Capítulo 3

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—Buenos días, Paris. —saluda mi mamá con su muy pulcro uniforme de enfermera, cuando me ve entrando a la cocina.

—Hola, mamá. —le regreso el saludo y me siento en la silla de la barra que está enfrente de ella.

Mi madre toma un tazón de fruta que esta a lado de ella y lo empuja hacia mi.

—Gracias.

Tomo el tenedor de la barra y estoy a punto de picar una de las frutas del bol, cuando el sonido de sorpresa de mi madre, me detiene.

Alzo mi vista hacía ella, confundida.

—¿Qué te pasó?

—¿En dónde?

—En la frente, Paris.

Ah sí, eso.

Se levanta con rapidez, colocándose a mi lado.

He de confesar que si no hubiera sido por la pequeña molestia con la que me desperté y por la pomada que reposa en mí buró, hubiera creído que todo lo que pasó el día de ayer fue totalmente un sueño.

Pero por suerte, no fue.

—Oh, un accidente en el concierto.

—¿Pues que paso?—pregunta mirando mi frente.

—Pues... ¡Jayden me golpeó la cabeza con su micrófono!—tomo los hombros de mi madre y comienzo a agitarla con fuerza, al mismo tiempo en el que le grito con emoción.

—¿Qué?—se me queda viendo sin entender nada.

—Ayer en el concierto...

Me levanto de mis silla sin disminuir mi emoción y camino hacia la sala —que por cierto, está enfrente de la cocina—, poniéndome en el centro.

—... Yo estaba cantando y bailando y todo eso cuando de pronto, Jayden quita su micrófono del soporte ese y ¡pas! Que me cae en la cabeza.

Mi madre sigue sin moverse y viéndome como si hubiera quedado loca.

—Y después, Jayden detuvo su concierto y bajo de la tarima para ver qué estuviera bien. ¡A mí! —una risa de felicidad se me escapa— ¿Puedes creerlo?

—No...—la escucho decir por lo bajo.

—Después me cargó y me llevo a su camerino, mamá —me acerco mi mamá velozmente volviéndola a tomar de los hombros—. ¿Sabes lo que significa eso?

Se me queda viendo con los ojos abiertos de par en par y niega con la cabeza.

—¡Que estuve cerca de él, mamá! ¡Que conviví con él! ¡Que estuve en los brazos de Jayden! —vuelvo a soltar una risita de felicidad, antes de tomar un paso lejos de ella—. Aún no me lo creo.

—Ni yo...

Abro la boca para seguirle contando lo que pasó, pero la vibración de mi teléfono me distrae.

—Mi teléfono

Con rapidez, lo saco de mi bolsillo y me alejo unos pasos de mi mamá.

—¿Sí?

—Hola, bonita.

—Hola, Alex.

Por el rabillo del ojo veo a mi mamá hacer una mueca antes la mención de ese nombre.

—Bonita, ya estoy fuera de tu casa.

—Oh, si. Voy en seguida.

Cuelgo el teléfono y me lo guardo en el bolsillo.

Enamorada de una super estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora