún así, al final del día siempre quiere ir al parque, a veces quisiera tener la energía que tiene ella, ser capaz de hacer todo, y nunca decir no a nada, absolutamente nada) y por supuesto, el papá de mi hermana, o sea, mi padrastro, Adrián( lo sé, se podría pensar que mi nombre es gracias a él, pero en absoluto es por él, mi mamá lo conoció cuando yo tenía cuatro años de edad, y nos fuimos a vivir todos juntos cuando nació mi hermana, cuando yo tenía siete años y estaba en tercero de primaria) cuando entramos, pasamos primero a ver qué queríamos de comer, mi padrastro se encarga de todo, siempre, mientras que nosotras echamos chisme, lo normal, ese día me puse un vestido que me queda suelto, y unas sandalias, y de un momento a otro, entró Stiven junto a su hermano menor, Camilito, lo miré tan fijo, y a la vez nerviosa. Entramos primero a la sala, nos hicimos en la última fila, debajo de los dos aires acondicionados, al rato entró Stiven con Camilito, se hicieron cuatro filas más abajo, estaba lo suficiente cerca como para verme. Vimos la película, era de comedia para niños, me reía cada rato, como es común en mi, y Stiven se volteaba a verme cada ratico, eran tantas veces que era tan obvio; mi mamá tenía tanto frío, algo común en ella, y me hizo abrazarla toda la película, mi hermana en cambio, estaba con su papá, al acabarse la película, me dió mucha risa, había una abuelita de unos 95 años, con gafas oscuras, bailando reggeatón encima de su carro, en donde había un montón de gatos, dígame, a quién no le daría risa. Y como no sé discimular la risa, me reí, como se debe. Salimos de la sala, Stiven y su hermanito se montaron en la moto, Camilito se despidió de mi, y Stiven arrancó de inmediato, iban a llegar tarde a un partido de futbol de ellos.


365 DÍAS CON ÉLWhere stories live. Discover now