HANAHAKI [SPREEN]

Capítulo Tres.

Carrera es la primera persona en enterarse de su, muy normal, enfermedad.

Estaban juntos jugando al FIFA en casa del bajo, cuando Spreen le ha escrito a Rodrigo y junto al mensaje a adjuntado una foto de él sonriendo junto al que Anabelle reconoce es Quackity. El chico se le hace tan adorable a Anabelle, su bonita sonrisa y sus ojos chiquiticos le causan una sensación de ternura que le hace sonreír. El problema viene cuando sus ojos detallan al morocho alto de preciosas pestañas en la foto.

Es cuando siente como su garganta arde, siente como algo la rasguña desde adentro y entonces está tosiendo de forma desesperada, mientras sus manos intentan calmar el dolor mientras masajea su cuello. Rodrigo la ve pálido y se acerca mientras entre balbuceos nerviosos le pregunta que pasa. Anabelle dirige su mano derecha a su boca, donde una bocanada de sangre sale expulsada, pero nada más.

El dolor sigue, la desesperación de los dos incrementa en desnivel. Anabelle no puede evitar alterarse aún más, ya debería de haber terminado, ya tendría que yacer un pétalo en aquella mano ensangrentada. Pero no hay nada. Y duele, duele mucho.

Lágrimas resbalan por sus regordetas mejillas y tose de forma aún más desesperada, sus uñas empiezan a rasguñar su garganta, el dolor sólo se multiplica y Rodrigo golpea con fuerza moderada su espalda, buscando hacer que libere lo que sea que está atorado en la garganta de la oji azul.

Entonces tose más y más sangre, y su cuerpo cae de alivio cuando el dolor para de un solo golpe, solo queda un resentimiento en su garganta tanto interna como externamente debido a los rasguños que se ha ocasionado ella misma.

Y una flor, una rosa yace en su mano, viéndose de forma perfecta, no le falta ni un pétalo y esta de un rojo precioso, tanto por su color natural como por la sangre que resbala por aquellos petalos.

Anabelle aleja su mirada de aquel objeto y la dirige a un lado, exactamente mirando a un Rodrigo que ve horrorizado lo que yace en la palma de la mano de su amiga.

—¿Anabelle?

¿Hola, como están?
¿Alguien aquí con vida?