Capítulo 14

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—Te ves preciosa, Iris.

—¿En verdad lo crees?—mordisqueo mi labio.

—Sí, estás en el vestuario correcto para el concierto. —afirma Aby a través del teléfono.

Asiento, dejándome convencer por Aby y sintiéndome más segura con lo que traigo puesto.

Al principio, había optado por ponerme lo que me había puesto en el concierto pasado, pero al instante en que vino la idea a mi mente, la decliné y opte por ponerme algo nuevo pero, sin perder los colores que se hacen notar más en el show, que son el rojo, el azul y el negro.

Como luces de patrulla.

En el concierto pasado me había puesto algo azul, pero en este decidí irme por lo rojo y negro. Y bueno, cabe recalcar que el hecho de que a Jayden le guste verme en el color rojo, influyó un poco en mi decisión.

¿Un poco? Bastante diría yo.

—Aunque se vería mejor si enseñaras un poco más tus tetas.

—Las enseñaría si tuviera, Aby.

Hago una mueca y bajo la vista hacia mi top rojo sin tirantes, que se encarga de cubrir mis senos y deja a la vista mi estómago.

—Si tienes, Iris y son justo del tamaño perfecto.

—Lo dice quién se acaparó todo en la repartición de senos.

—¿Pero qué dices? A penas y son un poco más grandes que las tuyas, exagerada.

Saco la lengua, pero al instante me siento estúpida, puesto que recuerdo que ella no puede verme.

—Ahora hazme caso y solo tira del top un poco para abajo.

—Está bien, espera.

Dejo mi teléfono en mis piernas y tiro de mi top un poco de el para abajo, hasta que se ve un poco de ellos.

—Listo. —murmuro al teléfono.

—Enséñame.

Sin refutar tomo una foto del área del pecho y se la mando.

—Ahí está. —me llevo el teléfono a la oreja.

—Bien, se ve excelente. Ni muy grotesco, ni muy refinado. Enseña un poco y justo lo necesario.

—Gracias.

—Además me gusta como se ve la letra «J» de tu collar entre tus tetas. Se ve sexy.

Sonrío con suficiencia.

—Gracias otra vez.

Un carraspeo incómodo llama mi atención y llevo mi vista hacía enfrente, en donde el piloto de la camioneta tiene una cara de incomodidad absoluta.

—Lo siento. —me disculpo, sintiéndome apenada y con el color rojo subiendo me a la cara me bajo el volumen a mi teléfono.

—También debo felicitar a ese pantalón, hace que tu trasero se vea grande

—¡Lo sé! Lo compré en una rebaja en el centro comercial y hace maravillas en mi.

—¡Sí! Hace notar tu pequeño trasero.

—Lo sé.

Bajo mi vista a mi pantalón negro acampanado que, a pesar de que me aprieta de la cintura a mis pompis, el push-up que le da a mis nalgas es fabuloso.

—Señorita, hemos llegado. —habla el chófer, deteniéndose en la parte de abajo del lugar.

—Gracias —le sonrío y vuelvo al teléfono—. Aby te veo luego, ya llegamos al concierto.

Enamorada de una super estrellaWhere stories live. Discover now