Cap. 5: el amor es como hundirse en el mar...

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El Amor es como hundirse lentamente en el mar, no importa que tan buen nadador seas, no importa que tan listo, o que tan fuerte te creas, al final, sin importar cuánto luches, terminarás ahogándote en las profundas aguas del amor…

Siempre inicia igual, puedes pensar que puedes con la marea, el oleaje es delicado, un  vaivén agradable de buenos recuerdos, de momentos felices, pero nunca se queda quieto, corrientes peligrosas te arrastran, y ves como te alejas mas y mas  de la orilla hasta que ya no puedes ver más allá que el vasto mar azul, sólo puedes pensar, sentir y saberte a partir del ser amado, siendo sumergido en la sensación de ser más ligero, en el agua todo pesa tan poco… y sin darte cuenta  el amor, tanto como el mar, absorbe de a poco tus fuerzas y energías y cuando al fin ves lo peligroso que es, cuando estás en medio de la nada, sin sentir más que puedes pisar, ya es demasiado tarde… tú te hundirás… y nunca saldrás…

Algunos días han pasado rápidamente para algunos, lentamente para otros, por fortuna tanto Kouga como Byakuya habían sido dados de alta, este último con intervención del jefe de paramédicos, Kouga había sido muy amable y complaciente con él, justo como era antes, Byakuya sabía que de seguir la situación de esa forma volvería a cometer justo los mismos errores que no quería cometer nunca más, una vez es error… dos veces es idiotez,  se repetía a sí mismo; y había salido del hospital con la firme convicción de  ver por sí mismo, cosa que nunca antes supo hacer, siempre fue del tipo de persona que dejaba que los demás decidieran por él, desde sus padres a quienes había abandonado por seguir a Naraku desde jóvenes, hasta el propio Naraku, e incluso Kouga,  habían decidido todo por él dejando su pensar o sentir en segundo o tercer plano… pero nunca más, se encontraba completamente empecinado en hacer las cosas a su manera y a aceptar sus errores como un hombre, y  lo primero que debía hacer era lograr renunciar…

Cuando al fin se encontró frente a la estación de policía los nervios en su estomago lo querían obligar a vomitar el jugo de naranja que  hizo de desayuno esa mañana, pues no toleró comer nada más, demasiado estresado para comer, desde que Kouga corrió a Naraku su aun jefe no volvió a visitarlo en el hospital, ni una llamada, nada en absoluto, Byakuya no sabía si tomar esto como un respiro o preocuparse porque seguro se lo cobraría en verdad  caro, sin embargo no iba a darse por vencido tan fácilmente, entraría, atravesaría el pasillo de miradas de los demás compañeros, llegaría hasta la oficina de Naraku y le diría que renunciaba… “se valiente” repetía en su mente… “hazlo por ti, sé un hombre” …caminando a las puertas, atravesó el pasillo entre  murmullos, algunos le sonrieron amablemente, algunos le daban la bienvenida, otros sólo murmuraban a su espalda, era un secreto a voces lo que le había pasado, aunque uno muy mal contado, pero esto no afectó su determinación, llegando a la oficina, tocó firmemente y espero respuesta…

-          Adelante… - tan sólo escuchar la voz dominante de Naraku fue suficiente para que el cuerpo de Byakuya temblara… “soy yo quien te suplica… no me dejes… no quiero que estés con nadie más…” recordaba la forma en que lo había abrazado, y como había dicho suplico…una palabra que definitivamente no era parte del vocabulario de Naraku, esto lo hacía flaquear en su aparente determinación de sacarlo de su vida,  su mano temblaba en la perilla, era incapaz de girarla… de pronto se giró y Naraku abrió la puerta, algo sorprendido de ver a Byakuya pues aun no esperaba tener que enfrentarse a lo que el chico representaba para él, su rostro cambió de uno molesto de pensar que le habían interrumpido  sin entrar,  a uno lleno de culpa y preocupación que trató de esconder  dándose media vuelta… - es bueno ver que estás bien… - dijo caminando a su gran silla “tú tienes la culpa de todo lo malo que me pasa…” recordaba Naraku culpable en su mente, Byakuya lo siguió cerrando la puerta tras de sí…

No sueltes mi mano por favor Where stories live. Discover now