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CAPÍTULO DOS
La comisaría

CAPÍTULO DOSLa comisaría

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Perspectiva de Iván:

-¿Y ahora que haremos?-Preguntó Lea impaciente.

-Esperar-Le respondí mientras miraba el techo y pensaba una forma para esquivar una terrible conversación con mi padre.

-Llevamos una hora esperando-dijo con aburrimiento.

-Seguro se atrasó con...-No llegue a terminar la frase que se abrió la puerta de golpe. Dos policías entraban y le indicaban al de mayor cargo que nosotros éramos con quienes debía hablar.

-Otra vez aquí ustedes dos-Exclamó serio -Iván, ya hemos hablado acerca de estos comportamientos, creí que había quedado claro, pero al parecer tendremos que aclarar algunas cosas más, ¿no es así?-Dijo con cara maliciosa

-N- no-Dije mientras tragaba saliva

-En cuanto a usted, señorita Richard; esta sería la tercera vez en el mes que tus padres reciben un llamado de la policía, no creo que estén orgullosos de que su hija sea una criminal-Expresó fingiendo una cara de lastima.

-Iván, ve a casa. Señorita Richard, llamaré a sus padres para que la recojan, pero antes, deberán firmar algunos papeles-afirmó.

Volví a casa en la bici, algo mojado ya que había comenzado a llover, lo que era habitual aquí.
Subí las escaleras, en verdad no tenía hambre, solo me tire en mi cama a mirar el techo. Es algo que suelo hacer, me ayuda mucho a reflexionar y aclarar mi mente; en este momento encontraba mucho para pensar. Sin embargo, no podía concentrarme en una sola cosa. Pensaba en el artefacto que habíamos visto en la CTAF, en cómo estaria Lea y el castigo que le habrán otorgado sus padres y por supuesto, en el que me otorgaría el mío. Sí, el jefe de la policía.

Mire el reloj, eran las 19:30, mi padre aún no estaba en casa.
Tanto mirar el techo para pensar me hizo quedarme dormido. Sin embargo, me levante y fui directo a enjuagarme la cara para lograr despabilarme. Levante la vista y observé mis ojos, marrones, idénticos a los de mi padre y cabello rubio platinado, obviamente no es natural, mi cabello natural es rubio, como solía ser el de mi madre.

Me volví a acostar mientras revisaba mi celular, observé si tenía algún mensaje de Lea, era la única persona con la que hablaba, y bueno, mis tías, las cuales me hablaban en mi cumpleaños y a lo sumo navidad. Cerré los mensajes y abrí twitter, solo para ver si Louis Tomlinson había tuiteado algo o estaba en tendencias algo relacionado a él.

En ese mismo instante, me llega un mensaje de un número desconocido el cual decía "No vuelvas a acercarte a la máquina. Que la curiosidad no te mate."

Cientos de preguntas rondaron por mi mente, ¿Quien era la misteriosa persona?, ¿Como podía saber que había visto la máquina?, ¿Como tiene mi número?, entre otras tantas preguntas que rondaban en mi mente. Lo primero que se me vino a la mente, y que hice, fue mandarle una captura a Lea, seguramente no respondería ya que le hubiesen prohibido usar su celular.

Baje a la cocina, en busca de algo comestible. Eran 20:30 y mi padre aún no llegaba. Solía quedarse después del trabajo tomando algunos tragos con compañeros del trabajo y luego llegar a casa tarde sin conocimiento y con ganas de gritarle a lo primero que se le cruce en su camino, o sea yo. Digamos que no es la persona más sobria del mundo.

Volví a subir a mi habitación. Para ser honesto, era en el único lugar de la casa en la que pasaba la mayor parte de tiempo, de todos modos no solía estar en casa. Me gustaba visitar el parque a tres calles de mi casa, o el museo de arte cruzando la avenida, era pequeño y sus obras no cambiaban, pero a mi me encantaba. En la esquina de esa misma cuadra había una cafetería a la cual solíamos ir con Lea, allí se encontraban muchos gatos generalmente, los cuales amo.
La casa de Lea se encuentra a dos cuadras de la mía y a la vuelta de su casa hay un centro cultural, al que solemos ir en verano, cuando las vacaciones se vuelven aburridas y ya no sabemos qué hacer con nuestra vida. Por último, a nueve cuadras podemos encontrar la librería, Lea vive allí podríamos decir, ama los libros con su vida.

Hablando de gatos quiero presentarles a Menina, mi gatita, bueno, técnicamente mia. Suele entrar en la noche por mi ventana, en el día desaparece pero luego vuelve. Era de mis vecinos pero luego de que se mudaran, nadie quedo en la casa, solo ella. Yo la alimento y duerme conmigo, es una gran compañía.

Me levante de la cama para abrirle la ventana y en eso escuché el auto estacionarse y las llaves sonar, mi padre acababa de llegar.

Abrió la puerta, parecía muy ebrio, más que de costumbre. Me escondí tras una pared antes de llegar a la escalera para escuchar mejor lo que decía.

-Estás en graves problema niño, lo sabes-Dijo con cierta dificultad para coordinar palabras-No podrás esconderte por siempre-exclamó dirigiéndose a su habitación.

En esos casos era mejor no cruzarse con el. De todos modos, en la mañana no tendría opción.
Volví a mi cuarto, le di algo de comida a Menina y me recosté. Miré mi teléfono y para mi sorpresa, Lea había respondido, en cierto modo su respuesta me alegró.
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Lea: Intentaste buscar en tu lista de contactos?

Yo: No se me había ocurrido, sabes??

Lea: Era solo una idea, tiene foto de perfil o algo que te permita reconocerlo?

Lea: De todos modos el mensaje es extraño, quien sabría que vimos la máquina aparte de los policías que nos atraparon?

Yo: No lo sé, pero eso tendremos que averiguar.

Lea: Mañana a las 11 en la cafetería

Yo: Qué, no te han castigado??

Lea: Claro, pero lo negocie 😃 A ti ya te han asignado el tuyo?

Yo: Ambos sabemos cual será el castigo

Lea: Ten cuidado, Te quiero ❤️

Yo: yo más <3
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