Cap. 1: El Amor es como un incendio.

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El amor es como un incendio, basta tan sólo una chispa para iniciarlo y no crees que se propagará hasta que de pronto  parece que no tendrá final, rápidamente te ves envuelto en sus llamas, te quema con tal fuerza que duele,   te sofoca y te hace difícil la respiración, tu corazón se acelera y te pones tan ansioso que no sabes que hacer, te vuelves temeroso pero es cuando más ganas tienes de vivir,  y si alguna vez se apaga,  siempre quedan heridas que jamás se pueden borrar… y siempre quedará aquella chispa inicial…

Y justo en un incendió lo conocí, de alguna forma sabía que aquel encuentro marcaría nuestras vidas, es sólo que no sabía que esto terminaría de esta manera, casi no puedo respirar, me he hecho paso entre los escombros tratando de hallarlo, le prometí que sostendría su mano al final del día y quiero cumplirlo… la noche ha caído, eso creo pues la luz de la luna se asoma entre los escombro, tengo mucho frío, quizás porque mis ropas están empapadas… ¿Cuántas horas llevo enterrado vivo?, y sin embargo, aun sintiendo la proximidad de mi muerte prematura me aferro a la dulce esperanza de morir en sus brazos, pero estoy tan cansado,  le prometí que nos veríamos, si fuese por mí quizás habría seguido mi egoísmo y jamás le habría dejado ir de mi lado, pero… él es mucho más noble que yo, y antepone siempre su deber con los demás a su propia felicidad, a su vida inclusive, el deber nos obligó a separar nuestros caminos en medio de un infierno, de un escenario desolado que no creímos jamás tener la desgracia de presenciar y mucho menos de sufrir en carne viva, pero… así fue, de haber sabido que aquel día que decidí establecerme en este lugar sería el que sellaría mi muerte quizás… no… no puedo renegar de este hecho sólo porque moriré solo,  porque  en mi corazón no hay soledad ni amarguras, porque de no haber venido no lo habría conocido jamás y  él completó lo que en mi vida faltaba, fue la pieza que embonó el rompecabezas, y la única razón para estar ahora en agonía, es porque mi amor me hizo abrirme paso hasta este punto sin retorno para buscarlo, ¿seguirá con vida? Lo deseo de todo corazón, aun si yo muero hoy, quiero que siga con vida, pero… encontrarlo será difícil, ya casi no me puedo ni mover, y a cada réplica, esto parece venirse más abajo y entonces quedaré atrapado y sellaré mi tumba, este 11 de marzo de 2011 ha sido el día más largo de mi vida… y todo por una simple decisión que cambiaría el destino de todos…

Un año antes…

El camino se extiende a lo largo frente a sus ojos, avanza con rapidez en su motocicleta, va por la libre para ir a su destino final, un nuevo lugar para comenzar, un nuevo lugar para hacer las cosas diferentes, se entretiene mirando de vez en vez el paisaje de extensos arrozales que ante el brillo del sol sobre el agua parecen iluminarse de miles de hermosos colores, la provincia no parecía muy interesante para él, no al menos cuando le ofrecieron su acenso en un poblado en la región de Fukushima, pero era más dinero, y una oportunidad de hacer algo nuevo, de tener nuevos retos y nuevas personas en su haber, y no quiso desperdiciar aquella oportunidad sólo porque él se sintiera un chico de ciudad, Tokio le había enseñado demasiados vicios, sería interesante ver si aquellos vicios se apagaban o encendían con mayor vehemencia en su ser al llegar a tan tranquilo lugar, decidió irse en su motocicleta, un viaje de varias semanas, tan sólo él y el camino de asfalto bajo sus ruedas, sus demás cosas llegarían antes, y una personita especial llegaría después que él se instalara… estaba cercano a llegar, y tan pronto divisó su destino, bajó la velocidad y comenzó a recorrer las calles pueblerinas de aquel lugar tan pintoresco, tan tranquilo, la gente miraba a aquel hombre vestido con pantalón de mezclilla rasgado, chamarra de piel, lentes oscuros, pañuelo cubriéndole el rostro y casco negro en su motocicleta con gran asombro, era demasiado peculiar y extravagante para personas acostumbradas a una vida más tranquila y pacífica, él podía leer en las miradas que lo seguían,  que lo miraban como un delincuente que afectaría su tranquilidad, y este hecho le causaba mucha risa, una mueca de satisfacción que se escondía tras su pañuelo rojo atado para proteger su nariz y boca del viento en su cara, bajó aun más la velocidad hasta detenerse ante un cruce escolar, los pequeños niños pasaron la calle siguiendo las indicaciones del oficial de tránsito, pero no pudieron evitar mirarlo con asombro, para ellos lucía como un hombre temerario, quizás un superhéroe al estilo de Batman, oscuro y misterioso,  y de nuevo se sonrió para sí mismo,  de pronto unos gritos lo alertaron y tan pronto pudo arrancar su motocicleta se dirigió a toda velocidad, ante sus ojos una casa  se incendiaba rápidamente, una mujer salía tambaleándose de entre el fuego y el humo hacía la calle, mientras los vecinos rápidamente se acercaban y trataban de ayudar con cubetas de agua, pero la edificación se prendía rápidamente al ser de madera...

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