Arpía Inglesa

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Gwendolyn abrió los ojos. Ante ella, se encontraba dispuesta una gran mesa donde yacía un largo mapa, que distinguía y destacaba claramente varias islas caribeñas, entre ellas, Tortuga, el mayor fuerte bastión pirata en los últimos años, ella sabía que debía hacer sus propias cosas por su cuenta sin importar qué, con el fin de sellar sus pasos dentro de la cacería a la Piratería, afrontando una amenaza mucho mayor que la que sus antecesores enfrentaron antaño.

-Entonces han de estar por aquí... -Pensó Gwendolyn en voz alta, alzando la mirada para toparse con el almirante ante ella.- ¿Qué podemos hacer para localizarlos? Desde acá hasta esa isla, son prácticamente pocas horas de viaje.

El almirante se aclaró la voz y dictaminó:

-Las noticias que le daré a continuación le serán satisfactorias, milady Evans. Nuestros aliados, los franceses, con sus barcos intentaron asediar el bastión abandonado a la cabeza de Étienne Balaguer, pero rápidamente fueron contrarrestados por el Lonely Pride y sus barcos secuaces, por desgracia no hemos podido saber más allá de que se saldó una victoria cortesía de nuestros enemigos, y es muy probable que el Lonely se encuentre allí.

>> Es un barco muy cazado, señora, así que sí usted lo obtiene y rodea antes, ahorrará los esfuerzos del reino por capturar a Christopher Lewis y sentenciar a sus compañeros a la horca, uno tras otro.

Al escuchar eso, Gwendolyn se mordió el labio inferior y su vista volvió hacia el mapa que tenía ante ella, habían vuelto a Kingston tras el revuelo producido en la capital británica por parte de los piratas mediterráneos y ahora la guerra era mucho más fuerte, no estaba totalmente consolidada pero el que estaba servida era prácticamente un hecho, la británica misma sabía de los planes que tenía Lodge por conquistar una tras otra las islas que aguardan las mayores sociedades piratas, y cada una de ellas para él representaban una plaga a la cuál exterminar sin retrasos, cucarachas a las que pisotear y parásitos a los que extinguir cuanto antes, ella no se quedaría fácilmente de brazos cruzados y sus cualidades e intereses iban más allá de ser la típica damisela en apuros, su raciocinio se complementaba a la perfección con su personalidad pícara y viperina.

Luego de estar un buen rato dubitativa, analizando a la perfección cada detalle del mapa mismo, miró al almirante y con su voz jovial, dispuso así de la siguiente orden:

-En cuatro horas nuestro barco zarpará a todo babor con dirección hacia Tortuga, quiero que dispongáis de todo armamento disponible y la carga no sea en vano, necesitamos representar a nuestros compañeros antes de que ellos lleguen a tal bastión fuerte y consolidado, de forma que podamos penetrar y confundir a los piratas, yo misma me encargaré, con mis propias manos, de que la tripulación del Lonely Pride caigan unos tras los otros en un callejón sin salida, en un oscuro abismo y unas redes carentes de liberación.

>> Cuando sea así, el hijo de Elain Olsen será tomado por la fuerza y arrastrado en contra de su voluntad, lo llevaremos a Londres mismo, con presencia no sólo de Lodge sino también del mismísimo Rey Jorge, todos deben presenciar como esa rata se pudre lentamente y su muerte, sin embargo, será tan momentánea como memorable.

La chica sonrió de medio lado, claramente sarcástica y maliciosa, el Almirante asintió así a aquella orden estipulada por la joven Evans.

-Por supuesto que sí, milady, avisaré ahora mismo a la tripulación de que será hora de marcharnos y preparar la salida de Kingston.

Gwendolyn asintió con la cabeza.

-Muchas gracias, almirante. Ahora, puede retirarse.

El hombre se dio media vuelta y se ajustó su ropa, retirándose con elegancia del lugar. Una vez Gwendolyn quedó sola, buscó entre los cajones que conformaban aquella mesa un mosquete, el cuál se pasó entre las manos y comenzó a olisquear aquella literal sensación que parecía emanar de las fauces del artefacto mismo, la muchacha, sí bien no era guerrera, ahora se mostraba decidida a poner en prueba sus formas de moverse y las disciplinas a la hora de administrar sus tropas y su cuerpo mismo en el campo de batalla. Gwendolyn había nacido en una familia reputada de nobles que se caracterizaban por tener un odio hacia aquél que írrespetela patria y a su continente, a aquél que robase y cometiese adulterio dada su religión anglicana y por supuesto, a esos que surcaban los océanos y tomaban todo a su antajo. Sin duda alguna, los piratas ahora eran los mayores enemigos a los que enfrentarse. Abrió los ojos y volvió en sí, acercándose una vez más a la ventana para contemplar aquél horizonte ocupado por las diversas embaraciones británicas, muchas de ellas dispuestas para preparar y afrontar la guerra que ahora les suponía una inminente resurreción de la Piratería, cualquier dama como ella preferiría quedarse asegurada en tierra que a empuñar las armas, pero su filosofía consistía en atacar sin rozar la agresión, simplemente atraer al ratón hasta su jaula, de forma que pudiera desarmar al que parece ser, el barco más prometedor de la campaña pirata: El Lonely Pride.

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⏰ Last updated: Aug 25, 2015 ⏰

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