Capítulo 2

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Empezamos a caminar hacia el único y pequeño núcleo de población que se podía distinguir a kilómetros a la redonda.

Arisbeth me había hecho una especie de bendición en mis desnudos pies para poder a gusto por el camino hacia el lugar.

En un principio el camino parecía corto pero a más avanzábamos, más nos dábamos cuenta de que iba a ser un recorrido bastante más prolongado de lo que nosotros podíamos imaginar.

Durante el recorrido, el hombre seguía liderando el grupo hacia la fuente de la tenue luz cálida con Tatyana al lado, observándole de cerca.

Más atrás iban Leo y Arisbeth que se encontraban hablando de un poco de todo. Entre aquellos dos se notaba una buena conexión que en un futuro podría germinar aún más.

Delante mía iban Eric y Cass, el robot de Isabella con esta subida a sus hombros. Eric parecía estar muy interesado en las invenciones y artilugios de la niña con apariencia Steampunk y ella le contestaba felizmente todas sus cuestiones.

Al lado mía, por desgracia, se encontraba Ryo, el que hace escasas horas había intentado matarme con el filo de su katana. Ahora mismo me encontraba aquí respirando gracias a que Cass interfirió antes de que el metal atravesara mi pecho.

Entre nosotros dos había una tensión palpable y él y yo lo sabíamos muy bien.

Notaba cómo los oscuros ojos de Ryo me miraban de vez en cuando, pero tan pronto como yo intentaba devolver la mirada él volvía a mirar al frente.

Sentía cómo la frustración envenenaba cada parte de mi ser y apretaba el puño para intentar calmarme.

Esto no pasó de lejos para los ojos de Ryo que inmediatamente se dieron cuenta y se pusieron en alerta.

Algo me decía que Ryo se renegaba a decirme una disculpa o algo por el estilo por su orgullo y honor.

-No soy un samurái.- Dice de repente, en un tono de voz bastante bajo pero lo suficientemente alto para que lo escuchemos solo nosotros dos.

-¿Disculpa?

-Lo que oyes, ya no soy un samurái.- Suelta un pequeño gruñido de frustración y agarra la empuñadura de la katana de forma cabreada.- No me acuerdo del por qué pero sé soy un ronin ahora.

-Entiendo pero eso no te excusa del hecho de que me atacaste antes Ryo.

-A eso iba pedazo de mindundi.- De repente deja de hablar para respirar profundamente.- Me convertí hace poco en ronin y no sé por qué tengo los nervios a flor de piel. Te diría las razones si las recordara pero parece ser que este sitio no me lo permite. Igualmente, me disculpo por el incidente de antes, pero esto no significa que te haya pillado confianza.

-Aún.

-Te crees muy gracioso, ¿no Julian? Creo que nos llevaremos bien.

El repentino cambio de actitud de Ryo y su confianzuda sonrisa me pillan desprevenido. Ante mi reacción el se ríe y me da un golpe amistoso en el hombro.

-Te acabas de quedar con cara de haber visto un Yokai.

-¿Un Yokai?

-¡Que sí! ¡Un Yokai! Los espíritus estos que tanto miedo le dan a la gente de donde vengo yo.

De repente uní lazos en mi mente. Este tío parecía provenir de la Japón antigua.

-Uhm, ¿no se supone que venimos de realidades diferentes? Al menos eso me explicaron Eric y Leo antes.

-No creo que vengamos de la misma realidad. ¿En la tuya hay Yokais persiguiendo a gente en la calle? ¿Onis que matan a los curas en los templos? ¿Los poderosos tienen magias únicas?

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